Irlanda, lista para un primer ministro gay
Leo Varadkar gana las elecciones a líder del partido mayoritario y, en cuanto el Parlamento lo apruebe, se convertirá en jefe de Gobierno
Leo Varadkar ha ganado las elecciones al liderazgo del Fine Gael, el partido mayoritario de Irlanda, y va camino de convertirse en primer ministro de Irlanda cuando el Parlamento vuelva a reunirse en las próximas semanas, después del receso en que se encuentra.
Irlanda tendrá así un primer ministro abiertamente gay, tan solo 25 años después de que la homosexualidad dejara de ser delito en el país. En una república de una fuerte tradición conservadora y clerical, la elección de Varadkar supone un firme paso más hacia la igualdad, después de que en 2015 se aprobara en referéndum el matrimonio entre personas del mismo sexo. A sus 38 años, Varadkar será, además, el primer ministro más joven de la historia del país. Hijo de un inmigrante indio, será también el primero de una minoría étnica.
El recuento de votos, finalizado en la tarde de este viernes, ha deparado un 60% de apoyo a Varadkar, que se ha impuesto cómodamente a su rival, el también ministro Simon Coveney. La victoria de Varadkar ha sido abrumadora entre los diputados del Fine Gael, cuyo voto constituye el 65% del total, pero Coveney se ha impuesto entre la militancia de base. Corresponde ahora al ganador trabajarse ese apoyo, algo a lo que un conciliador Coveney ha sugerido que colaborará.
Varadkar sustituye a Enda Kenny, de 66 años, primer ministro desde 2011, que decidió abandonar el liderazgo del partido y el cargo de jefe del Gobierno. La frágil mayoría que el partido obtuvo el año pasado y un escándalo en el cuerpo de policía fueron los causantes de la retirada de Kenny, en cuyo Gobierno Varadkar vienen ejerciendo de ministro de Bienestar Social.
El nuevo líder se define como liberal, en la economía y en lo social. Su negativa a encasillarse en las categorías tradicionales de derecha e izquierda ha provocado que se le compare con el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron.
El hecho de que la condición de homosexual de Varadkar apenas haya sido objeto de debate público en una campaña que, en general, ha discurrido en un tono respetuoso y constructivo, ilustra la modernización de la sociedad irlandesa en los últimos años.
“El prejuicio no tiene ya sitio en esta república”, ha dicho Varadkar en su discurso como ganador. “Cuando mi padre viajó 5.000 millas para convertir Irlanda en su casa, dudo que alguna vez pudiera soñar que un día su hijo se convertiría en su líder. Que, a pesar de sus diferencias, su hijo sería tratado de manera igual y juzgado por sus acciones y su carácter y no por su origen o su identidad”, ha concluido.
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