Del ruedo al hemiciclo
La rejoneadora María Sara promete luchar en las filas de Macron contra el "oscurantismo del Frente Nacional" en las legislativas
Diez años después de haberse retirado del toreo, María Sara o Marie Sara, sobrenombre artístico de Marie Bourseiller, aspira a tomar la alternativa en el hemiciclo de la Asamblea Nacional. Dependerá del resultado del mano a mano que la enfrenta al candidato del Frente Nacional, Gilbert Collard, en la circunscripción del Gard (sureste francés). Y no le faltan motivos para conseguir imponerse: popular, carismática y nueva, inmaculada, en el escenario político nacional (y regional).
Bien lo supo Emmanuel Macron cuando decidió llamarla al móvil el martes para reclutarla en el equipo de las elecciones legislativas (11 y 18 de junio). Se conocían bastante bien porque el difunto marido de María Sara, Christoph Lambert, director general de una poderosa empresa de publicidad, había pertenecido al círculo de personalidades que participaron en el embrión de En Marche!.
La familiaridad se añadía al perfil modélico de la aspirante. La mitad de las listas del partido de Macron se forman con personas de la sociedad civil, responden al criterio de la paridad de género y han de carecer de antecedentes penales.
Emergía así el retrato robot de la ex rejoneadora francesa. Carece María Sara de experiencia política, es mujer y nunca ha tenido problemas con la justicia, pero además representa una personalidad muy conocida y reputada en la circunscripción donde compite. Que no es donde nació -lo hizo en los aledaños de París en 1964-, pero sí donde creció y donde se hizo torera a caballo. Tomó la alternativa en Nimes en 1991 y la confirmó en la plaza de Las Ventas tres años después, transgrediendo un espacio de escasísima representación femenina a beneficio de su imagen de pionera.
"He aceptado la propuesta de Macron porque creo que es mi obligación involucrarme en un fenómeno político ilusionante y renovador", explicaba a EL PAÍS. "Todos podemos contribuir a reformar Francia. Y a mí se me ha dado la oportunidad y la responsabilidad de representar a los votantes del Gard. No podía rechazarla. Creo en Macron".
El Gard es un departamento de la región de Occitania que concentra 650.000 habitantes, que aporta seis asientos a la Asamblea Nacional y que tiene a Nimes como principal eje urbano, turístico y taurino, pero también se caracteriza por la pujanza del Frente Nacional. De hecho, Gilbert Collard es uno de los dos diputados que el partido de Le Pen consiguió introducir en el parlamento francés hace cinco años.
Más razones habría en 2017 para aprovechar la inercia de las presidenciales, aunque María Sara es una candidata muy arraigada en la circunscripción. Y una mujer polifacética: torera, ganadera, apoderada, empresaria. Hija del actor Antoine Bourseiller. Ex mujer del tenista Henri Leconte. Personaje people. Exotismo del sur.
"Mi batalla política consiste en combatir el oscurantismo del Frente Nacional. Quiero estar cerca de los ciudadanos, representar sus intereses y preocupaciones en París. Mi vida va a cambiar mucho, lo sé, pero creo que puedo hacer un trabajo. Por la gente del Gard. Y por la tauromaquia también, que es un signo de nuestra idiosincrasia".
Se refiere la rejoneadora al desgaste de la batalla contra los antitaurinos. No estaba clara cuál iba a ser la posición de Macron respecto a la prohibición o las restricciones de la tauromaquia, pero María Sara garantiza su papel de valedora.
"El nuevo presidente de Francia me ha elegido precisamente por lo que soy y por quién soy. Y lo que soy es una torera identificada con la tradición y la importancia cultural, medioambiental, de los toros. Es nuestro patrimonio, nuestra idiosincrasia. Y voy a batirme hasta donde haga falta en París y aquí por proteger la tauromaquia".
Gilbert Collard (Marsella, 1948) es un rival duro en un territorio difícil. Un abogado popular, un político experimentado, un escritor prolífico, reconocido, que en los comicios de 2012 alcanzó el 43% de los sufragios. Y un hábil polemista particularmente ubicuo en los medios de comunicación, así como un caso elocuente de mutación política: comunista, trotskista, mitterrandista, chiraquista y finalmente lepenista.
"Soy consciente de que es un candidato muy sólido, pero la llegada de Macron supone un cambio de discurso. Que no es el discurso del miedo, sino el del optimismo y el de la regeneración democrática. Mi papel es demostrárselo a los votantes. No tengo experiencia política, pero sí creo conocer cuáles son los problemas de esta región y quiero contribuir a resolverlos", concluye María Sara. O Marie Sara.
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