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El tiempo, ese gran jugador

Lluís Bassets

En política el tiempo es una materia preciosa. El arte de la política es en buena parte el de la gestión del tiempo. Todo tiene su tiempo y no hay mayor virtud política que saber encontrar el momento exacto, es decir, el punto de madurez de las cosas.

Hay ocasiones en que el tiempo aún no ha llegado y el político que se precipita lo pierde todo y se pierde a sí mismo. Sucede también el caso contrario, en que dejamos pasar el punto preciso sin tomar la decisión trascendental y, cuando la voluntad dicta el momento, ya no sirve porque el tiempo ha cerrado sus puertas.

Muchos errores tienen su origen en la rigidez temporal. Quien considera que ya ha esperado demasiado para lanzarse a por el máximo objetivo, en vez de seguir esperando tal como ha venido haciendo durante años con resultados positivos, se arriesga a perder cualquier oportunidad futura.

El tiempo produce espejismos, a veces ilusiones autoinducidas por una inflamación del deseo que no se corresponde con la realidad. Uno de ellos, y quizás el peor, es el de la última oportunidad. Adornado de dudas y de escepticismo, el tiempo nos susurra que es ahora o nunca: quizás te equivocarás, pero más te equivocarás si no lo intentas porque nunca más habrá una situación tan interesante para intentarlo.

Quien incurre en este error, por grande que sea su prestigio y veteranía, revela que ha prescindido de los instrumentos básicos de un buen político. Cabe dudar, de entrada, sobre el diagnóstico: que sea una oportunidad clara. Cabe dudar también de que sea la última. Si quien lo afirma es un político jubilado, sumergido en las cavilaciones de la vejez y corroído por los efectos de la corrupción en su familia y en su legado, hay que dudar todavía más de la justeza e incluso de la intención de su mirada. Siempre hay una nueva oportunidad para quien tiene tiempo por delante, pero ciertamente no la hay para quien está a punto de desaparecer.

El proceso soberanista nos ofrece abundantes ejemplos de la acción del tiempo político. Venimos de una etapa en la que todo era perentorio y precipitado, con caminos balizados por hitos irreversibles, peldaños y rellanos que nos iban a conducir sin retroceso posible al feliz destino marcado por los líderes del proceso; y nos hemos adentrado en otra etapa lenta y confusa, de desenlace indeterminado e impreciso, en la que el mayor esfuerzo se concentra en disimular y combatir la división y el desánimo que está cuarteando las filas soberanistas.

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El 9N marca un antes y un después. Antes en ascenso constante, ahora estancado en la llanura o incluso en suave declive. Antes con una clara hoja de ruta, que mal que bien fue cumpliéndose paso a paso, ahora sin mapas ni guías para orientarse. Antes, los plazos organizaban y apremiaban, mientras que ahora son borrosos y desorientadores. Todo se fia a un 27N calificado como de plebiscitario, pero de pronto irrumpe el 24N municipal como una nueva primera vuelta del plebiscito e incluso el momento de la desconexión con el Estado según una de las últimas improvisaciones del presidente Mas.

La mayor novedad es que el tiempo adopta un ritmo electoral. Ciertamente, en democracia, el tiempo es siempre electoral. Gobernar es desde el primer día hacer la campaña para las siguientes elecciones. Pero esta identidad entre elecciones y acción de gobierno es más precisa y eficaz en un año como el actual, con cuatro elecciones destinadas a cambiar el mapa español.

Ahora el soberanismo comprueba en sus carnes el efecto centrífugo de las elecciones inminentes. Unidad y urnas son términos contradictorios. Cuando hay pastel a repartir cada uno va por su cuenta a buscar la porción más grande. Quien crea el cuento de la unidad sabe que se arriesga a quedarse sin porción. Cuando se fija la fecha tan precipitadamente como ha hecho Artur Mas, adiós a cualquier perspectiva unitaria. Anunciar las elecciones a nueve meses vista y hacer una lista unitaria soberanista como pretendía era una ilusión impropia de políticos experimentados.

Cinco meses han pasado ya sin que pase nada, algo a lo que no estábamos habituados. El movimiento ha perdido inercia e iniciativa. Al entusiasmo decreciente de la militancia no le bastan ni siquiera las múltiples torpezas y maldades del centralismo para salir de su letargo. Y eso sin contar con las torpezas del propio campo, que no han faltado, como la inhábil jugada de las estructuras de Estado, invalidada desde el Consejo de Garantías. Ahora no hay más remedio que remar, a la espera de que la siembra, realmente indiscutible y eficaz, produzca suficientes frutos en las municipales y las catalanas como para mantener viva la esperanza.

Históricamente, la impaciencia ha sido la peor consejera del catalanismo. Nada permite pensar que en el nuevo mundo global y digital tengan que ser las cosas distintas para los catalanes y que a partir de ahora sea definitivamente inútil nuestra proverbial y obstinada paciencia histórica. Aunque muchos impacientes así lo crean, esto es algo que está todavía por demostrar.

Comentarios

Tiempo para reír, tiempo para llorar, tiempo para trabajar, tiempo para ociar, tiempo para amar, tiempo para odiar, tiempo para adelantar, tiempo para posponer, tiempo para todo, tiempo para nada, tiempo para bañarse, tiempo para estar sucio, tiempo para iniciar, tiempo para terminar... en fin, el tiempo es el mejor invento de la madre naturaleza con su doble rostro de nacer para morir.
Una buena reflexión; no obstante, más que un error temporal creo que lo que se ha producido es un diagnóstico erróneo de las propias fuerzas y de las fuerzas del adversario. Y, como a los griegos de Syriza, bastante "hybris". : ese impulso irracional, ese ciego intento de intento de transgresión de los límites impuestos por los dioses a los hombres mortales y terrenales. Quien dice dioses dice Statu Quo y Mercados.
Lo más probablemente es que muchos que vieron la Diada de la Independencia mueran sin ver cumplido ese deseo. De puro viejos, espero. Lo he dicho: si desde Cataluña no surge ese impulso regenerador del sistema democrático , apoyando lo que explote también en Madrid y el País Vasco , no tendrán oportunidad . Y de hecho, el nacionalismo se ha usado de pantalla para tapar la incipiente inspiración que venía del 15-M, y que ponía nerviosos al entramado político (y a los empresarios y empresas, así como la banca, que viven del BOE y las taifas autónomas). La sociedad civil ha perdido un tiempo precioso, y el régimen político , con "nuevas alternativas" de voto, un respiro largo. El modelo de Estado que defienden Pablo Iglesias Turrión y Albert Rivera, es en lo fundamental, continuista. Ninguno va a tocar el delirante entramado energético, ninguno va a clarificar el sistema educativo, ni tampoco tocar autonomías o diputaciones, auténticos nidos de ”colocación”. España es un país donde la posibilidad de ser autónomo (es decir, ganarse las habichuelas sin necesariamente ser asalariado) es tremendamente cara y difícil. Y eso es un disparate en un marco productivo tan dependiente como el nuestro. Pagar 3000 euros para sólo registrar una empresa, antes incluso de montar nada es crear barreras de entrada (al trabajador nacional, o emprendedor) que una empresa extranjera puede esquivar. El tema es que la narrativa de la crisis, y su gestión, están dominados por los mismos actores de siempre en España. El " procés" no es más que una de las astutas vueltas de tuerca interesadas, y eso que lo apoyan gente genuinamente interesadas. La independencia per sé no es mala, lo malo es no reconocer que es una decisión muy seria con consecuencias algunas buenas, otras no tanto. Y la no-existencia de un debate serio y claro, sin alarmismo, al estilo canadiense o británico, muestra la escasa madurez política en ambos ”bandos”, o peor aún , el interés por banalizar el debate para convertirlo en una pantalla política para problemas cotidianos a corto y largo plazo más serios (y urgentes).
…no hay nada más cierto que el factor “tiempo” o la “temporalidad” como verdad irresoluta para limpiar males, enderezar lo chueco y desnudar políticos… El efecto de ese “auto-engaño”, “autoinducidas” por deseos falsos encendió la mecha de la “primavera de horrores”… ahora ahí lo tenéis de rebote en pleno rostro como bofetada y vosotros debéis pagar la factura…
Ya lo decian los Rolling Stones, "time is on my side".
Ya lo decían Pink Floyd: The time is gone, the song is over, thought I'd something more to say.
LO de MAS es de juzgado de guardia. Este tio tiene mentalidad demagógica bananera, mentalidad de señorito que defiende su cortijo, el pueblo de Catalunya le importa un carajo! ya que de la crisis ni habla. Si fuera verdad que ''España nos roba'' debería plantear una España federal donde cada palo aguante su vela... pero previa devolución a la UE los Fondos que recibió Cat por ser zona europea ''pobre''. Pero romper y salir de España para quedar seguro fuera de Europa, es un delirio mesiánico propio de un siniestro populista irresponsable, que llevaría a la miseria absoluta a todos los cat., menos a él y la secta CAT, que podrían mangar a gusto sin que nadie los controle, como han venido haciendo hasta ahora sectarios como los Pujol, Millet, Alavedra, etc, etc, etc. Máxime disparate aun si pretenden la secesión con sólo 1 voto de mas que los que se oponen, voto que cambia cada día con el humor social circunstancial. Un delirio cretino, mezquino y miserable por donde se lo mire!
Dijo el poeta antes: Cualquier tiempo pasado fue mejor, hoy decimos cualquier tiempo futuro sera peor, parecen lo mismo pero no lo son. Siempre pueden empeorar las cosas y las circunstancias y mas si lo que se pretende esta fuera del alcance de lo posible. La independencia de Cataluña desde luego no la veran los que participaron de la diada de la indpendencia y por el camino de confrontacion tampoco sus hijos ni sus nietos por unas cuantas generaciones. Por la senda del entendimiento es posible llegue antesJose Luis Espargebra Meco un español desde Buenos Aires
La prensa oficial saudita apoya la posición del Premier israelí Netaniahu expresada hoy en el Congreso USA sobre el Acuerdo Nuclear de Irán con Obama, a quien califica como uno de los peores presidentes USA. Es que A. Saudita sería una segura víctima de un Irán nuclear.
Arabia Saudita es la instigadora de la primavera árabe, de la desestabilización y cambio de régimen en Irak, Libia y Siria, y está detrás de la expansión del islamismo radical por toda Europa. Los integristas sunníes sauditas, y sus compañeros en el viaje, de las otras monarquías petroleras reaccionarias, quieren acabar con el chiísmo y limpiar de cristianos y de otras minorías la región para que los sunníes se queden con todo.Eso si, sus planes no paran ahí, como podemos ver y padecer, hoy por hoy, en toda Europa.
Estuve en Cataluña el fin de semana pasado y creo que allí se ve, más que en ningún otro lugar de España, el problema de la inmigración con toda su intensidad. Es espectacular el número de inmigrantes, de diversas procedencias, que hay. Conversé con mucha gente que está muy preocupada con lo que está pasando y, creo que tienen razón en estar preocupados por lo que pueda pasar de ahora en adelante.No entiendo como, en un país con 5 millones de parados, puede haber tanto inmigrante y mi asombro aun es mayor con lo que veo en Cataluña.Mi impresión es que Mas y su gente están metidos en una huida hacia ninguna parte para evitar enfrentarse con un problema que tienen delante de sus ojos y que no quieren, o no se atreven, a enfrentar y que les va a acabar estallando en la cara....
Buen artículo! Lo que no soporto es que en este país no se pueda hacer un ejercicio político serio y razonable, una discusión donde todo tenga cabida. Nada de forofismos casi deportivos, cero autocrtica, bando vs bando, etc.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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