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No llamarás “gordo” a Kim Jong-un en China

Los censores bloquean las búsquedas del mote "Kim Tercero el Gordo" en las redes sociales chinas

Macarena Vidal Liy
Kim Jong-un inspecciona un batallón de operaciones especiales bajo la Unidad 525 del Ejército Popular Coreano en un lugar no revelado. Fotografía sin fecha publicada por la KCNA el 4 de noviembre de 2016.
Kim Jong-un inspecciona un batallón de operaciones especiales bajo la Unidad 525 del Ejército Popular Coreano en un lugar no revelado. Fotografía sin fecha publicada por la KCNA el 4 de noviembre de 2016.REUTERS KCNA

Ni “gordo” ni “obeso”. Desde que heredó el poder en diciembre de 2011, Kim Jong-un ha engordado de manera visible. Aunque en su país es algo tabú, en el resto del mundo el peso del líder supremo norcoreano es objeto constante de memes y chascarrillos. China, vecino de Corea del Norte, no era una excepción. Hasta ahora: los censores del ciberespacio chino, el más transitado del mundo, han bloqueado el término “Jin San Pang”, o “Kim Tercero el Gordo”, el mote con que los internautas de este país le habían bautizado popularmente.

Una prueba en Baidu, el principal buscador chino, no arroja ningún resultado. Tampoco reconoce el término Weibo, una de las principales redes sociales chinas.

Según el periódico de Hong Kong Apple Daily, la desaparición de este apodo por arte de birlibirloque se debe a la presión del gobierno norcoreano. Aunque internet está bloqueado oficialmente en Corea del Norte, donde los ciudadanos corrientes solo pueden acceder a una intranet muy limitada, el régimen estaba molesto con las alusiones que consideraba poco respetuosas de sus vecinos.

Y quizá en parte para facilitar una mejora de las relaciones transfronterizas, muy frías durante el mandato del joven Kim, y en parte para evitar que el trato irreverente de los internautas se extienda a sus propios líderes, China ha accedido. “El Gobierno chino está comprometido a crear un clima sano y civilizado de expresión de las opiniones”, ha declarado el portavoz del Ministerio de Exteriores en Pekín, Geng Shuang. “No aprobamos las referencias a líderes de ningún país mediante burlas o alusiones insultantes”, ha indicado Geng, que no obstante insiste en que las informaciones sobre la censura al apodo “no respetan los hechos”.

Según los servicios secretos surcoreanos, Kim -el tercero en una dinastía en la que ha estado precedido al mando del país por su padre Kim Jong-il y su abuelo Kim Il-sung- ha engordado 40 kilos en 4 años y ha pasado de pesar 90 kilos a ponerse en 130.

El exceso de peso podría explicar su desaparición de la vida pública durante 40 días a finales de 2014 y su reaparición caminando con un bastón. Entonces, los analistas consideraron que podría deberse a un ataque de gota -una enfermedad que padecieron su padre y su abuelo y que tiene entre sus posibles causas un consumo excesivo de carne roja- o una rotura de tobillo por demasiada carga. Entonces, el régimen norcoreano indicó que su líder supremo había padecido problemas de salud por haber recorrido fábricas de todo el país de manera demasiado intensa.

Aunque el régimen norcoreano recibe constantes críticas desde el exterior sobre sus violaciones de los derechos humanos y su programa nuclear, los comentarios sobre la vida personal o el aspecto de su líder suscitan una irritación especial.

En mayo pasado fue expulsado del país el corresponsal de la televisión británica BBC Rupert Wingfield-Hayes. Uno de los posibles motivos que se barajaron fue que el periodista había descrito a Kim como “corpulento” en uno de sus reportajes.

El veto de la censura no parece haber importado mucho a los internautas chinos, ya muy experimentados en hallar juegos de palabras y expresiones que les permitan saltarse los frecuentes bloqueos. “Kim Tercero el Gordo”(金三胖) se ha convertido ahora en “Kim Tercero de la Media Luna” (金三月半), resultado de dividir el ideograma "pang"(胖 ,“gordo“) en sus dos componentes, “yue” (月,luna) y “ban” (半, mitad).

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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