De los ataques de la OAS a las amenazas islamistas
Los medios de comunicación franceses han sufrido atentados de extremistas de izquierda y derecha
Los medios de comunicación han sufrido atentados en muchos países en las últimas décadas a manos de asesinos de uno u otro signo, en función de las circunstancias políticas. Si en México son las mafias de narcotraficantes los que atacan a los informadores, en España las bombas contra periodistas han sido fundamentalmente obra de grupos de extrema derecha, en los años de la transición, y de ETA, hasta 2008. En Francia los periódicos han sufrido la violencia por parte de la Organización del Ejército Secreto (OAS), contraria a la descolonización de Argelia en los años sesenta, de grupos de extrema derecha y de ultraizquierda y más recientemente a manos de delincuentes de supuesta inspiración islamista o simplemente enajenados sin más motivación que su propia locura.
El Gobierno francés había reforzado las medidas de seguridad en los grandes medios franceses hace algo más de un año tras el ataque a una televisión y un periódico por parte de un perturbado. En noviembre de 2013 Abdelhakim Dekhar, alias Toumi, de 48 años, entró en la sede de la cadena BFM TV y amenazó con un fusil a su redactor jefe. Luego se dirigió al diario Libération, donde hirió gravemente a un becario de 23 años. En una carta que dejó antes de intentar suicidarse, Dekhar acusaba a los medios de comunicación de “manipular a las masas” y “hacer que los ciudadanos se traguen mentiras a cucharadas”.
Anteriormente, las instalaciones del semanario Charlie Hebdo, donde este miércoles han muerto 12 personas, también ya habían sufrido un ataque. Sus instalaciones quedaron parcialmente destruidas el 2 noviembre de 2011 por un incendio causado por un cóctel molotov. Charlie Hebdo acababa de publicar un número en el que ironizaba con la subida al poder de los islamistas en Libia y en Túnez. En ese mismo día, el semanario sufrió ataques informáticos que fueron reivindicados por un grupo turco en defensa del Islam. La revista humorística fue demandada por varias organizaciones islámicas, y fue absuelta al considerarse que las caricaturas no atacaban a la religión musulmana en sí, sino a los integristas.
Las amenazas a Charlie Hebdo por utilizar la religión musulmana en las sátiras habían comenzado en 2006, en plena controversia por la docena de caricaturas de Mahoma publicadas por el diario danés Jyllands-Posten, que desataron las iras de algunos grupos radicales que derivaron en protestas en varios países musulmanes en las que hubo medio centenar de muertos.
La mayoría de los fallecidos fueron manifestantes alcanzados por disparos de la policía en Nigeria, Afganistán, Libia y Pakistán cuando protestaban o intentaban asaltar sedes diplomáticas de países occidentales en el primer semestre de 2006. También fueron incendiadas las embajadas de Dinamarca y Noruega en Damasco y el consulado danés en Beirut.
El principal diario de Dinamarca había publicado los dibujos en nombre de la libertad de expresión, después de que el autor de un libro sobre Mahoma no hubiera podido encontrar ilustradores para su obra, por temor a represalias, ya que el islam suní prohíbe la representación gráfica de seres humanos en general y del profeta de manera especial. Decenas de medios de comunicación se solidarizaron con las amenazas a Jyllands-Posten y también publicaron caricaturas.
En 2010 las policías de Dinamarca y Suecia abortaron un atentado contra el periódico danés. Hubo cuatro detenidos en Dinamarca (tres de ellos llegados la noche anterior del país vecino) y uno en Suecia, que según las autoridades aspiraban a "matar al mayor número posible de personas", en el edificio que acoge al rotativo en Copenhague y que comparte con otros dos periódicos.
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