Los yihadistas de EI matan a 200 integrantes de una tribu suní de Irak
Los miembros de Albu Nimr se oponían al avance de los extremistas en Al Anbar
Los cuerpos de 150 miembros de una tribu suní de Irak que luchaban contra el grupo Estado Islámico (EI) han sido descubiertos hoy jueves en una fosa común en Ramadi, la capital de Al Anbar, según responsables de seguridad iraquíes citados por la agencia Reuters. Con ellos suman dos centenares los asesinados en las últimas 24 horas entre quienes opusieron resistencia a la entrada de los yihadistas en Hit, otra ciudad de esa provincia. La brutalidad de la acción envía sin duda un poderoso mensaje a aquellas tribus dispuestas a cooperar con el Gobierno central para frenar el avance rebelde.
Las víctimas eran en su mayoría policías y milicianos del clan Albu Nimr, uno de los que integran la federación Al Duleimi, la más numerosa de Irak. Al parecer, los yihadistas los trasladaron desde sus pueblos hasta Ramadi donde los mataron y enterraron el miércoles por la noche. A diferencia del grueso de los Al Duleimi, los Albu Nimr se han alineado con Bagdad para hacer frente al EI. Durante cuatro meses, sus hombres y los del clan Albu Asaf, también parte de la misma agrupación tribal, fueron el eje de la defensa de Hit, a 70 kilómetros al noroeste de la capital provincial, que finalmente cayó en manos rebeldes hace tres semanas.
El descubrimiento de la fosa común se conoció apenas horas después de que el EI se jactara en las redes sociales de haber matado en Hit a medio centenar de miembros de esas tribus. En las fotos difundidas por cuentas afines a los extremistas se ven filas de cadáveres, con las manos atadas a la espalda, y manchas de sangre sobre la calzada. El corresponsal de Iraqi News habla de 55 muertos. Testigos citados por Reuters elevan esa cifra a 70, aunque el dato no ha sido confirmado oficialmente.
Líderes tribales aseguraron que ambos grupos de víctimas son parte de los tres centenares de hombres de entre 18 y 55 años que los extremistas aprehendieron desde que tomaron Hit. Empezaron entonces a detener a integrantes de ambos clanes en represalia por oponerse a su control, y a asesinarlos a sangre fría, a la vez que expulsaban de la comarca a centenares de ancianos, mujeres y niños. De hecho, residentes citados por los medios iraquíes contaron que los notables de las tribus habían logrado recuperar varias decenas de cuerpos antes de que se conocieran los dos últimos incidentes.
Estas matanzas van a agudizar sin duda el malestar de los suníes que combaten al EI con el Gobierno central, inevitablemente dominado por los chiíes que son dos tercios de los iraquíes. Algunos líderes tribales acusan a Bagdad de haber ignorado sus peticiones de ayuda para defender sus poblaciones. Otras tribus de Al Anbar se han unido a los extremistas que han declarado un califato en el norte de Siria y el noroeste de Irak, en venganza por lo que consideran marginación de las autoridades hacia la minoría suní.
Los simpatizantes del EI acusan a los hombres de Albu Nimr de ser miembros del Sahwa, literalmente Despertar, las milicias suníes formadas por EEUU para vencer a Al Qaeda antes de su retirada de Irak. Ahora, el Gobierno de Haider al Abadi intenta conseguir una implicación similar de las tribus suníes para hacer frente a la nueva encarnación de aquellos extremistas y evitar que su agenda sectaria vuelva a sumir al país en una guerra como la que sufrió hace una década.
“El asesinato de miembros del clan Albu Nimr por parte del EI pone de relieve que estos terroristas no distinguen entre ningún iraquí para derramar sangre”, declaró Al Abadi, citado por Efe.
El EI ha matado a centenares de opositores suníes, chiíes y miembros de las minorías étnicas y religiosas de Irak desde que el pasado junio tomó la ciudad de Mosul en una sorprendente ofensiva. Precisamente hoy, un informe de Human Rights Watch denunciaba que ese grupo asesinó entonces a 600 hombres encarcelados en la prisión de Badush, a las afueras de Mosul. La mayoría de ellos eran chiíes. Tampoco es la primera vez que el EI castiga de forma colectiva a una tribu. En agosto, sus huestes liquidaron a 700 miembros del clan Al Shaitat en Siria, después de que se levantaran contra los extremistas.
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