Renzi recibe un gran espaldarazo político de Obama
El presidente de EE UU alaba las reformas polítias del jefe del Gobierno italiano y sus planes para Europa
Matteo Renzi logró ayer en Washington la bendición incondicional de Barack Obama hacia sus políticas para Italia y Europa. “Renzi”, aseguró el presidente de Estados Unidos, “ha representado un paso adelante para Italia, y el referéndum [sobre las reformas constitucionales] supondrá un gran impulso para la economía italiana”. Obama, que dedicó su última cena de Estado a su amigo “Matteo”, añadió que “la austeridad es un freno al crecimiento de Europa”, el mismo argumento que sostiene Italia frente al Gobierno de Angela Merkel.
La importancia simbólica del encuentro es innegable, pero no solo. Renzi necesita imperiosamente rentabilizar el espaldarazo de Obama convirtiéndolo en el salvoconducto de sus políticas tanto en Italia como en Europa. El desafío más urgente es el de ganar el referéndum al que someterá sus reformas constitucionales en las próximas semanas. Una prueba de fuego a la que Renzi llegó incluso a supeditar su futuro político, asegurando que, si triunfase el no, abandonaría el Gobierno y tal vez la política.
El presidente de Estados Unidos deja claro que las reformas de “Matteo” –así se refiere Obama a Renzi en una entrevista publicada ayer por el diario La Repubblica—son indispensables para que Italia y Europa remonten el vuelo: “Necesitamos políticas económicas inclusivas, que inviertan fuertemente en nuestro pueblo, dándoles la formación y las competencias necesarias para aumentar los salarios y reducir la desigualdad”.
El apoyo nítido de Obama se produce además en un momento clave, por cuanto en Italia el frente del No a las reformas es muy amplio. No solo está formado por la práctica totalidad de la oposición, sino también por una parte muy significativa –aunque no mayoritaria-- del Partido Democrático (PD), La oposición interna a Renzi es aquella que se considera depositaria de las esencias de la izquierda, y está liderada por figuras históricas del centroizquierda italiano como Pierluigi Bersani o Massimo D’Alema, quienes durante sus años al frente del PD no solo se mostraron incapaces de plantar cara de forma eficaz a la hegemonía política de Berlusconi durante casi dos décadas, sino que –una vez quitado de la circulación el líder de Forza Italia por una maniobra del expresidente Giorgio Napolitano—tampoco lograron reunir a la izquierda alrededor de un proyecto victorioso. En las elecciones generales de 2013, fue el cómico Beppe Grillo al frente de su juvenil Movimiento 5 Estrellas (M5S) quien logró catalizar el descontento general con la clase política. Y fue la llegada del exalcalde de Florencia a la política nacional –haciéndose con el liderazgo del PD y descabalgando de la jefatura del Gobierno a Enrico Letta—la que evitó casi in extremis una victoria clamorosa del M5S en las elecciones europeas. El PD ganó con un 40'8% de los votos, lo que –aunque de forma temporal— silenció a quienes desde la izquierda consideraban y siguen considerando al joven político florentino como un advenedizo.
Pero el proyecto de Matteo Renzi no se limita a Italia. El primer ministro asegura sin ningún rubor que su objetivo es devolverle el alma a Europa, y para ello no escatima en gastos ni en gestos. Aunque muy hábil a la hora de tender puentes incluso con el diablo –nada más llegar al poder urdió un pacto secreto con Berlusconi--, Renzi no ha dudado en desafiar a la canciller Angela Merkel o a criticar abiertamente la política europea hacia los refugiados. Y, también a este respecto, ha recibido el apoyo de Obama: “Italia está en primera línea afrontando la crisis de los refugiados, que es una catástrofe humanitaria. Italia sigue desempañando un papel de liderazgo, y Renzi está trabajando para lograr una respuesta compasiva y coordinada a la crisis, poniendo de relieve la necesidad de proporcionar asistencia a los países africanos de la que muchos de estos inmigrantes”.
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