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Bruselas revisará el control médico de los pilotos y las puertas de cabina

La UE puso objeciones en 2014 a Alemania por la supervisión de la salud de sus aviadores

Lucía Abellán
Imagen de archivo del interior de la cabina del avión de Germanwings estrellado el pasado 24 de marzo.
Imagen de archivo del interior de la cabina del avión de Germanwings estrellado el pasado 24 de marzo.MARIUS PALMEN (EFE)

La investigación sobre la colisión intencionada del avión de Germanwings muestra que existe margen de mejora en la regulación comunitaria. Bruselas estudia desde hoy posibles cambios relativos a los mecanismos de bloqueo de la puerta de la cabina, los procedimientos de entrada y salida y la supervisión médica de los pilotos. La Comisión Europea ha encargado este trabajo a la Agencia Europea de Seguridad Aérea, que reúne este mismo jueves a un grupo especial de trabajo dedicado a identificar posibles mejoras.

La comisaria de Transportes, Violeta Bulc, ha tomado esta decisión después de conocer los resultados preliminares de la investigación de las autoridades francesas, difundidos el miércoles, sobre la catástrofe del pasado 24 de marzo. El grupo de investigación incluirá a expertos médicos, de la industria de aviación y de los reguladores. Un portavoz comunitario elude precisar cuánto durará el análisis ni cuáles serán sus resultados, pero apunta que tratará ver qué áreas de mejora existen en la actual regulación. “Si la agencia lanza proposiciones concretas, la Comisión las aplicará en todo el territorio europeo”, ha subrayado el portavoz.

Hasta el momento, la normativa europea obliga al piloto a permanecer en todo momento en la cabina, salvo “necesidades fisiológicas u operativas”. Nada se dice sobre qué ocurre si el piloto sale, si otra persona debe entrar en su ausencia (como en EEUU) o no, aunque justo después del suceso de Germanwings la Agencia Europea de Seguridad Aérea lanzó una recomendación para que nunca se quedase un piloto solo en la cabina. La mayor parte de las aerolíneas se adhirieron a ese consejo.

Respecto al bloqueo de la puerta, Europa sigue la normativa internacional de mantenerla cerrada, con un pestillo que puede ser activado por quien está en la cabina sin que desde fuera se pueda desbloquear. La decisión, adoptada tras los atentados del 11-S en Estados Unidos, pretende evitar secuestros de aviones, pero se convirtió en la trampa mortal del incidente en los Alpes franceses.

Los expertos del grupo de trabajo de la agencia europea examinarán estos dos elementos y también los controles médicos que debe pasar el personal de aviación, así como el conocimiento que las empresas tienen de su estado de salud. Con las reglas actuales, los pilotos deben disponer de un certificado médico expedido por un especialista en medicina aérea y revalidado periódicamente (al menos una vez al año). El estado psicológico y psiquiátrico del profesional también debe ser evaluado.

Las aerolíneas tienen que garantizar la validez de esos certificados y pueden requerir controles adicionales para un piloto si ha registrado incidentes o si alguna vez su comportamiento ha generado inquietud entre sus compañeros. Cualquiera de estas reglas pueden experimentar un endurecimiento a la luz de lo ocurrido en el avión que estrelló el copiloto Andreas Lubitz.

Aunque las normas básicas son comunes para todos, cada Estado miembro hace su propia aplicación y la Agencia Europea de Seguridad Aérea verifica si las prácticas vigentes en cada país se ajustan al espíritu de la regulación. Precisamente ese organismo presentó el año pasado –es decir, antes del accidente- objeciones al modo como Alemania aplica las reglas relativas a la salud de sus pilotos y a la expedición de la licencia para volar. Las normas de privacidad alemanas, entre las más estrictas de Europa, pueden haber supuesto un obstáculo en la información que las aerolíneas obtienen sobre la salud de su personal. El Gobierno alemán ya ha aportado a la Comisión Europea información adicional sobre estas objeciones formuladas por Bruselas, que estudia ahora esos datos para decidir si obliga a Berlín a cambiar su regulación.

Fuentes comunitarias insisten en que la agencia de seguridad aérea encuentra disitintos tipos de incumplimientos en muchos países y eluden precisar si en el caso alemán esos problemas eran más acentuados. Asimismo rehúsan precisar cuáles son las normas germanas que en principio se considera incumplen los mandatos comunitarios.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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