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El ataque al tren de París cuestiona la falta de controles de seguridad

La eficiencia del ferrocarril como medio de transporte y la libre circulación en el espacio Schengen relegan los controles en los accesos a los trenes

Varios soldados patrullaban este sábado en la estación Gare du Nord en París.
Varios soldados patrullaban este sábado en la estación Gare du Nord en París.Binta (AP)

El ataque en un Thalys el pasado viernes en el norte de Francia ha abierto el debate sobre la seguridad en los trenes. En Francia, sólo existen controles en los accesos al Eurostar a Londres, porque Reino Unido no forma parte del espacio Schengen. El Gobierno francés estudia, sin embargo, nuevas medidas para evitar este tipo de atentados. De momento, la empresa de ferrocarriles SNCF apela a la vigilancia de sus pasajeros y va a crear un número de teléfono especial.

El número especial, el 3117, existe ya para alertar de diferentes comportamientos inciviles. A partir del 1 de septiembre se ampliará a casos de terrorismo. “Se trata de un número gratuito de vigilancia ciudadana para que cualquier persona que note algo fuera de lo normal, puede que inquietante, en una estación o en un tren, lo pueda señalar”, según explicó Guillaume, presidente de la SNCF, en una entrevista al Journal du Dimanche.

Para valorar la seriedad de la amenaza, la SNCF contratará a 40 agentes especializados que filtraran las llamadas y tomarán las medidas adecuadas. La empresa aumentará también el número de señales de advertencia en las estaciones y los trenes y reforzará las patrullas de seguridad.

Sin embargo, el presidente de la SNCF, Guillaume Pepy, descarta de momento crear zonas de embarque con pórticos y control sistemático de las maletas en los accesos a los trenes. “El tráfico ferroviario en Francia es un 20% superior al aéreo. Ya se sabe lo que son las medidas de control de embarque en los aeropuertos, en el caso de los trenes tendríamos que multiplicarlo por 20. No podemos contar con esa pista”, admitió.

La empresa de ferrocarriles habilitará un número de teléfono para sospechas terroristas

“Hay que elegir: o tenemos una seguridad razonable o una baja eficiencia de transporte”, reconoció Pepy. En declaraciones a AFP, Raffaello Pantucci, del centro de análisis británico RUSI, admitía que no es posible trasladar la seguridad que se aplica en los aeropuertos al servicio ferroviario. “Los aviones tienen un punto determinado de partida y de llegada y en torno a eso se puede construir un aparato de seguridad. Pero no es posible trasladar ese modelo a los trenes porque tendría que realizarse en cada estación”. Eso sin tener en cuenta el enorme coste económico que supondría la medida, como reconocen diversos expertos.

En Francia, sólo existen ese tipo de controles en los accesos al Eurostar, dado que circula hacia Reino Unido. Como en los aeropuertos, el embarque en este tren exige a los pasajeros dirigirse a una terminal específica, al menos media hora antes de la salida del tren y hay controles de identidad y escaneo del equipaje antes de embarcar en el tren.

Espacio Schengen

El convoy en el que Ayoub El Khazzani se disponía presuntamente a perpetrar una matanza partió de Holanda con destino a Francia, atravesando Bélgica. Los tres países pertenecen al espacio Schengen, donde no hay controles de identidad por la libertad de movimiento ni registros de equipaje. El Khazzani, fichado por los servicios de inteligencia españoles y franceses, pudo así subirse en la estación de Bruselas con un verdadero arsenal a cuestas —un Kaláshnikov, una pistola, varias armas blancas y una decena de cargadores— sin ser controlado.

Para el primer ministro belga, Charles Michel, el ataque ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar el acuerdo de Schengen. “Nos enfrentamos a nuevas amenazas en Europa y debemos contemplar una adaptación y nuevas reglas respecto a los controles de identidad y de equipaje”, señaló el sábado y pidió una reunión sobre este asunto con los países vecinos.

El Gobierno francés ha anunciado la “plena movilización del Estado” para garantizar la seguridad en los transportes públicos franceses. “Ante el alto nivel de amenaza que sigue pesando sobre el país, el Gobierno ordena la plena movilización de los servicios del Estado para garantizar la seguridad de todos en todos los puntos del territorio, especialmente en el transporte público”, señalaba el Ministerio del Interior francés en un comunicado.

París mantiene unos 7.000 militares, además de 3.000 agentes de seguridad de los ferrocarriles y 1.250 agentes de la red de metro que patrullan por unos 5.000 lugares considerados objetivos potenciales del terrorismo, entre ellos las estaciones de tren y los aeropuertos. Desde los atentados del pasado mes de enero, que dejaron 17 muertos, el país está en estado de máxima alerta terrorista y bajo el plan antiterrorista Vigipirate.

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