Un grupo de ácratas intenta agredir a Varoufakis en Atenas
El ministro de Finanzas griego cenaba con su esposa en un restaurante del barrio que es feudo de los antisistema
Un grupo de anarquistas intentó agredir en la noche del martes al ministro de Financias griego, Yanis Varoufakis, y a su mujer, Danai Stratu, lanzándoles objetos de cristal cuando se encontraban cenando en un restaurante en Atenas. El ministro y su esposa acababan de terminar una cena acompañados de una amiga en un popular local del barrio de Exarjia, recurrente escenario desde hace años de manifestaciones y choques entre los antisistema y los antidisturbios, cuando un grupo de personas de estética anarquista entró en el patio del restaurante y comenzó a proferir amenazas e insultos contra Varoufakis.
"Durante unos segundos trataron de alcanzarme, sin golpear a mi mujer, que se interpuso entre ellos y yo (...) Después se retiraron y continuaron con sus gritos y nos esperaron a la salida del restaurante", ha informado el ministro en un comunicado.
Las autoridades griegas no han entrado en detalles sobre el origen del incidente, aunque han explicado que parece que los agresores pretendían ridiculizar a Varoufakis más que herirle. El episodio finalizó después de que el economista conversara con los individuos más exaltados del grupo, y sin que nadie llamara a la policía.
"Comencé un diálogo con ellos y les dije que quería oírles, incluso si esto podía acabar en una agresión", explicó Varoufakis, quien apuntó que, tras una conversación "tensa pero no violenta", los ánimos se calmaron. Los ácratas pidieron al ministro que "abandonara su territorio".
Desde la llegada al poder de Syriza, tras las elecciones del pasado 25 de enero, los incidentes protagonizados por anarquistas y antisistema se han multiplicado. Un grupo de ellos entró durante horas en la sede principal del partido en Atenas en demanda del cierre de las cárceles de alta seguridad, o tipo C. Otro grupo más numeroso ocupó durante casi tres semanas la sede de la Universidad de Atenas, en el centro de la ciudad, por el mismo motivo. La ocupación, a la que puso fin la policía, suscitó críticas en el seno del Gobierno y de Syriza sobre la supuesta inacción de las fuerzas de seguridad ante este tipo de manifestaciones y la dubitativa política del Ejecutivo al respecto.
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