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La Libia post-Gadafi en cifras

Un lustro después de la muerte del dictador, los indicadores económicos han cambiado de forma drástica

Combatientes de las fuerzas libias en la ciudad de Sirte, en LIbia.
Combatientes de las fuerzas libias en la ciudad de Sirte, en LIbia.ISMAIL ZETOUNY (REUTERS)
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Cinco años después del derrocamiento del coronel Muamar el Gadafi, algunos de los indicadores socioeconómicos del país magrebí han cambiado drásticamente. La comunidad internacional observa impotente cómo se diluye en la insignificancia el Gobierno de Unidad Nacional que propició la ONU en diciembre de 2015 en Marruecos. Cada año salen de las costas libias más de 150.000 inmigrantes dispuestos a rifarse la vida en el Mediterráneo. El petróleo sigue siendo la principal vía de ingresos del país. Amnistía Internacional denuncia que todos los bandos enfrentados han cometido crímenes de guerra.

Libia es uno de los países menos densamente poblados del mundo (3,5 habitantes/km²). Su población creció de manera constante durante todo el siglo XX y principios del XXI hasta estancarse en 2011. Hasta la revolución que terminó con la dictadura de Gadafi, Libia era uno de los pocos países africanos que tenía un saldo migratorio positivo. Hoy, con una superficie casi cuatro veces mayor que la de España, su población se estima en algo más de 6 millones de habitantes— una cifra inferior al número de habitantes de la Comunidad de Madrid—.

La esperanza de vida es uno de los indicadores socioeconómicos que ha quedado más intacto tras un lustro de enfrentamientos y decadencia. Estabilizada en 71 años desde 2003, la esperanza de vida de Libia es comparable a la de algunos países europeos como Ucrania o Bielorrusia, y solo superada en África por Cabo Verde y otros países magrebíes como Túnez o Marruecos.

La fragilidad actual de Libia convierte su economía en una de las más volátiles del planeta. Las divisiones en el poder, el aumento de la violencia y la delincuencia, y la falta de seguridad para los inversores extranjeros, han provocado descensos muy drásticos en el PIB. El Banco Mundial prevé que a partir de 2016 el país africano entre en una dinámica positiva de crecimiento, con variaciones porcentuales de dos dígitos cada año.

En 2011, Libia era el país africano con el PIB per cápita más alto de todo el continente. Miles de subsaharianos emigraban a la excolonia italiana para trabajar en la construcción.

Hoy, el PIB se ha desplomado a niveles de 2003. En los últimos tres años el PIB se ha reducido a un tercio (de 82.000 millones de dólares a 29.000 millones).

La producción de petróleo fue la mayor fuente de ingresos durante las más de cuatro décadas de dictadura de Gadafi, y lo sigue siendo a día de hoy. Sin embargo, la inestabilidad y las disputas por el poder han propiciado grandes alteraciones en la producción, a lo que cabe sumar el descenso generalizado del precio de los hidrocarburos en el mercado global.

La producción cayó drásticamente en 2011, se recuperó casi en su totalidad al año siguiente, y actualmente encadena tres años consecutivos de descensos. En la actualidad, Libia produce el 25% del crudo que producía en 2008.

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