Los prorrusos frenan la ofensiva ucrania
Los rebeldes se apoderan de seis blindados sin disparar un tiro, bloquean el avance de otra columna militar y ocupan el edificio el Ayuntamiento de Donetsk
Las tensiones se agravan en el este de Ucrania, donde aumentan los incidentes entre los contingentes militares enviados por las autoridades de Kiev y los ciudadanos que, defendiendo un modelo federal o prorruso, se proponen realizar un referéndum (ilegal) de autodeterminación.
Desde el punto de vista de los dirigentes interinos del Estado el envío de tropas al este se enmarca en una “operación antiterrorista” contra “separatistas” prorrusos y apoyados desde Rusia (de forma activa e incluso por miembros de instituciones de aquel país, según el Servicio de Seguridad de Ucrania). Sin embargo, desde la óptica de quienes ocupan ayuntamientos, bloquean carreteras y accesos a ciudades la llegada de los uniformados es parte de una acción represiva contra quienes vinculan su identidad con la lengua rusa. Esta acción, según estos sectores, está protagonizada por un “Gobierno ilegítimo” con un apoyo de EE UU y la Unión Europea, que es también activo e institucional, según los representantes de la República Popular de Donetsk (RPD).
Más allá de estos dos clichés que atrapan el sentido común, los sectores razonables de ambas partes temen cada vez más que pueda perderse el control y que se haga inevitable el deslizamiento hacia una guerra civil. Ayer, sectores del grupo radical Oplot ocuparon la alcaldía de Donetsk, con lo que ya son dos los edificios oficiales (el otro es la Administración Provincial) tomados por los activistas prorrusos en la capital de la región.
En Kramatorsk, centro industrial muy dependiente de los pedidos de Rusia, un caza Su-27 ucranio hacía piruetas y pasaba una y otra vez sobre los ciudadanos el miércoles por la mañana cuando esta corresponsal visitó la localidad, a unos 100 kilómetros al norte de Donetsk. El ruido de los motores y el continuo ir y venir del aparato sobre nuestras cabezas suponía como mínimo un factor de presión psicológica y evocaba las exhibiciones de la aviación rusa en Chechenia.
Varios helicópteros se posaron en el aeropuerto de Kramatorsk, instalación que ha sido rehabilitada recientemente y que en época soviética estuvo al servicio de la industria bélica local. Del aeropuerto se veía despegar un avión de transporte militar. Los habitantes del pueblo habían montado un piquete en la carretera hacia el aeropuerto y se habían sentado en los campos vecinos para vigilar la salida de los aerotransportados. El martes, dos personas fueron heridas —una de ellas tuvo que ser hospitalizada—, cuando los militares dispararon sobre quienes se habían concentrado en las barricadas erigidas junto al aeropuerto, señalaban varios ciudadanos de Kramatorsk. A lo largo de todo el día los ciudadanos habían estado intentando establecer contacto con los que habían aterrizado en el aeropuerto. El general dijo que no tenían intención de atacar a civiles.
Durante la mañana del miércoles, seis carros blindados ucranios fueron neutralizados y requisados por los habitantes de Kramatorsk. La columna de vehículos que entró en la ciudad se había perdido, así que “nuestros taxistas” la condujeron a una calle cerca del mercado en la parte vieja de la ciudad, donde la bloquearon, según contaba Tatiana, también taxista de profesión, que actuaba de portavoz en el “puesto número 1”. Este emplazamiento es un conjunto de barricadas, formadas sobre todo por cubiertas de neumáticos, después de dejar Kramatorsk en dirección a Slaviansk.
Los soldados, bloqueados por la mañana en Kramatorsk, eran de “la última leva del Ejército de Ucrania, chicos de 18 y 19 años que llevaban tres días en el campo, durmiendo en los tanques, hambrientos y asustados”, afirmaba Tatiana, que dijo haber hablado con todos ellos. “Les dijeron que somos terroristas y que los vamos a matar”, explicó. “Después de que nuestro responsable conversara con ellos, los chicos se pasaron de nuestro lado y se fueron, con la bandera de Donbás [abreviatura para la cuenca del Don] y la bandera rusa, hacia Slaviansk”, dijo Tatiana, según la cual en total había unas 60 personas o tal vez incluso más y la columna había sido desarmada. La captura de los seis carros bilindados fue confirmada por el Ministerio de Defensa en Kiev. Otros seis carros blindados se encontraban ayer en Pchélkino, en las inmediaciones de Kramatorsk, y habían sido bloqueados por los activistas locales, explicó la activista-taxista, según la cual un caza había disparado contra quienes bloqueaban la columna, “por suerte sin víctimas”. Hacia Pchelkino se dirigió un autobús lleno de milicianos armados con fusiles Kaláshnikov, que atravesó el “puesto número uno” mientras esta corresponsal estaba allí.
En total, en Kramatorsk había cuatro puestos de control destinados a neutralizar el avance militar ucranio. El Ayuntamiento de Kramatorsk se encuentra protegido por barricadas en las que cuelgan carteles pidiendo al presidente en funciones Alexandr Turchínov que retire los tanques de los accesos de la ciudad. En las barricadas de Kramatorsk se exhiben banderas de la República Popular de Donetsk, se critica a EE UU y se exige el referéndum.
En la ciudad, la industria languidece y los obreros de las grandes empresas cobran sueldos de subsistencia por falta de encargos. “No hay trabajo y nos pagan los sueldos mínimos”, afirmaba Igor, uno de los obreros de la plantilla, de 12.000 personas, de la gran fábrica metalúrgica local, NKMZ.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.