Turquía teme que el ataque en Francia incremente la islamofobia
La máxima autoridad religiosa turca clama contra la utilización del islam para fines terroristas. Un think-tank ligado a la Policía pide que las comunidades musulmanas rechacen el radicalismo y forjen una alianza contra el terrorismo con los estados europeos.
Lapiceros y mensajes de papel aparecían ayer atados a las verjas del consulado francés en Estambul. “Je suis Charlie Hebdo” o “Somos los lápices de Charlie Hebdo”, se leía en algunos de ellos —en turco y en francés—, aunque en otros se criticaba también el apoyo prestado por países europeos a facciones islamistas en guerras como las de Siria o Libia: “Los muertos de Latakia, Sinjar, Kobani y París son los mismos” o “El Gobierno francés sabe bien quienes son los atacantes, porque los ha apoyado en el Norte de África y Oriente Medio”.
Y es que en Turquía —un país ampliamente castigado por los atentados terroristas de yihadistas y de grupos armados de otros signos políticos— el ataque a los caricaturistas franceses duele tanto como la islamofobia y la “hipocresía” de la que se acusa a Occidente desde todos los sectores de la población. Apenas un día antes de que se produjese la masacre de París, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, arremetía por enésima vez contra lo que considera un doble rasero de las autoridades de Bruselas: “Los incidentes racistas y discriminatorios, especialmente dirigidos contra musulmanes en Europa, ya no se pueden ocultar (…). Es triste ver cómo la UE intenta dar lecciones a Turquía mientras ella misma se enfrenta a tantos peligros y amenazas graves”.
Las máximas autoridades políticas y religiosas de Turquía han condenado sin paliativos el atentado en Francia, pero al mismo tiempo han mostrado su temor a que las comunidades musulmanas de Europa sean utilizadas ahora como chivo expiatorio. “Los ingenieros de la percepción están ridiculizando la inteligencia de la gente al hacer que los asesinos abusen de nuestra religión —denunció ayer Mehmet Görmez, presidente de la dirección de Asuntos Religiosos—. Se burlan no solo la inteligencia de los musulmanes sino del público occidental, tal y como ha ocurrido con otras acciones terroristas cuyo objetivo es apoderarse, distorsionar y transformar los conceptos fundamentales del islam”.
A Asim Gültekin le resulta imposible concebir que unos musulmanes hayan podido llevar a cabo el ataque contra un semanario satírico. Aunque se muestra muy contrario a la publicación de las polémicas viñetas sobre Mahoma -que son “irrespetuosas” y “han servido para incrementar el racismo en Europa”- considera “inaceptable” el hecho de que se atente contra Charlie Hebdo: “A una ofensa, puedes responder con otra ofensa, nunca con las armas”. Este hombre, de profundas convicciones conservadoras y religiosas, dirige una revista musulmana de humor y caricaturas, CafCaf, por mucho que pueda parecer una contradicción a muchos europeos occidentales: “En Europa se debe conocer mejor el islam y dejarse de opiniones ignorantes, o de políticas que presenten a los musulmanes como el enemigo”.
“Resulta imposible arrancar de raíz el problema del extremismo, pero se puede mantener bajo control y aislar a los extremistas. Si los estados (europeos) no llevan a cabo políticas que excluyan (a los musulmanes) y los medios de comunicación no exageran, se podrá poner coto al problema”, afirma, en declaraciones a El País, Mehmet Özkan, director ejecutivo del Centro Internacional para el Terrorismo y el Crimen Transnacional (UTSAM), vinculado a la Policía turca. Para ello, sostiene el experto, las comunidades musulmanas en Europa deben “mostrar su rechazo a la radicalización y a los ataques terroristas”. “Si se aprovecha esta oportunidad, los estados europeos y las comunidades musulmanas podrían construir una base común de lucha contra el terrorismo”, añade.
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