Tres imputados por la explosión que mató a 301 mineros en Turquía
La policía turca detuvo a varios altos cargos de la empresa que administra el yacimiento de Soma
Las autoridades turcas han detenido a 25 personas como parte de la investigación sobre la tragedia en la mina de carbón de Soma, donde una explosión el pasado martes provocó la muerte de 301 trabajadores. Tres de los arrestados han sido imputados por "homicidio involuntario", según explicó a Reuters el fiscal del caso Bekir Sahiner.
A falta de conocer quiénes son los acusados, se sabe que entre los detenidos se encuentran varios altos cargos de Soma Holding, la compañía que administra la mina, incluyendo a Ramazan Dogru, el director de operaciones, y a Akin Celik, el ingeniero jefe.
Celik y otros responsables de la mina evadieron cualquier responsabilidad durante una rueda de prensa el pasado viernes. Entonces calificaron el siniestro de accidente, del cual dijeron desconocer la causa exacta, y aseguraron que la mina cumplía con las medidas de seguridad requeridas por la ley.
Un informe preliminar sobre la explosión, citado por el diario turco Milliyet, ha señalado varios fallos en los sistemas de seguridad, como un número insuficiente de detectores de monóxido de carbono y techos construidos de madera en lugar de metal.
El Gobierno había anunciado una investigación sobre la tragedia y, durante la semana, el ministro de Energía, Taner Yildiz, había insistido en que se haría justicia. “Si se encuentra a los responsables, no habrá ninguna tolerancia independientemente de que sean del sector público o privado”, había asegurado Yildiz.
Sus críticos han acusado al Gobierno del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, de ceder la gestión de minas antes estatales a empresas cercanas al poder, para quienes presuntamente tendrían más prioridad los beneficios económicos que la seguridad de los trabajadores.
Las autoridades tampoco han asumido ninguna responsabilidad y un dirigente del gobernante Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco) ha asegurado que la mina había pasado 11 inspecciones desde 2009.
Lo cierto es que Turquía tiene un pobre historial en cuanto a accidentes en el lugar de trabajo y, de hecho, ocupa el tercer peor puesto del mundo en número de accidentes laborales per cápita, según un informe de 2012 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). No es un país signatario de la Convención sobre la Seguridad y la Salud en las Minas de la OIT, y entre 1991 y 2008 más de 2.500 mineros murieron y más de 13.000 resultaron incapacitados en accidentes y por enfermedades relacionadas con su trabajo, según un informe del think tank turco TEPAV. Además, diputados de la oposición han denunciado estos días que, en abril, el grupo parlamentario del AKP rechazó una petición para investigar varios accidentes en las minas de Soma.
Durante la visita de Erdogan a la mina el miércoles, la tensión fue máxima y el primer ministro fue abucheado entre gritos que pedían su dimisión. Uno de sus asesores tuvo que disculparse públicamente tras la publicación de imágenes que lo mostraban dando patadas a un manifestante que estaba siendo reducido por dos policías. También el propio Erdogan parecía enzarzarse con al menos otra persona en unos vídeos publicados por medios locales.
Durante la semana, ha habido protestas ciudadanas contra el Gobierno en Estambul, Ankara, Esmirna y en la propia Soma, que fueron reprimidas por la policía con cañones de agua y gas lacrimógeno. Ayer sábado, el gobernador de Manisa prohibió las manifestaciones y, desde entonces, partes de la ciudad de Soma han sido tomadas por la policía, que ha establecido controles en las carreteras que dan acceso a la localidad y a la mina, según informaciones de los medios locales desde el terreno.
También ayer fueron detenidas 36 personas en Soma por supuestamente pretender manifestarse, según informó la agencia turca de noticias Dogan. Entre los detenidos hay ocho letrados de la Asociación de Abogados Progresistas, que según algunos medios habían viajado a Soma para asistir a las familias de las víctimas.
La entrada a la mina está hoy tapiada, después de que ayer finalizaran las labores de rescate tras la extracción de los dos últimos cadáveres, que aumentaron el total de muertes a 301, según las cifras oficiales. El último superviviente había sido rescatado el miércoles. En total, 787 trabajadores se encontraban el pasado martes en el interior de la mina cuando una explosión provocó un incendio que dejó atrapados a cientos de mineros.
En un caso en principio independiente al de la mina, la Fiscalía también ha iniciado una demanda por fraude y por pertenencia a una organización criminal contra Alp Gurkan, dueño de Soma Holding, para quien piden entre seis y 18 años de cárcel, según el diario turco Hurriyet. Gurkan ha sido acusado junto con otros 16 sospechosos de participar en operaciones ilegales de compra de inmuebles en Estambul.
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