Estados Unidos tiene registrados los rostros de la mitad de sus ciudadanos
26 Estados del país permiten que la policía utilice tecnologías de reconocimiento facial
Las caras de la mitad de la población adulta de Estados Unidos, unas 117 millones de personas, están grabadas en las bases de datos de policía. En la última década, el uso de tecnologías de reconocimiento facial se ha expandido en el país, amenazando el derecho a la privacidad de los ciudadanos, según revela un estudio de la facultad de derecho de la Universidad de Georgetown (Washington).
Las autoridades de al menos 26 Estados del país tienen acceso a programas que contrastan rostros faciales de personas. El objetivo final de estas tecnologías es facilitar el proceso de detección de criminales, pero la expansión de su uso por el país “puede menospreciar derechos garantizados de los ciudadanos”, alerta el informe.
A raíz de las revelaciones en 2013 de Edward Snowden, el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad que divulgó información sobre los programas de almacenamiento masivo de datos de ciudadanos, ha crecido el debate en Estados Unidos acerca de si estos programas opacos interfieren con las libertades civiles de los individuos, garantizadas por la Constitución.
El estudio de Georgetown revela que si alguien comete un delito y una cámara de videovigilancia capta las imágenes, la policía tiene la posibilidad de contrastar el rostro del delincuente con estas bases de datos que guardan, sin autorización ciudadana, imágenes como las de los carnets de identidad o de conducir.
Sin un control estricto, que por el momento no consta en muchos de los departamentos de policía que utilizan esta herramienta, esta tecnología se está utilizando para almacenar los retratos de millones de ciudadanos que no han cometido ningún delito o uno menor.
“La gente inocente no debería estar en las bases de datos diseñadas para criminales”, dice Álvaro Bedoya, director ejecutivo del Centro de Privacidad y Tecnología de la universidad, la entidad que ha elaborado el análisis.
Esta tecnología “supone un riesgo que nunca antes hemos visto”, afirma Bedoya en una conversación telefónica. “Hasta ahora era nuestra tecnología — nuestros teléfonos, coches, y ordenadores — la que se encontraba bajo vigilancia. Un telefóno y un ordenador se pueden apagar, un coche se vende. Pero nuestra cara, nuestro cuerpo es algo que no se puede cambiar”.
“Es una iniciativa que cuenta con apoyo estatal y federal” dice. Se suma a las numerosas otras herramientas de vigilancia que utiliza el Gobierno estadounidense para, según ha alegado, interceptar redes terroristas y planes delictivos.
Tecnologías que abren la puerta a posibles discriminaciones raciales
Según reconoce el FBI, los sistemas de reconocimiento facial son menos precisos en la detección de rostros de afroamericanos. El motivo es que las autoridades utilizan rostros de personas blancas para entrenar a los algoritmos encargados de reconocer las facciones de una persona. Al aplicar el algoritmo a un rostro que no es blanco, los sistemas tienen más dificultad para lograr una alta precisión.
“Estas tecnologías suponen un riesgo profundo para los afroamericanos”, dice Bedoya. Hay dos posibles resultados cuando se intenta buscar la imagen de un afroamericano en los sistemas. “Unos no dan resultado”, lo cual puede ser problemático si se trata de alguien que ha cometido un delito y debe ser capturado. “Otros, dan demasiados resultados en las bases de datos por lo que puede haber hasta 50 posibles resultados similares al rostro que se está intentado contrastar. Esto puede llevar a la detención de gente inocente”, advierte el experto.
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