El capitán del ferri dice que demoró la evacuación por el mal estado del mar

El capitán del barco surcoreano hundido con más de 250 desaparecidos, la mayoría estudiantes de instituto, explicó este sábado tras ser detenido por la policía que demoró la evacuación debido a las condiciones adversas del mar y la ausencia de embarcaciones de rescate. Su decisión agravó probablemente la tragedia tras el naufragio del ferri, ya que más de la mitad de las 476 personas que se encontraban a bordo quedaron atrapadas. Solo 174 fueron rescatadas con vida, mientras que se ha recuperado una treintena de cadáveres recuperados. La desesperación y la rabia de los familiares, concentrados en un polideportivo de la ciudad costera de Jindo, aumentó tras conocer que los buzos habían localizado varios cadáveres dentro del barco aunque sin poder extraerlos, y después de observar a través de la televisión cómo se sumergía bajo las aguas el último fragmento del casco visible.

"Pensé que los pasajeros serían arrastrados al mar en caso de ser evacuados precipitadamente", declaró Lee Jun-seok, de 69 años, ante las televisiones surcoreanas tras su detención. La máxima autoridad del barco argumentó que en la zona donde el miércoles ocurrió el accidente, en el suroeste de Corea del Sur, las aguas son frías y presentan olas y fuertes corrientes, por lo que creyó que los pasajeros pasarían "graves apuros" en caso de caer al mar "incluso con los chalecos salvavidas puestos".

Tanto supervivientes como familiares de las víctimas han criticado la decisión del capitán de demorar una media hora la orden de evacuación tras comenzar a virar la nave, al considerar que esta decisión provocó que muchos de los pasajeros quedaran atrapados e impidió salvar más vidas. Algunos de los parientes han dado muestras de ADN a las autoridades para facilitar las tareas de identificación de las víctimas. Otros mantienen aún esperanzas de que haya gente con vida en alguna bolsa de aire del barco, aunque los expertos consideran que la probabilidad es casi nula.

Uno de los supervivientes de la tragedia, el subdirector del instituto donde estudiaban los adolescentes a bordo, fue hallado este viernes ahorcado. En su nota de suicidio, parte de la cual fue difundida por la policía, Kang Min-gyu, de 52 años, pide que su cuerpo se incinere y que sus cenizas se esparzan en el sitio del naufragio. "Quizás me pueda convertir en el profesor de los estudiantes desaparecidos en mi próxima vida".

El capitán del Sewol fue detenido en la madrugada del sábado junto a otros dos miembros de la tripulación, acusados de abandonar el barco sin asegurarse de que los pasajeros quedaran a salvo. Los otros dos detenidos son la tercera oficial, de 26 años de apellido Park, que supuestamente pilotaba el barco cuando ocurrió el accidente, y un timonel de 55 años.

Lee, cuyas imágenes siendo evacuado del ferri por los servicios de rescate han dado la vuelta al mundo, se enfrenta a cinco cargos, incluidos negligencia y violación de las leyes marítimas, y ha sido detenido para evitar que pueda fugarse o destruir pruebas.

En cuanto a las acusaciones de estar ausente de la cabina tras haber cedido el timón a una tercera oficial cuando comenzó a hundirse el buque, Lee también ofreció explicaciones. El suceso "ocurrió cuando volvía tras una visita rápida a la habitación por razones personales", aseguró, tras dejar claro que no había bebido alcohol.

El capitán no arrojó luz, sin embargo, sobre la causa del hundimiento del barco. Algunos expertos creen que realizó un giro brusco en lugar de cambiar de dirección de forma gradual, lo que pudo desplazar los 180 vehículos y 1.157 toneladas de carga a un lado y provocar que volcara, aunque también se maneja la teoría de que fue la colisión con una roca lo que provocó el hundimiento.

Mientras, las tareas de rescate continúan pero con lentos avances. Los submarinistas lograron acceder a la nave del cuarto piso del barco y localizar varios cuerpos, aunque no pudieron rescatarlos debido a los objetos que les impiden el paso y a las restricciones de duración de la inmersión. También ven dificultada la labor por las grandes olas, las fuertes corrientes, la escasa visibilidad bajo el agua y el mal tiempo fuera.

Cuatro grúas esperan en los alrededores para reflotar el Sewol con la ayuda de un dique flotante, aunque todavía no han entrado en acción por el miedo a que un movimiento brusco en la nave acabe con las vidas de posibles supervivientes que se hallaran dentro.