Por qué el miedo a un sirio-español dio alas al padrino del ISIS
El investigador Brian Fishman reúne documentos sobre el primer contacto de Al Zarqaui con Al Qaeda
Si algo tienen claro los expertos en el fenómeno yihadista es que, primero, el jordano Abu Musab al Zarqaui es sin duda el padrino y mentor del conocido hoy como Estado Islámico o ISIS, si se utiliza sus antiguas siglas en inglés, y, en segundo lugar, que este individuo, violento y difícil de controlar, abatido por un avión de EE UU en 2006 en Irak, nunca fue santo de la devoción de la cúpula de Al Qaeda, entonces en manos del saudí Osama bin Laden. ¿Por qué le dejaron por tanto poner en marcha sus campos de entrenamiento a finales de los noventa en Afganistán? El investigador Brian Fishman, del Centro de Combate al Terrorismo (CCT) de la West Point, ha reunido varios documentos firmados por miembros destacados de la red terrorista para construir un relato de la llegada de Al Zarqaui a territorio de los talibanes. Entre las conclusiones, Fishman sostiene que Al Qaeda dejó crecer al jordano para contrarrestar la influencia de otro líder yihadista, el sirio Abu Musab al Suri.
Fishman, autor del libro El plan maestro: el ISIS, Al Qaeda y la estrategia yihadista para la victoria final, que verá la luz en noviembre, publicó este martes un adelanto en la web del CCT en el que, no obstante, obvia el nombre por el que se conoce también a Al Suri: Mustafá Setmarian. Natural en Alepo hace justo 58 años, Setmarian, alias Abu Musab al Suri, tiene nacionalidad siria y española. Setmarian abandonó su país natal tras la represión del régimen de Hafez el Asad a las revueltas de 1982. De Siria saltó al Afganistán aún controlado por los soviéticos, y de ahí a España en 1985. Dos años después se casó con una madrileña de Moratalaz.
El investigador del CCT trata de poner negro sobre blanco la relación que mantuvieron en primera instancia Al Zarqaui y Al Qaeda. La red liderada por Bin Laden permitió al yihadista jordano asentarse en Afganistán (Herat) allá por 1999, con unos 33 años, y poner en marcha su campo de entrenamiento para reclutas llegados de Levante sin siquiera haber jurado lealtad al grupo. A la postre, Al Zarqaui se convertiría en uno de los referentes ideológicos y dirigentes destacados del yihadismo en Oriente Próximo; ya en Irak, juró lealtad en 2004 a Al Qaeda y puso los cimientos de la salvaje rama iraquí del grupo, que años después asumiría el Estado Islámico de Irak y Levante, hoy conocido como ISIS y desligado totalmente del grupo que liderara Bin Laden.
La poca literatura publicada hasta el momento coincidía en señalar que Al Qaeda aceptó al jordano Al Zarqaui, demasiado extremista incluso para ellos, porque podría ser un poderoso imán para los reclutas de la franja levantina. Así se lo dio a entender el jefe de seguridad del grupo terrorista, el egipcio Saif al Adl al periodista jordano Fuad Husayn. Pero la investigación de Fishman revela que el acuerdo fue más complejo y que la influencia del sirio-español Al Suri fue muy significativa.
Al Suri era un intelectual reconocido entre los yihadistas y veterano combatiente de las guerras afganas. Tal era su atractivo que, según recoge Fishman, llegó a reclutar con gran éxito contraviniendo algunas directrices de Al Qaeda. Por su origen sirio, Al Suri pescaba entre los jóvenes llegados de los países de Levante. Así que Al Adl, uno de los hombres fuertes de Bin Laden poco amigo del sirio-español, decidió frenar su trayectoria dejando vía libre a Al Zarqaui en Herat. "Los yihadistas de Levante", señala Fishman "no se unirían a Al Qaeda cuando lo hicieran a Al Zarqaui [que no había jurado lealtad], pero al menos tampoco lo harían a Abu Musab al Suri". Uno y otro, el jordano y el sirio-español, pasaron a formar parte del Comité Árabe de Enlace entre el grupo terrorista y los talibanes, como revela uno de los papeles de Fishman.
El resto de la historia es bien sabida: Al Qaeda fue derrotada en Afganistán e inició la diáspora. Al Suri, reconocido aún hoy como ideólogo entre los yihadistas de la táctica de guerra urbana, fue detenido en Pakistán en 2005 por agentes estadounidenses. Desde entonces poco más se sabe salvo que pudo ser entregado a las autoridades sirias. Al Zarqaui lideró en Irak la rama local de Al Qaeda no sin las críticas de la cúpula por su extremada y desatada violencia, traducida en una fuerte campaña de atentados terroristas en la que no distinguía entre musulmanes y no musulmanes. Según recoge William McCants en El apocalipsis del ISIS, hasta el egipcio Ayman al Zawahiri, número dos de Bin Laden y actual líder de Al Qaeda Central llegó a preguntarse: "¿Por qué matar a chiíes corrientes teniendo en cuenta que hay que perdonarlos a causa de su ignorancia?". A Al Zawahiri le preocupaba el conflicto sectario que tardó poco en brotar en Irak.
El jordano Al Zarqaui, muerto por un ataque aéreo estadounidense en 2006, es todavía hoy uno de los referentes fundamentales de los miembros y simpatizantes del ISIS, grupo desvinculado, combatido y criticado incluso desde la cúpula de Al Qaeda, que, como resume Fishman en su investigación tuvo finalmente que "hacer frente al demonio que había ayudado a crear en Afganistán".
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