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Panamá abrirá su Metro consolidando una ecuación de negocios y servicios

Será el primer sistema de transporte de su tipo en Centroamérica y la principal obra de infraestructura del gobierno de Ricardo Martinelli

La línea 1 del Metro de Panamá recorre 13.6 kilómetros en 23 minutos
La línea 1 del Metro de Panamá recorre 13.6 kilómetros en 23 minutosSecretaria do Metro do Panamá

Con un canal interoceánico en proceso de expansión, una red de ferrocarriles, una zona libre de comercio, un centro bancario internacional, la más grande flota mercante global, un moderno aparato portuario en ambos litorales, una meca latinoamericana y caribeña del juego de azar y un imán del negocio mundial inmobiliario, Panamá completará su ecuación de servicios con la próxima entrada en operaciones de la línea 1 de un metro en la capital panameña.

En una nueva ostentación de modernidad acelerada por la atracción de fuertes capitales foráneos, Panamá dará esta semana un paso para combatir el masivo congestionamiento del transporte urbano tradicional—automóviles, autobuses, motocicletas, bicicletas o camiones de carga—y se convertirá en el primer país de Centroamérica en tener un metro, que empezará a funcionar el sábado cinco de abril, aunque las pruebas se iniciaron en marzo.

En una tarea que obligó a reubicar servicios públicos y desarrollar una gran cantidad de obras civiles, con un manejo ambiental, mecanismos de elevación y un aparato ferroviario con múltiples elementos colaterales, el primer ramal del Metro de Panamá fue edificado por el Consorcio Línea 1, integrado por la firma FCC Construcción, de España, y Constructora Norberto Odebrecht, de Brasil, que en 2010 se adjudicaron una licitación con una oferta de 1.446 millones de dólares y empezaron sus trabajos en 2011.

Los trenes, que se moverán con electricidad y evitarán la contaminación, han sido suministrados por la empresa francesa Alstom. El plan integral contempla cuatro ramales más. La línea 1 cuenta con cinco estaciones elevadas y siete subterráneas.

Con una línea inicial de 13.6 kilómetros construida a un costo de 1.880.5 millones y que podrán recorrerse en 23 minutos, la apertura del Metro de Panamá se hará en una época de campaña electoral por los comicios presidenciales del próximo 4 de mayo y es una de las principales obras del gobierno del presidente Ricardo Martinelli, aunque comenzará a rodar en medio de cuestionamientos financieros.

“Los costos de operación de la línea son tendencialmente más grandes que los ingresos por tarifas y los costos de mantenimiento del sistema crecerán hasta, al menos dentro de treinta años, hasta el punto de que la estructura vaya a necesitar reemplazos a un costo de 1.000 millones de dólares”, advirtió un informe del Instituto Cato, un think tank de Washington, difundido en la capital panameña por el diario La Prensa, uno de los principales de Panamá.

Al precisar que es una mala inversión, ya que sería necesario cobrar 15 dólares por recorrido de cada pasajero, y recordar que el gobierno panameño se comprometió a subsidiar las tarifas, el informe Cato subrayó que la decisión de optar por un mecanismo de transporte ferroviario con una capacidad ajena a la realidad frente a alternativas más baratas, repercutirá a largo plazo y obligará a un nuevo y multimillonario gasto de mantenimiento y reemplazo de infraestructura.

Cato recalcó que pese a que el objetivo era suplir la carencia capitalina de un sistema ferroviario ante la incapacidad del servicio remunerado de personas para enfrentar las crecientes demandas de transporte, el Metro tampoco podrá asumirlas ni lograr movilizar a más de 6.400 usuarios por hora, mientras los autobuses mueven a más de 10.000.

EL PAÍS buscó sin éxito y de forma reiterada una opinión de la estatal Secretaría del Metro de Panamá sobre los cuestionamientos financieros del Instituto. El panameño Roberto Roy, secretario del Metro y ministro de Asuntos del Canal, no respondió a los llamados telefónicos.

Proyecto insignia

Poco después de asumir para un periodo de cinco años en julio de 2009, Martinelli comenzó a esbozar el proyecto del Metro como uno de los símbolos de su gestión, que concluirá el 1 de julio.

Con un horario de 17 horas—de las 05:00 a las 22:00—y una expectativa de movilizar unos 15.000 pasajeros por hora en cada sentido en los 19 trenes de tres vagones cada uno en las fases de mayor demanda, el Metro ha sido promocionado por la administración Martinelli como la ruta para resolver los profundos males del transporte capitalino.

En su página digital, la Secretaría ha explicado que el proyecto pretende “brindar una solución integral para uno de los principales problemas de la ciudadanía panameña que se agudiza todos los días” y “pensando en el desarrollo y el respeto a la vida, en ofrecer un servicio de transporte digno, seguro y confiable y en que nuestras futuras generaciones cuenten con una mejor ciudad”.

El Metro, añadió, será un sistema de transporte masivo con capacidad “entre media y pesada”, un máximo de seis vagones con una longitud aproximada de 100 metros y con posibilidad de movilización máxima de hasta 40.000 pasajeros por hora en cada sentido.

“Dado que dispone de una vía exclusiva, la velocidad promedio de recorrido del metro es superior a la de otros modos de transporte, lo que reduce significativamente el tiempo de viaje. El ahorro en tiempo de viaje aumentaría las horas hombre aprovechable”, precisó.

El otro engranaje

El Metro refuerza la imagen panameña de ser un engranaje de los servicios mundiales y se acopla a las grandes ofertas de este país de unos 3,8 millones de habitantes, con registro de rangos de pobreza que afectan a más del 35% de los panameños, aunque Martinelli alega que descendió al 25% con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que ha sido cercano al 10% en los últimos años.

El Metro tiene hermanos mayores, como el Canal de Panamá, cuya ampliación concluirá en 2015 y que en agosto de este año cumplirá 100 años, y la Zona Libre de Colón, que funciona desde 1948 en el sector panameño del Caribe y está regida por un mecanismo de excepción fiscal para empresas privadas que le convirtió en el principal puerto de reexportación de mercancías de América Latina y el Caribe y el segundo del mundo, solo superado por Hong Kong.

Al engranaje se unen una moderna cadena de puertos, el Centro Bancario Internacional, instalado en 1970 y que dispone de 91 bancos principalmente de América, Europa y Asia, y la característica panameña de ser el país con la más grande flota mercante del mundo. Al cerrar 2013 había casi 11.000 naves con la bandera de Panamá que equivalen a casi el 9% del total del orbe y más de 240 millones de toneladas de registro bruto, por un dispositivo de facilidades de inscripción que funciona desde 1925.

El menú panameño lo completan una masiva oferta de casinos y otros juegos y loterías que, en 2013, procesaron 2.964 millones de dólares en apuestas, mientras el auge inmobiliario—un hechizo de los negocios que irrumpió hace más de 15 años a Panamá—se sigue prolongando, en una permanente seducción que alimenta la ecuación panameña.

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