Turquía derriba un avión militar sirio
"Si violas mi espacio aéreo, el bofetón de respuesta será fuerte", afirma el primer ministro turco
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha confirmado a primera hora de la tarde que su Fuerza Aérea ha derribado un avión militar sirio en la frontera común. “¿Por qué lo hemos hecho? Porque si usted viola mi espacio aéreo, nuestra bofetada después será dura”, ha argumentado en un mitin en Kocaeli, en mitad de su campaña para las elecciones municipales del día 30. Erdogan no ha indicado cuánto se había adentrado la aeronave en su territorio hasta que ha sido atacada por sus F-16. Se ha limitado a “felicitar” al Ejército por su actuación. Oficialmente Siria no ha reaccionado aún pero fuentes militares de Damasco han indicado a la agencia France Presse que se trata de una “flagrante agresión” a su soberanía y que el avión estaba “persiguiendo a grupos terroristas”, que es como denomina a los opositores, y no buscaba dañar los intereses turcos. “Esto es una prueba del apoyo de Erdogan a los terroristas”, añade la misma fuente.
Según la agencia de noticias turca Dogan, el avión cayó justo en la frontera, entre la región siria de Latakia y el distrito turco de Hatay Samandag. El piloto consiguió eyectarse. Al Manar TV, vinculada a la milicia chií libanés de Hezbolá –que lucha en Siria a favor del régimen de Bachar el Asad- añade que han sido dos los cohetes lanzados desde Turquía para neutralizar la nave.
Ya en septiembre de 2013 aviones turcos derribaron un helicóptero sirio porque se había adentrado dos kilómetros en su espacio aéreo. Antes, en junio de 2012, un avión turco fue alcanzado por fuego sirio; entonces fue Damasco quien denunció una violación de su territorio.
Lo que está en juego en la zona en la que se han producido los hechos es el control del paso fronterizo de Kasab. Desde hace tres días se están viviendo intensos enfrentamientos entre los rebeldes de Al Nusra –la rama oficial de Al Qaeda en Siria- más algunos otros pequeños grupos islamistas y el Ejército afín al poder. Los disidentes se han hecho con el práctico control de ese tramo de frontera y las tropas oficialistas pretenden recuperarlo.
Ayer el combate cuerpo a cuerpo se extendió hacia la zona de Latakia, en la costa, donde los bombardeos del Ejército se han recrudecido y se han desplegado “refuerzos significativos” para evitar un avance mayor de los rebeldes, que han anunciado una “gran ofensiva”. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) sostiene que desde el viernes 80 personas han muerto en estos enfrentamientos, entre los dos bandos.
La zona de Latakia es un bastión alauí, la rama del Islam a la que pertenece el presidente Asad, donde se encuentra incluso su aldea natal. Siria se va a quejar a Naciones Unidas porque entiende que los opositores están contando con ayuda formal de Turquía. Antes de conocerse el derribo de su avión, Damasco ya calificó esta supuesta ayuda como una “agresión militar injustificada”, según el Ministerio de Exteriores.
Los combates dentro de Siria, añade el Observatorio, se intensifican en Alepo, capital económica del país. Los rebeldes ahora dominan una colina “estratégica” en el oeste y tratan de cortar la carretera que lleva al aeropuerto. Esta intentona de avanzar sobre Alepo dejó ayer 50 rebeldes y 26 soldados muertos. Entre las víctimas podría estar el jefe de la Guardia Presidencial en la provincia, el coronel Abbas Samii.
La pugna entre pro y anti Asad saltó también hace bastantes meses a Líbano, donde anoche volvieron a producirse serios incidentes. El Gobierno confirma que al menos una persona murió y 13 más resultaron heridas por varios tiroteos cruzados al sur de Beirut, la capital. El Ejecutivo ha anunciado también que investiga si Hezbolá ha puesto en funcionamiento un helipuerto en el valle de la Beqaa desde el que podría poner en circulación aviones no tripulados que le ayuden en su refuerzo a Asad.
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