El crimen organizado asesina a 11 personas en Veracruz en 24 horas

Sábado rojo en Veracruz. Al menos 11 personas, entre ellas cuatro niños y el jefe de la Policía Federal, han sido asesinadas en un lapso de 24 horas por el crimen organizado en Veracruz, donde los carteles de Los Zetas y el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha recrudecido su batalla por hacerse con el control del narcotráfico en la zona.

Dos feminicidios en Orizaba. Cuatro niños ejecutados en Coatzacoalcos. Un taquero acribillado en Las Choapas. El comisario de la Policía Federal tiroteado mientras almorzaba. Sangre repartida por cada palmo del Estado costeño mexicano.

Aun falta más de la mitad del año y las cifras de homicidios en Veracruz ya casi superan el total del año pasado. De enero a mayo son 1.022 muertes, a una media de 7 al día. La violencia no da tregua en México, desciende del trono del narco, se expande y se capilariza por el territorio. A pesar del aumento de 700% en la inversión de seguridad pública en cuatro años, los homicidios de mayo, han superado todos los registros desde 1997. El número de averiguaciones abiertas por las fiscalías estatales –la medida oficial para contabilizar los homicidios– supera ya el peor mes del Gobierno de Felipe Calderón, el presidente que inició la llamada guerra contra el narco.

El coordinador de la Policía Federal de Veracruz, Camilo Juan Castagné, fue asesinado en un restaurante de la localidad de Cardel, en el municipio de La Antigua, cera de la carretera que conecta la capital con el puerto. Un grupo de hombres con armas de alto calibre bajaron de una furgoneta, entraron al local y abrieron fuego contra él y otros dos agentes, uno de los cuales también ha muerto.

"No nos estamos enfrentando a seres humanos, nos estamos enfrentando a bestias, a cobardes, a viles, a personas que son capaces de asesinar a niños con tal de tener secuestrados a los veracruzanos", aseguró el gobernador, Miguel Ángel Yunes, tras los atentados. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, también salió al paso de los ataques del sábado. “El Gobierno condena el ataque en contra de mandos y elementos de la Policía Federal en Veracruz", escribió en su cuenta de Twitter.

Bajo el mandato del gobernador, Miguel Ángel Yunes –PAN–,  el tercer Estado más poblado de México no ha logrado solucionar los males heredados del Gobierno de su antecesor. Javier Duarte –PRI–, hoy preso en Guatemala después de haber huido acusado de corrupción y malversación de fondos públicos dejó un panorama crítico tanto a nivel económico como de seguridad. Cientos de fosas clandestinas, un incremento en las ejecuciones, periodistas asesinados y un colosal agujero en las arcas públicas.

Veracruz, situado en la franja del Golfo de México, ha sido uno de los Estados más azotados por el crimen organizado durante los peores años de la guerra contra el narcotráfico. Una economía bendecida por el petróleo y su condición de ruta de paso para el envío de droga a la costa este de EE UU lo convirtieron en un jugoso pastel para las mafias durante los primeros años de la década. Debilitadas las organizaciones principales que operaba en el territorio, los Zetas y el Cartel del Golfo, un nuevo actor criminal ha entrado recientemente en escena: el Cartel Jalisco Nueva Generación, calificado por las autoridades estadounidenses como el más letal y de mayor crecimiento en el país.