Segunda noche de bombardeos saudíes sobre Yemen
El presidente yemení se dirige a Egipto para participar en la cumbre de la Liga Árabe que se celebra este fin de semana
Los aviones de la coalición árabe que dirige Arabia Saudí han vuelto a bombardear en la madrugada de este viernes, por segundo día consecutivo, posiciones de los rebeldes Huthi en Yemen. Mientras tanto, el presidente yemení, Abdrabbo Mansur Hadi, que la víspera llegó a Riad, se dirige a Egipto para participar en la cumbre de la Liga Árabe que este fin de semana se celebra en la ciudad de Sharm el Sheij, en la costa del mar Rojo.
Los residentes en Saná, la capital de Yemen, han vuelto a oír explosiones de madrugada. Al parecer los bombardeos han alcanzado un centro de reclutamiento, situado al oeste de la ciudad, según ha informado la cadena de televisión catarí Al Jazeera. Los ataques también se han dirigido en esta ocasión contra el feudo Huthi en Saada, al norte del país, así como contra varios cuarteles en Adén y Taiz.
“La campaña va a continuar mientras sea necesario”, declaró la víspera el general Ahmed al Asiri, portavoz de la coalición que incluye a una decena de regímenes suníes. Arabia Saudí cuenta con el apoyo de Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán y Pakistán (el único no árabe), además de sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), con excepción de Omán. El CCG, que agrupa a las monarquías de la península Arábiga, incluye además a Kuwait, Qatar, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos.
Aunque no participa en la operación, Estados Unidos la respalda y ha anunciado públicamente que está ayudando con información. “Entendemos sus preocupaciones y apoyamos su esfuerzo”, ha declarado Jeff Rathke, portavoz del Departamento de Estado.
Abdelmalek al Huthi, el líder de los rebeldes, describió el ataque saudí como “una agresión despreciable”, durante un nuevo discurso televisado. “¿Qué esperan que hagamos? ¿Rendirnos? ¿Anunciar nuestra derrota y actuar como cobardes? Nunca”, aseguró. Los dirigentes de ese movimiento-milicia tratan de presentar los bombardeos como una afrenta contra la soberanía de Yemen para movilizar a la población más allá de las divisiones sectarias que el conflicto ha subrayado.
El grupo, de confesión zaydí (una rama del islam chií), ha evitado en todo momento esas referencias tratando de apelar a la mayoría suní (dos tercios de la población de Yemen). De hecho, han encontrado apoyo entre quienes hicieron fortuna en la etapa de Ali Abdalá Saleh. El avance de los rebeldes hubiera sido impensable sin el respaldo del expresidente, también zaydí, pero que combatió a los Huthi durante su mandato. La mayoría de las fuerzas armadas se han mantenido leales a Saleh y a su hijo, Ahmed, que es quien ahora dirige a los renegados.
Amnistía Internacional denunció la víspera en un comunicado enviado a este diario que al menos había seis niños entre los 25 muertos que produjo en Saná la primera incursión aérea, en la madrugada del jueves. La mayoría de las víctimas se produjeron por la destrucción de varias viviendas en un barrio próximo al aeropuerto de la capital, que aloja también la base aérea bombardeada. La organización pidió a los contendientes que extremen sus medidas para proteger a la población civil.
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