Tensiones centrífugas
Los directores de los periódicos de LENA ofrecen su opinión ante los retos de la nueva Europa sin Reino Unido
EL PAÍS
El principal desafío que enfrenta la Unión Europea es el de la desintegración. Históricamente, la UE ha alternado periodos de expansión con periodos de estancamiento. Pero ahora, por primera vez, la suma de presiones internas y externas, nos hacen temer un futuro en la que vivamos en una Europa con menos miembros y, a la vez, con menos competencias compartidas. Precisamente en un momento en el que tanto el Brexit como el auge del populismo, la crisis de asilo y refugio y el desafío del terrorismo yihadista requieren más y mejor Europa, nos preocupa la timidez, falta de visión y liderazgo de la respuesta europea. Antonio Caño
Die Welt
No cabe duda de que algo va mal en la confederación de Estados de Europa. Hace dos meses, el Brexit fue algo más que una tarjeta amarilla para los engreídos jugadores europeos, tanto si estaban en Bruselas como en París o en Berlín. Si los que gobiernan Europa ya no llaman a los problemas por su nombre y, como mínimo, intentan resolverlos, sino que esperan a que pasen, sentados sobre el mullido dinero de los contribuyentes de Alemania, Inglaterra, Francia y Holanda, no deben extrañarse de que haya quien opte por las estrategias de salida. Si no se aseguran las fronteras exteriores de Europa, nadie tiene derecho a quejarse de que determinados países se pongan de acuerdo entre ellos y, por ejemplo, cierren la ruta de los Balcanes por su cuenta. Si los gestos humanitarios grandilocuentes acaban degenerando en un arrastrarse ante el déspota turco Erdogan, la propia política se destapa como un gesto vacío. Hay mucho que hacer, aparte de pronunciar discursos. Stefan Aust
La Repubblica
El tiempo de Europa se está acabando. Es una afirmación dramática, pero no podemos dejar de observar cómo aumenta cada día el número de ciudadanos que espera encontrar refugio en sus propias fronteras nacionales y ve en el proyecto comunitario riesgos, debilidad e inseguridad. La cumbre de Ventotene puede ser considerada como una consulta médica en la que el paciente constata que ama la verdad y que, de haber una salida, esta solo es posible con un tratamiento urgente y extraordinario. Tenemos que levantar la mirada, recordar lo que ha significado vivir en un espacio de paz durante 70 años e imaginar cómo entregar este milagro a nuestros hijos. Pero también tenemos que actuar de forma práctica y creíble, para convencer al paciente más escéptico de que existe un tratamiento y de que puede funcionar. Lo que significa empezar a poner en práctica las decisiones que ya se han tomado sobre la defensa común de las costas y las fronteras, y sobre la redistribución de los refugiados y los solicitantes de asilo, con una inteligencia común contra el terrorismo. Necesitamos actuar y dar pasos de hecho para combatir el desmoronamiento y dar una respuesta a la angustiosa solicitud de trabajo de la parte más joven de nuestra población. Mario Calabresi
Tages Anzeiger
“El pueblo no entiende la mayoría de las cosas; sin embargo, las siente como efectivamente son”, escribió Kurt Tucholsky. ¿Qué ha pasado para que el esperanzador proyecto de Europa se haya convertido en un monstruo aborrecido, como ponen de manifiesto el referéndum de Gran Bretaña y los sondeos en todas partes? La razón fundamental es que, cuando se implantaron el euro y la libre circulación de personas, se gobernó prescindiendo absolutamente de los ciudadanos de la Unión Europea.
Sin embargo, la Unión no tiene alternativa, ya que, de lo contrario, se desmoronaría, y nos encontraríamos otra vez en la inseguridad de la posguerra que inspiró a Churchill el discurso que pronunció en Zúrich el 19 de septiembre de 1946, en el que instaba al continente a unificarse. Que las cosas no lleguen a ese punto está ahora en manos de los políticos europeos y de una Unión ojalá otra vez cercana a los ciudadanos. Arthur Rutishauser
Le Soir
Cuando veo, desde Bruselas, al Triunvirato reunido en un lugar tan simbólico como la isla de Ventotene, me digo a mí mismo que, sea lo que sea lo que pensemos de Merkel, Hollande y Renzi, el futuro de Europa depende de ellos y de sus decisiones, porque Europa, hoy en día, es en lo que la han convertido, y la Europa del mañana será en lo que la conviertan, ya que el poder no lo tienen las instituciones, sino los Estados. Los tres están inmersos en unas campañas electorales que por lo genera impiden las decisiones valientes y atrevidas, pero Europa necesita ambiciones y perspectivas, y necesita hablar a los europeos, para no dejar vía libre a los populistas y a sus grotescas soluciones. Señoras y señores, Europa necesita una cosa: su valentía. Christophe Berti
Tribune de Genève
En Ventotene, François Hollande y Angela Merkel tienen que poner juntos la primera piedra para refundar Europa después del Brexit. Si fracasan, y la Unión Europea, donde soplan los vientos destructivos de los nacionalismos, no cobra un nuevo impulso, todos los países europeos, Suiza incluida, aislados e impotentes, sucumbirán a los desafíos a los que solo una Europa unida es capaz de responder. El tema de los inmigrantes es el mejor y más cruel ejemplo de ello. Pierre Ruetschi
Le Figaro
Tres dirigentes europeos de primer nivel van a buscar inspiración en una isla de Italia. Después del mazazo del Brexit, hay que relanzar Europa. Un “nuevo impulso”, ya dijeron Angela Merkel, François Hollande yMatteo Renzi cuando se reunieron el 27 de junio, el día después del referéndum británico. ¿Pero apoyándose en qué? Matteo Renzi pide que nos apoyemos más en los valores que en la economía. Los franceses prestan oídos de buena gana, pero a Angela Merkel no le gusta mucho comprometerse sobre el terreno. Y sobre todo, la canciller alemana no quiere “más Europa”, no ahora. Prefiere una “Europa mejor”, más eficaz, más audible. Su margen de maniobra, como el del presidente francés, es de todas maneras limitado. Los dos tienen citas electorales en 2017, una configuración que no favorece la imaginación. Arnaud de La Grange
Traducción de News Clips
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