El Supremo italiano pone punto final al ‘caso Knox’ tras siete años de juicios
El fallo, contra el que no cabe recurso, absuelve a Amanda Knox y su exnovio del asesinato de la joven británica Meredith Kercher en 2007 en Perugia
Y, al final, absueltos. Después de siete años de vaivenes judiciales, el Tribunal Supremo italiano considera que no hay pruebas para condenar a la joven estadounidense Amanda Knox y al italiano Raffaele Sollecito del asesinato de la británica Meredith Kercher, cometido la noche entre el 1 y el 2 de noviembre de 2007 en la ciudad de Perugia. El Supremo solo condenó a Amanda Knox a tres años de cárcel por calumnias –una pena que ya cumplió durante su estancia en prisión preventiva—por acusar de los hechos a Patrick Lumumba, un músico congoleño que regentaba el bar en el que trabajaba la joven estadounidense.
La sentencia del Tribunal Supremo se produce después de que los jóvenes, que eran novios cuando se produjo el crimen, fuesen detenidos horas después de los hechos, condenados a 26 y 25 años de cárcel en 2009, absueltos en segunda instancia en 2011, anulada la absolución por el Tribunal Supremo en 2013, vueltos a condenar por el Tribunal de Apelación de Florencia a principios de 2014 y, la noche del viernes, después de casi 11 horas de deliberaciones, considerados definitivamente absueltos. Todos estos vaivenes judiciales han sembrado muchas dudas sobre la fiabilidad de la investigación y, sobre todo, dejan sin consuelo a la familia de Meredith Kercher, asesinada cuando solo tenía 21 años y disfrutaba en Italia de una beca Erasmus.
El fallo del Tribunal Supremo, contra el que no cabe recurso, echa por tierra la versión de los fiscales que hizo suya el tribunal que condenó a la pareja en 2009 y el que la volvió a condenar en 2014. Según la fiscalía, la noche entre el 1 y el 2 de noviembre de 2007, Amanda Knox, que entonces tenía 21 años, Raffaele Sollecito, de 22, y el marfileño Rudy Guede —también condenado en un juicio rápido a 16 años de prisión— llegaron juntos al piso de vía della Pergola y atacaron, sin que se conozca el móvil, a la joven Meredith. “Knox, Sollecito y Guede”, sostienen aún los fiscales, “bajo el efecto de estupefacientes y quizá de alcohol, decidieron llevar a cabo el proyecto de implicar a Meredith en un fuerte juego sexual”. Al negarse la joven inglesa, la agresión desembocó “en un crescendo incontrolado, imparable, de violencia y juego sexual que acabó con la muerte de la muchacha británica”. Meredith Kercher recibió 43 puñaladas.
Nada más conocer la sentencia de absolución, cuyas motivaciones se publicarán dentro de algunas semanas, Amanda Knox comunicó a su abogado desde Seattle que es “inmensamente feliz” y que se querellará por la “detención injusta”. Por su parte, Raffaele Sollecito declaró desde Bari: “La misma magistratura que me condenó injustamente me ha restituido hoy la dignidad y la libertad”. Ahora solo queda esperar que la policía y la justicia italiana sean capaces algún día de responder a la pregunta que la familia Kercher se hace desde hace más de siete años: ¿quién mató a Meredith?
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