Crece el boicot demócrata a la toma de posesión de Trump
Al menos 52 congresistas, un cuarto de la bancada del partido, no asistirán a la ceremonia presidencial
La cifra sigue creciendo. Al menos 52 congresistas demócratas, una cuarta parte de la bancada de ese partido, han anunciado que no asistirán el viernes a la toma de posesión del republicano Donald Trump como presidente de Estados Unidos, según el último registro, de este martes, del diario The Washington Post. El rechazo refleja la creciente brecha partidista ante la retórica agresiva de Trump y la polémica por las injerencias rusas en la campaña electoral.
El boicot se ha disparado después de las críticas de Trump al congresista John Lewis, un icono de la lucha de los derechos civiles de los negros en los años sesenta que fue el primero en anunciar su ausencia de la ceremonia. Lewis considera que Trump no es un presidente legítimo por los ataques cibernéticos rusos en la campaña que perjudicaron a la demócrata Hillary Clinton.
El boicot es inusual, pero la cifra de ausencias es minoritaria. En la Cámara de Representantes, hay 194 congresistas demócratas. Por ahora, ninguno de los 48 senadores demócratas ha anunciado que no vaya a asistir a la investidura de Trump ante las escalinatas del Capitolio.
Los congresistas justifican su ausencia en el mensaje divisivo de Trump, la injerencia electoral rusa y los ataques del republicano a Lewis.
Los reproches de Trump al legislador negro han desatado una tormenta política en EE UU, sobre todo al tener lugar en la antesala de la fiesta nacional, el lunes, en honor a Martin Luther King, el reverendo que lideró el movimiento de los derechos civiles que acabó con la segregación legal de los negros en los años sesenta. Lewis, de 76 años, participó en esas protestas. Fue detenido y golpeado.
“No puedes estar en casa con algo que crees equivocado, que no es correcto”, dijo Lewis en una entrevista a la cadena NBC, en que avanzó su ausencia. Será la primera vez que el legislador, que lleva tres décadas en el Congreso, no asista a una investidura presidencial.
Trump le respondió en Twitter que debería centrarse en solucionar los problemas del distrito que representa, en Georgia: “Debería pasar más tiempo en arreglar y ayudar a su distrito, que está en un estado horrible y desmoronándose (por no mencionar que está infestado de crimen) en vez de quejarse falsamente de los resultados electorales. Todo hablar, hablar, hablar. Nada de acción o resultado”.
En medio de esta disputa, que ha alimentado el debate sobre la relación de Trump con la comunidad negra, el presidente electo se reunió el lunes en Nueva York con Martin Luther King III, el hijo mayor del Premio Nobel de la Paz. Fue un encuentro organizado a última hora.
King III trató de rebajar la polémica. “Creo que al calor de las emociones se dicen muchas cosas desde ambas partes”, dijo a la prensa en el vestíbulo de la Torre Trump tras la reunión. El magnate lo acompañó a su salida del edificio, pero no hizo declaraciones. “El objetivo es unir a los estadounidenses. Somos una gran nación”, agregó el hijo del líder afroamericano.
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