La ultraderecha endurece su campaña antimusulmana
Grupos extremistas de toda Europa utilizan los ataques para reforzar su discurso contra los extranjeros
La extrema derecha europea ve en los atentados de Francia un ejemplo perfecto del mal que preconiza desde hace años: el supuesto intento de islamizar el continente por parte de los inmigrantes de origen musulmán. De Francia a Suecia, pasando por Reino Unido, Alemania e Italia, los partidos de corte xenófobo tratan de sacar réditos de lo ocurrido en París. En el plano más cercano, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, habló de un atentado “realizado en nombre del islamismo radical” que enfrenta a los franceses “a una ideología mortífera”. Las valoraciones resultaron aun más incendiarias fuera de Francia.
Después de varias semanas agitando Alemania con marchas promovidas por los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida, por su nombre alemán), este movimiento ha aprovechado los ataques de París para justificar sus postulados. No es el único en Alemania, un país reacio a demonizar a cualquier minoría por su pasado reciente. La formación eurófoba Alternativa por Alemania, con siete diputados en el Parlamento Europeo, ha instado a los grandes partidos a “considerar seriamente si continúan difamando a Pegida”, en palabras de su vicepresidente, Alexander Gauland.
El riesgo es que estas opciones, minoritarias pero que han experimentado un gran empuje electoral en el último año, capitalicen el desconcierto de los ciudadanos ante tragedias de este tipo. Sin matices, Matteo Salvini, responsable de la Liga Norte italiana —partido eurófobo, antiinmigración y separatista, que gobierna las ricas regiones de Lombardía y Véneto—, no dudó en considerar que “el islam es el problema”, y criticó al Papa Francisco por “hacer un mal servicio a los católicos” al promover el diálogo con los musulmanes.
Un mensaje similar se aprestó a lanzar Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad holandés, que va a ser procesado por incitar a “limpiar de marroquíes” el país. Wilders ha grabado un vídeo en el que anuncia solemnemente que lo observado en Francia “es sólo el principio” y clama contra el islam, “una ideología que persigue someter a todo el mundo a la sharía [ley islámica]. El partido de Wilders controla 12 de los 150 diputados del Parlamento holandés. Sus vecinos belgas del Vlaams Belang, más residuales en las cámaras de ese país, alertan del “peligro de la islamización en Europa”.
Extendiendo el problema más allá del ideario musulmán, el líder del nacionalista británico UKIP, Nigel Farage, el partido más votado de Reino Unido en las últimas elecciones europeas, atribuye tragedias como la de Francia al multiculturalismo en Europa. “La obsesión por fomentar una sociedad multicultural ha creado una quinta columna en Occidente”, ha asegurado Farage en un comunicado difundido por el partido.
Respaldado por un éxito electoral que le ha dado el 13% de los votos en Suecia y que ha estado a punto de tumbar el Gobierno socialdemócrata, los Demócratas Suecos, de doctrina antiinmigración, han vinculado también los atentados al islam. “La religión de la paz muestra su rostro”, ha declarado sarcásticamente Björn Söder, secretario general de la formación sueca.
Discurso radical
Marine Le Pen, líder del partido Frente Nacional francés, afirmó que el islamismo radical es "una ideología mortífera".
Geert Wilders, líder xenófobo holandés, aseguró que el islam "persigue someter a todo el mundo a la sharía". Lo ocurrido en Francia "es solo el principio".
Nigel Farage, al frente del partido británico UKIP señaló: "La obsesión por fomentar una sociedad multicultural en Europa ha creado una quinta columna en Occidente".
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