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El asalto a la televisión estatal abre un debate sobre la seguridad en Holanda

Tarik Zahzah, el joven de 19 años que irrumpió armado en los estudios la noche del jueves, dijo estar apoyado por piratas informáticos

El asaltante, Tarik Zahzah, poco antes de que fuera reducido por las fuerzas de seguridad en los estudios.Foto: reuters_live
Isabel Ferrer

El asalto fallido contra la televisión pública holandesa (NOS), perpetrado la noche del pasado jueves por Tarik Zahzah, un joven de 19 años, estudiante de Química, que irrumpió armado en los estudios, ha abierto un debate sobre las medidas de seguridad adoptadas para proteger a la prensa. Desde el atentado sufrido el pasado 7 de enero por el semanario galo Charlie Hebdo, el Gobierno holandés había reforzado la vigilancia en torno a los medios escritos y audiovisuales. La sede de la televisión nacional se encuentra en la ciudad de Hilversum (centro del país), y aunque la policía actuó con diligencia y no hubo víctimas, el alcalde, Pieter Broertjes, ha reconocido que “el despliegue no ha funcionado y los fallos deben ser subsanados”. Se da la circunstancia de que el edil fue también periodista y dirigió hasta 2010 el rotativo De Volkskrant, una de las cabeceras de prestigio del país.

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En 2002, el político antimusulmán holandés Pim Fortuyn fue asesinado en el aparcamiento de Media Park. Es el mismo complejo que alberga los estudios de la televisión pública y privada holandesa asaltados el jueves por Zahzah.

De momento, la policía investiga los antecedentes del detenido, que portaba una pistola falsa con silenciador y amenazó al portero para forzar su entrada en el edificio. El guardia de seguridad que le acompañó, le dejó, eso sí, en un estudio vacío. Desde allí estuvo negociando con los cámaras el discurso que pretendía leer. Pasados unos diez minutos, cuatro agentes entraron en el plató y le redujeron. La escena fue grabada en directo y transmitida luego por la propia NOS una vez recuperada la transmisión normal.

Durante el secuestro, el joven afirmó que debía “contarle al país una serie de cosas de interés internacional”. “Hemos sido contratados por los Servicios de Inteligencia y hemos visto cosas que ponen en duda el curso tomado por esta sociedad”, dijo. También aseguró que le apoyaba “un grupo de 98 piratas informáticos listos para lanzar un ciberataque”. En distintos puntos del territorio holandés habrían colocado, además, “ocho grandes bombas con material radioactivo” listas para ser activadas. Los artificieros no hallaron rastro de los supuestos explosivos.

Tanto los agentes como la fiscalía guardan silencio sobre los motivos de Zahzah, pero en las redes sociales sus compañeros de estudios en la Universidad Técnica de Delft le describen como “un chico callado e inteligente que llevaba varias semanas sin aparecer”. Los informativos televisivos indican que es hijo de padre egipcio y madre holandesa, divorciados. El joven residía con su progenitora cerca de La Haya.

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