El espía hispanoalemán detenido por islamista radical hizo películas de porno gay
El arresto del sospechoso, cuya familia desconocía su conversión al islam, revela fallos en los servicios secretos
Dos hombres chatean por Internet. Los dos se presentan como islamistas. Los dos trabajan para los servicios secretos alemanes. Cuando uno de ellos aporta información confidencial, el otro, un informante de los espías, lo denuncia. Así desenmascararon las autoridades a Roque M. un hombre de 51 años nacido en España pero de nacionalidad alemana del que incluso su familia desconocía que se hubiera convertido al islam.
Por si el caso no fuera ya suficientemente rocambolesco, el registro de la vivienda del sospechoso aportó un giro inesperado. Según publica The Washington Post, los agentes encontraron allí el pasado 16 de noviembre películas en las que el supuesto islamista había trabajado como actor porno gay antes de radicalizarse. El seudónimo que usaba en los chats islamistas es además el mismo que usaba en su anterior dedicación al cine para adultos.
No está claro si el hasta ahora espía tenía convicciones islamistas o se trata en realidad de una persona inestable, pero en ambos casos resultará un trago amargo para los servicios secretos, que deberán explicar cómo fue posible que alguien así acabara en su nómina. "Tenemos un caso en el que una persona se radicalizó sin que lo supiera su círculo más cercano”, aseguró el miércoles Hans-Georg Maaßen, presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán), la agencia responsable de los servicios secretos para el interior de Alemania.
Maaßen se refería al antiguo empleado de banca nacido en Almería que había empezado a trabajar para el espionaje alemán el pasado abril, y que hasta su detención había pasado perfectamente desapercibido. El jefe de los espías dice que la agencia investiga ahora si el doble agente pudo ocasionar más daños mientras estuvo de servicio.
El detenido –con nombre de pila español y apellido alemán- vivía con su mujer y cuatro hijos en un pueblo del Estado de Renania del Norte-Westfalia, al oeste de Alemania, según informaron a EL PAÍS fuentes conocedoras de la investigación. Se había convertido al islam hace dos años sin decírselo a su familia, un giro que recuerda al argumento de la serie estadounidense Homeland. Pocas dudas de su radicalismo quedan a la luz de los mensajes que intercambió con el informante. Con nombre falso, se presentó como empleado de la BfV, aportó información confidencial y propuso organizar actos de violencia contra “infieles”, algo que, dijo, sería “grato a Alá”. “Hay que estar preparado para ayudar a nuestros hermanos”, añadió, según la Fiscalía de Düsseldorf.
El topo hispanoalemán ha reconocido que su objetivo era infiltrarse en los servicios secretos para advertir a posibles “hermanos musulmanes” de investigaciones contra ellos. Der Spiegel informó también de sus planes para recabar información con la que organizar un atentado en la sede de la BfV en Colonia, extremo que no ha sido confirmado oficialmente.
La infiltración de un terrorista precisamente en el organismo que debe controlar a los terroristas es un nuevo golpe a los servicios de seguridad alemanes. Llega un mes después del fracaso que supuso el suicidio en prisión nada más ser detenido de Jaber Albkr, un refugiado sirio que ultimaba un atentado de gran alcance en Berlín. Pese a estos fallos, Alemania no ha sufrido en los últimos meses ataques islamistas con víctimas mortales como los de Francia o Bélgica.
La oposición ya ha protestado por lo que considera “un agujero en los servicios de seguridad”. “Lo importante ahora es aclarar cómo esta persona pudo ser contratado por la BfV pese a todos los controles de seguridad”, aseguró Burkhard Lischka, portavoz de Interior socialdemócrata. “Me inquieta pensar que la detención del sospechoso ha sido fruto del azar”, añadió el diputado de Los Verdes Konstantin von Notz.
En el Ministerio del Interior no comparten estas críticas. Un portavoz trató el miércoles de quitar importancia a este episodio, del que reconoció que no existen precedentes, y recordó que la detención se produjo gracias a que la propia BfV había detectado al topo español.
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