El misterio de los libreros desaparecidos
Cinco personas relacionadas con una editorial que publica libros prohibidos en China continental están en paradero desconocido, incluido su propietario
Una cadena de misteriosas desapariciones de varias personas relacionadas con la editorial Mighty Current tiene en vilo a la sociedad civil hongkonesa. En los últimos meses, hasta cinco trabajadores de esta casa, cuya librería en el distrito comercial de Causeway Bay es famosa por vender libros prohibidos en China continental —muchos de ellos sobre las vidas privadas de altas cúpulas del poder en Pekín— están en paradero desconocido. El último caso sucedió la semana pasada, pero a diferencia de los anteriores, Lee Bo desapareció dentro de territorio hongkonés.
“Durante los últimos dos meses tuvimos mucho cuidado tras la desaparición en el extranjero y en China de cuatro personas relacionadas con la librería. Nunca nos imaginamos que algo semejante sucedería en Hong Kong”, dijo ante la prensa local la esposa de Lee Bo, el quinto desaparecido.
La editorial con la que están relacionados los desaparecidos ocupa un tercio del mercado de libros políticos chinos publicados en Hong Kong
La tarde del 30 de diciembre, Lee informó de que iba a realizar una entrega de una docena de libros y nunca regresó a su hogar. A las diez de la noche, su esposa recibió una llamada desde Shenzhen, al norte de la frontera con China continental, en la que Lee explicaba en chino mandarín (la pareja suele hablar en cantonés) que no podría volver a casa porque estaba “cooperando con una investigación”.
Según Bei Ling, presidente del Centro de Autores Independientes Chinos, la editorial Mighty Current ocupa un tercio del mercado de libros políticos chinos publicados en Hong Kong, territorio autónomo regido por un sistema legal independiente del resto del país y en donde la libertad de expresión está garantizada bajo la fórmula Un País Dos Sistemas desde su retorno a soberanía china en 1997.
Uno de los desaparecidos es precisamente el propietario de la editorial. Gui Minhai habría sido “secuestrado” el 17 de octubre en su residencia en Pattaya, Tailandia, por un individuo chino. Su esposa ha recibido durante los últimos meses varias llamadas telefónicas de su marido, de nacionalidad sueca, en las que nunca menciona su paradero ni cuándo planea retornar y siempre desde números de lugares remotos como Togo, Polonia y Croacia. A pesar de que la hija de Gui ha presentado el caso ante autoridades suecas y la Interpol, la policía tailandesa aún no parece haber iniciado investigación alguna.
A los casos de Gui y Lee se suman tres más: el expropietario de la librería, Lam Wing Kei, el 24 de octubre, y los asociados Lu Bo y Zhang Zhiping, alrededor de la misma fecha. Los tres habrían sido secuestrados una vez dentro del territorio chino continental.
El hecho de que la última desaparición haya ocurrido dentro de Hong Kong ha disparado las alarmas. “Es preocupante que fuerzas de seguridad chinas puedan ejercer funciones fuera de su jurisdicción”, opina Patrick Poon, investigador de Amnistía Internacional, quien agrega que “el Gobierno y la policía de Hong Kong tienen la ineludible responsabilidad de llevar a cabo una investigación exhaustiva, de otra forma la credibilidad de Un País Dos Sistemas se desmoronará por completo”. El jefe del Ejecutivo hongkonés, Leung Chun Ying, aseguró este lunes que su Gobierno presta especial atención al caso y tachó de "inaceptable" que las fuerzas de seguridad de China continental violen la jurisdicción de Hong Kong.
Una fuente cercana a los desaparecidos cree que la potencial publicación de material perjudicial para el presidente chino Xi Jinping proporcionado por sus enemigos políticos, caídos en su campaña anticorrupción, podría haber motivado la represalia. La misma fuente especula que, de ser así, Gui y sus asociados podrían ser acusados de espionaje. El legislador Albert Ho, por su parte, sugirió el domingo en una rueda de prensa que la editorial estaba a punto de publicar un libro sobre una exnovia de Xi, informa France Presse.
Editoriales de Hong Kong aprovecharon la relativa libertad de expresión en el territorio y se hicieron un nicho de mercado, especialmente de cara a los turistas chinos continentales que de otra forma no tendrían acceso a semejante material de lectura, pero sienten que este espacio se está estrechando cada vez más.
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