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Un pacto político en Suecia permite anular el adelanto electoral

El Gobierno socialdemócrata y la derecha pactan contra los extremistas de Demócratas Suecos, un partido antiinmigración que vetó los presupuestos y precipitó los comicios

Lucía Abellán
El primer ministro sueco, Stefan Löfven, a principios de diciembre.
El primer ministro sueco, Stefan Löfven, a principios de diciembre.PONTUS LUNDAHL (reuters)

Suecia se aleja de las turbulencias que sacuden al Gobierno prácticamente desde que se constituyó, el pasado septiembre. El primer ministro, el socialdemócrata Stefan Löfven, anuló este sábado las elecciones anticipadas que había convocado apenas dos meses después de ganar las generales por el bloqueo político que impuso la ultraderecha. Löfven ha logrado crear un frente con el centroderecha que le permite aislar al partido antiinmigración Demócratas Suecos. “Suecia tiene la tradición de resolver cuestiones difíciles. Estoy contento de que hayamos alcanzado un acuerdo que implica que el país puede ser gobernado”, explicó el primer ministro ante la prensa, según informa Reuters.

La izquierda, presente en los Ejecutivos suecos desde hace décadas, ganó las elecciones del pasado 14 de septiembre, pero con un margen muy estrecho (31,2% del voto). Pactaron con los verdes y lograron formar Gobierno, pero el sorprendente ascenso de los Demócratas Suecos —duplicaron sus apoyos hasta el 13% del electorado— los convirtió en bisagra. Esta formación prometió bloquear cualquier iniciativa que no lograra rebajar las cifras de inmigración, que crecen con rapidez por el generoso sistema de acogida de refugiados que rige en el país. Los Demócratas Suecos vetaron el presupuesto y, ante el panorama de ingobernabilidad que se avecinaba, Löfven decidió adelantar las elecciones.

Finalmente el país, acostumbrado a la estabilidad política y sin comicios anticipados desde 1958, no tendrá que acudir de nuevo a las urnas el próximo 22 de marzo, como estaba previsto. Se trata de un mensaje político que las fuerzas mayoritarias quieren enviar a los extremistas para dejar claro que no aceptarán su estrategia, explican fuentes oficiales suecas en la UE. A cambio, Löfven acepta gobernar con el presupuesto de la oposición del centroderecha, aunque podrá introducir cambios. “Lo ocurrido en Suecia envía una señal importante al resto de Europa. Los partidos populistas y xenófobos no pueden traer el caos a los Gobiernos democráticos de nuestros países”, valoró el presidente de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo, Gianni Pittella.

Las convulsiones suecas demuestran hasta qué punto la cuestión migratoria se ha adueñado del debate político en el país, que recibe el mayor número de solicitudes de asilo per cápita de toda la UE (5.700 por millón de habitantes), según datos de Eurostat, la agencia estadística comunitaria. La crisis siria ha elevado considerablemente las demandas, hasta 74.000 en los 11 primeros meses del año, según la Agencia de Migraciones sueca. Pero el nivel de solicitudes aceptadas se ha quedado en 49.000, prácticamente las mismas que en 2013 (aunque son un 36% superiores a los permisos concedidos en 2010). En este organismo existe la convicción de que el aumento de refugiados no ha creado problemas generalizados en Suecia, aunque la percepción social sitúa cada vez más la inmigración como fuente de inquietud.

Fundados o no, los recelos contra los extranjeros crecen en un país con gran tradición de acogida. Una mezquita situada en el municipio sueco de Eskilstuna fue incendiada el día de Navidad. Cinco personas resultaron heridas, según informó la policía. En el último año se han producido 12 ataques contra mezquitas en todo el país.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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