Cualquier presidente de ficción ganaría unas elecciones a Obama
Malvados como Frank Underwood de 'House of Cards' vencen al dirigente real en un sondeo de Reuters hecho en EE UU
La maldad es popular. Ahora, un sondeo revela que también en la Casa Blanca, donde los estadounidenses preferirían ver a un malo de serie que al presidente real. Así, el manipulador y maquiavélico Frank Underwood, interpretado por Kevin Spacey en la aclamada House of Cards, un presidente demócrata que no tiene reparos en tirar al metro a una periodista entrometida o en asesinar a un congresista de su propio partido tiene un 57% de aprobación frente al 54% del real, Barack Obama, con el que solo coincide en filiación política, según una encuesta publicada hoy lunes por Reuters-Ipsos.
El sondeo, realizado entre los días 9 y 15 de este mes en Estados Unidos, muestra que un 46% de los encuestados aprueban la gestión de Obama, conocido por su estilo discreto y cauteloso, mientras la mayoría prefiere a cualquier otro presidente televisivo antes que al Obama No Drama (Obama sin drama). La opinión de los estadounidenses es compartida por el propio líder demócrata, fan de Underwood. "El tipo ha hecho un montón de trabajo", aseguró en diciembre de 2013 durante una sesión de fotos con Reed Hastings, director ejecutivo de Netflix, productora de la serie. "Me gustaría que las cosas fueran tan rudamente eficaces", aseguró.
Pero no solo Underwood. Sin llegar a esas cotas de maquiavelismo y perversión, los estadounidenses también parecen admirar a líderes moralmente ambiguos para los estándares americanos, como el republicano Fitzgerald Fizt Grant, interpretado por Tony Goldwin en el culebrón de alta política Scandal, con un 60% de aprobación, a pesar de ser un conquistador y un seductor irredento (entre otros, tiene un affaire con una abogada) con problemas con el whisky.
En las antípodas de los dos anteriores, el compasivo y humano Jed Bartlet, al que da vida Martin Sheen en El Ala Oeste de la Casa Blanca —que consigue legalizar a inmigrantes ilegales, firmar la paz entre Palestina e Israel, sobrevivir a un infarto y al secuestro de su hija— obtiene la aprobación del 82% de los espectadores de la NBC. Preguntados también por si imaginaban a David Palmer rigiendo los destinos del país, un 89% tenía una imagen favorable del primer presidente afroamericano de 24, un tipo patriótico y decidido líder encarnado por Dennis Haysbert en una serie cuyo protagonista real es un comando antiterrorista.
Hasta en la ciencia ficción, Obama lo tiene en contra. En el universo oscuro de Battlestar Galactica, la presidenta Laura Roslin, interpretada por Mary McDonnell, obtiene un favorable 78 % gracias a su empeño en salvar a la Humanidad de los Cylons, una raza de robot asesinos humanoides.
Estos resultados no son extraños si se tiene en cuenta la división política entre los estadounidenses, lo que dificulta que cualquier presidente pudiera en la vida real obtener unos índices de popularidad espectaculares, afirma Tevi Troy, historiadora y autora de Lo que Jefferson leyó, Ike vio y Obama tuiteó, un estudio sobre la cultura popular en la Casa Blanca. "Más de la mitad del país está predispuesto contra un presidente de otra filiación política porque así es como se alinean republicanos y demócratas", ha dicho Troy a la agencia Reuters. "Mientras en la televisión, todo es perfecto, en la vida real los presidentes pueden cometer torpezas". Para Troy, la excepción, entre los 44 que se han sentado en el Despacho Oval, sería el republicano Ronald Reagan, que fue actor antes de dedicarse a la política y convertirse en presidente.
El único consuelo para Obama es que, según la encuesta, es más popular entre sus compatriotas que el presidente ruso Vladímir Putin, que sólo obtiene un 24 % de votos favorables. Escaso consuelo si se piensa que, en las pantallas de cine los rusos parecen haber vuelto a ser los malos, pero ya quisiera Obama las cotas de popularidad del líder del Kremlin en la vida real: según una encuesta hecha pública en Rusia el pasado día 13, Putin obtenía el 88 % de votos a favor, el índice más alto desde que llegó al poder por primera vez hace más de 15 años. El sondeo, elaborado por el Centro de Investigación de Opinión Pública, reafirma la tendencia al alza de la popularidad de Putin desde que estalló la crisis política en Ucrania hace más de un año.
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