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Los laboristas se alían con Livni para intentar destronar a Netanyahu

El fin es una estrategia común de centro-izquierda que impida al líder del Likud asociarse con la ultraderecha y los partidos religiosos

Los laboristas se alían con Livni para intentar destronar a NetanyahuFoto: reuters_live | Vídeo: Reuters-Live

El presidente del Partido Laborista de Israel, Isaac Herzog, y la líder de la formación Hatnuá, la ex ministra de Justicia y negociadora con los palestinos Tzipi Livni, acordaron en la noche del miércoles que unirán sus fuerzas en una única lista de cara a las elecciones que han de celebrarse el próximo 17 de marzo. Su alianza busca esencialmente derrocar al primer ministro actual, el conservador Benjamín Netanyahu, con una estrategia común de centro-izquierda que impida al líder del Likud asociarse con la ultraderecha y los partidos religiosos y revalidar su puesto por cuarta vez.

Livni y Herzog comparecieron con gestos de complicidad, presentándose como una alternativa “viable” de “sionismo de centro” para evitar que los “extremistas controlen Israel”. El acuerdo de listas conjuntas implica una rotación en el cargo de primer ministro: si ganan y logran formar una coalición de 61 escaños (mayoría absoluta sobre 120), Herzog ocupará el cargo durante dos años y Livni le sucederá dos más.

Las encuestas de la prensa local y de los principales centros estadísticos del país les daban, unidos, entre 20 y 24 escaños, cuando el partido de Netanyahu se quedaría con 20 o 21. “Tan fragmentado está el panorama político patrio que cualquiera con 20 diputados ya podrá liderar una alianza de Gobierno”, defiende el analista Nahum Barnea. El otro partido centrista de Israel, Yesh Atid, liderado por el hasta hace dos semanas ministro de Finanzas, Yair Lapid, también ha intentado atraer a Livni en los últimos días, sabedor de que podía añadir tres o cuatro escaños importantes a la hora de comandar una alianza algo menos conservadora que la que aspira a encabezar Netanyahu.

“No hay otro camino más que este, la suma de filas en el campo del sionismo para caminar juntos por el bien del país, en conjunto, para el futuro de nuestros hijos y nietos y todos los ciudadanos del Estado de Israel”, defendieron los nuevos aliados en su rueda de prensa. “Livni y yo le ofrecemos una nueva esperanza y un futuro mejor a esta nación”, dijo Herzog.

Para los laboristas y Haznuá, los extremistas de derechas “están convirtiendo a este país en algo aislado, cerrado y alienado”, con mala imagen internacional por sus excesos, como la Ley del Estado Judío, que pone el carácter confesional del país por encima de su carácter democrático, una norma aún en fase de aprobación parlamentaria. “Esta elección es una oportunidad histórica para que el país vuelva a nosotros mismos”, defendió la ex ministra, proveniente del Likud, luego enrolada en el Kadima de Ehud Olmert y Ariel Sharon y finalmente fundadora de su propia formación.

El anuncio de esta lista conjunta fue bien aceptado por Meretz, el partido más progresista del arco parlamentario nacional. Su presidenta, Zahava Gal-On, señaló que es un “importante movimiento para crear un bloque de centro-izquierda”, en el que su gente podría entrar a formar parte. El Likud, ante este apoyo, emitió un comunicado azuzando el miedo a la “izquierda”, por más que sus contrincantes hagan esfuerzos por venderse como de “centro”.

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Este lunes, la Knesset (Parlamento) se disolvió para dar paso a las elecciones. Netanyahu las convocó tras expulsar de su gabinete a dos de sus principales aliados, Livni y Lapid, con los que ha tenido encontronazos recientes como la ley del estado judío, el presupuesto o la ampliación de colonias.

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