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“Lo único que hacía Badawi era cumplir con la libertad de expresión”

Ensaf Haidar recoge hoy en nombre de su marido, Raif Badawi, el Premio Sájarov

Belén Domínguez Cebrián

Con semblante firme, vestida de negro y un retrato enmarcado de su marido, el bloguero saudí Raif Badawi, Ensaf Haidar ha recogido este miércoles el premio Sájarov que el Parlamento Europeo concedió a su esposo, encarcelado desde 2012 por ofender al Islam, hace dos meses. "Los países europeos podrían presionar más por la libertad de expresión" en Arabia Saudí, ha remarcado.

"Censurado. Encarcelado. Azotado. Pero no silenciado". Estas son las palabras con las que el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha presentado a través de un pequeño vídeo de unos 50 segundos al bloguero saudí ante un pleno —el último del año— que se fue llenando poco a poco de diputados. "Lo único que hacía Badawi era cumplir con la libertad de expresión", espetó Schulz, cuyo grupo parlamentario, los Socialistas y Demócratas europeos, promovió la candidatura del saudí frente a los demás finalistas; la oposición venezolana y Boris Nemtsov, viceprimer ministro ruso asesinado en febrero en Moscú. La esposa del bloguero, antes de su intervención, levantó a los allí presentes para hacer un minuto de silencio por las 130 víctimas de los atentados de París del pasado 13-N. "Es lo que mi marido hubiese pedido aquí", explicó Haidar.

En una intervención durante un seminario organizado por la Eurocámara sobre este premio —que se concede por la trayectoria de lucha por la libertad de expresión— Haidar opinó, sin embargo, que los países europeos tienen poco que hacer en cuanto a la libertad de la mujer en el país: "Eso sólo lo cambia la sociedad, no lo cambian las leyes".

En el seminario, Haidar recordó la huelga de hambre que mantiene su marido desde el pasado día 8, cuando se le comunicó que iba a ser trasladado de prisión, lo que incrementa las dificultades para contactar con él. "Está siendo sometido a un tratamiento normal, antes estaba con otros veinte detenidos. Antes era un lugar sucio y con una alimentación diferente. Ahora no sé como está en la nueva prisión", dijo Haidar, ahora exiliada con sus tres hijos de 12, 11 y ocho años en Canadá.

El contacto que hasta ahora ha mantenido Haidar con su marido se limita a "una o dos llamadas telefónicas a la semana". El bloguero Raif Badawi fue condenado en 2012 a diez años de cárcel, al pago de un millón de riales saudíes (unos 242.000 euros) y a mil latigazos (veinte tandas de 50) por supuestamente difamar al Islam. Hasta ahora preso en la cárcel de Briman, en Yeda, Badawi recibió los primeros 50 latigazos en público frente a una mezquita de la ciudad el pasado enero.

Badawi sabe desde hace un mes que le ha sido concedido el Premio Sájarov a la libertad de conciencia, como reconoció su mujer, y sabe cuál es su valor simbólico. "Ahora ha sido trasladado a otra prisión y no he podido contactar con él, por lo que no está al tanto de lo que está haciendo el Parlamento Europeo estos días, ni sabe lo calurosa que ha sido la acogida que he tenido aquí. Si lo supiera estaría mejor", afirmó.

Haidar volvió a mostrar su cautela frente a las preguntas políticas en Arabia Saudí: "Yo lo que defiendo es la causa de Raif. En lo que se refiere a la política general... es un tema que me supera". "No me gustaría hablar en términos políticos o comerciales. Me interesa en primer lugar la libertad de Raif y me gustaría que todas las preguntas que se me hagan se refieran a él y a su encarcelamiento", advirtió Haidar. "Sólo espero que muy pronto Raif sea liberado, al igual que todos los demás detenidos por motivos de opinión. Espero que eso cambie muy pronto", afirmó.

El presidente de la Eurocámara reclamó al Rey de Arabia Saudí que perdone a este bloguero de inmediato y lo ponga en libertad sin condiciones. Instó además a las autoridades saudíes a poner fin a la persecución sistemática de la libertad de expresión pacífica. "El único crimen de Raif Badawi ha sido expresar sus ideas de forma pacífica", declaró la presidenta del subcomité de derechos humanos en la Eurocámara, la socialista española Elena Valenciano.

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