Jorge Martín regresa al escenario de su coronación, donde todo vuelve a empezar
El campeón del mundo empezó aquí su espinosa trayectoria con Aprilia un día después de bajarse de la Ducati, un reto complicado en el que ahora vuelve a creer


Cuando Jorge Martín se subió a la Aprilia por primera vez quedó bastante satisfecho. En algunos aspectos, su nueva máquina le gustó incluso más que su antigua Ducati. Tenía claro, sin embargo, el reto que había por delante. “Hay mucho trabajo por hacer”, confesó a su núcleo duro en este mismo escenario nada más bajarse de la RS-GP de los italianos. Ni él ni nadie llegaron a imaginar cuánto. Diez meses después del mejor día de su vida, cuando se coronó campeón del mundo en el Circuit de Barcelona-Catalunya en el GP Solidario de 2024, el número uno de la categoría reina apenas vuelve a empezar de nuevo.
“Es guay recordar ese día. Es algo que no voy a olvidar en la vida. Y los recuerdos están muy bien, pero son cosa del pasado. Hay que mirar hacia delante, y mi foco está en el presente, en seguir creciendo con esta moto”, contaba antes de subirse a la moto el viernes. En la primera sesión de entrenamientos, Martín quedó a más de un segundo del más rápido, Pedro Acosta con la KTM. En la segunda rebajó el margen a ocho décimo respecto a Brad Binder, primero con la otra moto oficial de los austríacos, él 18º. Todavía mucho trabajo por hacer, efectivamente, pero nada mal teniendo en cuenta el punto de partida.
“Me he sentido mucho mejor”, expuso al comparar su primera experiencia con la Aprilia el noviembre pasado después de la primera jornada. “Me he quedado a dos décimas de mi récord con la Ducati. Esto significa que estoy ya a un buen nivel y soy competitivo”, destacó. Este es tan solo el cuarto gran premio de regreso después de la concatenación de lesiones que le hizo sentirse más muerto que vivo a miles de kilómetros de casa, en un hospital de Doha.
“Vienes de un momento de subidón, como el año pasado, que ganas, tocas el cielo, y de repente tienes esa primera caída que te hace bajar a la nube”, recuerda Jorge Echevarría, la sombra de Martín dentro y fuera de los circuitos, en conversación con EL PAÍS. Ese primer golpe llegó a comienzos de febrero en Malasia: noche en el hospital, fracturas en el pie y en la mano y una primera operación a su regreso a España. El siguiente trompazo llegó a los 20 días: caída en un entrenamiento privado y fractura delicada de escafoides que también requirió intervención quirúrgica. Adiós al inicio de campaña en la que defendía título.
“Tres caídas seguidas así es algo muy raro, casi inaudito”, lamenta el preparador físico de Martín, que ha trabajado a destajo junto a él para ponerle incluso más fuerte que el año pasado, donde tocó techo fisiológico y competitivo. La prioridad del entorno tras el costalazo en el GP de Qatar en abril fue recuperar la moral de un campeón del mundo roto. Solo quería olvidarse de las dos ruedas y relajarse, intentar pasar página, y por si fuera poco se precipitó rumbo a un lio de despachos. El mar fue la mejor terapia.
En esos primeros días en Ibiza, desconectado del ‘paddock’ y del mundo, apenas podía dar un paseo de 10 minutos antes de sentarse a descansar. La inquietud que caracteriza al madrileño volvió a dispararse pronto, capaz de ponerse hacer abdominales incluso en una camilla de hospital. Empezó entonces un arduo proceso de recuperación que, en el fondo, todavía continúa. “Sufría en silencio, pero en un par de meses ya estaba en sus números del año pasado. Siempre puedes sacar algo positivo de las cosas, y eso nos permitió aumentar su buena base y potenciarla”, destaca Echevarria. Ahora, ‘Martinator’ está más fuerte que nunca.
Con la ayuda del psicólogo Xero Gasol y su entorno, Martín volvió a armarse de confianza. Enterrado el feudo con su equipo, volvió al trabajo renovado y sin volver a caer en arrebatos poco productivos. El campeón ha agradecido, después de constatarlo en pista, el magnífico trabajo de Marco Bezzecchi y todo el equipo de Aprilia durante sus meses de ausencia, que le permitió cruzar cuarto el anterior GP de Hungría. “No hace mucho, la percepción era que la moto le llevaba a él, ahora se alegra de poder sentir la moto y se nota que vuelve a divertirse encima de ella”, celebran desde el equipo.
Vigésimo en la tabla y con la idea fija de mejorar día a día sin exigirse resultados, el objetivo de Martín es volver a empezar ahora y usar este desenlace de la temporada 2025 como lanzadera rumbo a 2026. “Estoy muy contento de estar aquí sano, de sentirme mejor tanto con la moto como físicamente, y estoy muy feliz de estar formando una familia con Aprilia, aunque no esté siendo un camino de rosas”, resumía el campeón en el lugar donde hace menos de un año celebraba por todo lo alto.
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