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Gérard Biard: “Nos enfrentamos a formas nuevas de totalitarismo”

El redactor jefe de ‘Charlie Hebdo’ habla a un año del atentado terrorista contra la revista

El redactor jefe de 'Charlie Hebdo', Gerard Biard, el pasado noviembre.
El redactor jefe de 'Charlie Hebdo', Gerard Biard, el pasado noviembre.J. SAGET (AFP)

Gerard Biard es el redactor jefe de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que hace ahora un año sufrió un atentado en el que murieron 12 personas. Biard repasa lo que ha supuesto este año para el semanario y su forma de entender el humor.

Pregunta. Un año después de la matanza que diezmó la redacción de Charlie Hebdo, ¿qué es lo que no quiere oír el 7 de enero de 2016?

Respuesta. Me da miedo incluso oírlo. Frente a estos actos de terrorismo, siempre acabamos encontrando explicaciones y justificaciones que de hecho suenan a excusas. Es inaceptable. Para mí, se trata solo de rechazar una ideología totalitaria basada en dogmas religiosos.

P. Sin embargo, cualquier explicación no sirve de excusa...

R. Es cierto, pero el Estado Islámico tiene miles de razones para odiarnos, por lo que buscar explicaciones es un ejercicio que no tiene fin y, repito, siempre con el riesgo de buscar las “razones correctas”. Estas no existen dado que el único objetivo es imponer a unas sociedades democráticas una ideología religiosa radical.

P. ¿Habla de fascismo islámico?

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R. Yo, que soy de origen italiano, rechazo la palabra “fascismo” porque tiene demasiadas connotaciones en un contexto histórico. “Totalitarismo” me parece más adecuado y la palabra abarca mucho más que el estalinismo y los fascismos del siglo XX. Por desgracia, nos enfrentamos a unas formas nuevas de totalitarismo en el siglo XXI.

No existe una traducción satisfactoria para  el ‘laicismo‘ francés en otro idioma

P. ¿Cómo vivió los atentados de París del 13 de noviembre de 2015? ¿Cómo una repetición del 7 de enero?

R. Estaba en la redacción de Libération para celebrar su traslado, muy cerca del Bataclán y de los cafés del distrito XI de París. Éramos 300 periodistas y estábamos todos en un estado de estupefacción: era imposible creer lo que las cadenas de información continua nos mostraban. Nuestra obsesión en Charlie Hebdo esta vez era hablar de las matanzas sin ser siniestros. Nuestro mensaje fue sencillo: “Que os den”. Lo decía la redacción de Charlie Hebdo, pero también todos esos franceses que van de copas y acuden a los conciertos. Y el “os” se refiere, por supuesto, a esos fanáticos que quieren imponer un nuevo totalitarismo religioso en Francia y en el resto del mundo, porque Francia, claro está, no es más que un símbolo, y no es el único país amenazado.

P. ¿Cómo explicaría el concepto de laicismo a un público que no sea francés?

R. Empezaría por decir que no existe una traducción satisfactoria en otro idioma. En inglés, secularism no es suficiente para traducir “laicismo”. Después, siempre tenemos que ser conscientes de que existen dos visiones de la separación entre la Iglesia y el Estado: en Francia, la religión no debe inmiscuirse en los asuntos del Estado, mientras que en un país como EE UU, es el Estado quien no debe inmiscuirse en los asuntos religiosos. Son visiones contrarias, y es la razón por la cual es tan difícil hablar de laicismo en un país anglosajón.

P. Otras portadas de Charlie Hebdo han creado polémica, como la del pequeño Aylan que murió en una playa de Turquía...

R. Sí, porque otra vez nos acusaron de haber blasfemado. Quisimos cambiar voluntariamente el significado de lo que, en nuestra opinión, se había convertido en “una imagen piadosa”, y estamos orgullosos de mantener esta tradición del dibujo de prensa.

Ahora nos esforzamos por ser más pedagógicos

P. ¿Ha cambiado la línea editorial de Charlie Hebdo desde enero de 2015?

R. En lo que se refiere al fondo, no queremos cambiar. Pero asumimos el hecho de que el 70% de las personas que nos leen no nos conocían antes del 7 de enero de 2015. Muchos franceses, pero también muchos europeos a quienes les tenemos que transmitir el mensaje de un periódico satírico cuando en realidad no existe un equivalente en el Viejo Continente. Es verdad que nos esforzamos por ser más pedagógicos, pero nunca nos abstendremos de hacer lo que siempre hemos hecho.

© Global Editors Network

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