Una millonaria deuda comercial subyace a la ruptura de Venezuela con Panamá
La decisión del presidente Nicolás Maduro aleja la posibilidad de que empresas venezolanas asuman sus impagos en la panameña Zona Libre de Colón
Cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este miércoles la ruptura de vínculos diplomáticos y políticos con Panamá, tuvo el cuidado de añadir —de inmediato— que también ordenó “congelar todas las relaciones comerciales y económicas” entre ambos países.
¿Pero qué importancia pueden tener los nexos económicos entre dos países con un intercambio comercial total que cayó de 41,7 millones de dólares en 2012 a 20,9 millones en 2013, con un balance favorable a los venezolanos?
¿Por qué congelar unos vínculos en los que, del total de 62,6 millones de dólares de intercambio en ambos periodos, las ventas venezolanas al mercado panameño sumaron 53,8 millones?
La clave del conflicto está en otro lado: las cifras no incluyen las reexportaciones desde la Zona Libre de Colón (ZLC), que opera en el litoral panameño en el Atlántico y es el principal puerto de reenvío de mercancías de América Latina y el Caribe y el segundo del mundo, solo superado por Hong Kong.
La decisión de Maduro aleja la posibilidad de que los empresarios venezolanos paguen una deuda que oscila entre 400 millones y 1.200 millones. “La ruptura de relaciones comerciales no es una buena noticia para la Zona, porque de alguna manera va a haber algún tropiezo en el flujo de negocios y de pagos que puede haber entre los dos países”, dijo el panameño Luis Germán Gómez, presidente de la Asociación de Usuarios de la ZLC, en una entrevista con EL PAÍS. “Todavía es prematuro determinar qué tanto va a afectar esto a la Zona Libre o no, porque hemos sido proveedores tradicionales de Venezuela y es una necesidad de nuestro país”, añadió.
La deuda de empresas venezolanos en la panameña Zona Libre de Colón, en Panamá, oscila entre 400 y 1.200 millones de dólares
El problema del débito es que ni siquiera está definido un monto exacto. “Realmente una cifra oficial no se puede dar. Una comisión de los dos gobiernos investigó el caso el año pasado. La parte venezolana envió facturas por pagar a la Zona por 1.200 millones. La parte panameña respondió que de ese monto, había 800 millones sin comprobar, de empresas que ya no existen. Podríamos hablar de unos 400 millones inicialmente… pero mal contados”, relató Gómez.
En declaraciones a la prensa venezolana, el canciller de Venezuela, Elías Jaua, confirmó que “queda suspendida la revisión de esa deuda hasta tanto en Panamá no haya un Gobierno serio que respete las relaciones que deben tenerse de respeto mutuo”. En el estudio de la deuda, explicó, fue hallado “todo tipo de acciones fraudulentas tanto de comerciantes panameños como de venezolanos”, que crearon un espacio de “podredumbre” y “corruptela” en los negocios. “Hemos estado lidiando con un pañuelo en la nariz, revisando esa podredumbre en que se ha convertido esa relación comercial y por lo tanto, eso también queda suspendido”, afirmó, al anunciar que ahora habrá un estudio pormenorizado.
Maduro anunció el 5 de este mes en Caracas la ruptura de relaciones y calificó al presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, de “lacayo rastrero”. “He decidido romper relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno actual de Panamá y congelar todas las relaciones comerciales y económicas desde este momento”, proclamó el gobernante venezolano, tras acusar a su colega panameño de “conspirar” contra su gobierno con una actitud “injerencista” en los asuntos internos de Venezuela.
Panamá pidió el 25 de febrero a la Organización de Estados Americanos (OEA) convocar de urgencia a los cancilleres del continente para evaluar la crisis política venezolana, tras varias semanas de un prolongado y violento conflicto entre fuerzas gubernamentales y opositoras. Venezuela rechazó, enfática, esa gestión panameña, mientras que Panamá acusó a Maduro de usar “un lenguaje soez” contra los panameños y advirtió de que la decisión de Caracas de romper los nexos bilaterales puede convertirse en una “cortina de humo” para negar la realidad que sufre Venezuela.
Maduro dijo este jueves que para restablecer los lazos, Panamá “debe pedir perdón” a Venezuela, pero Martinelli replicó en su cuenta de Twitter que "ni Panamá ni su Gobierno pedirán disculpas por propiciar el diálogo y la paz en Venezuela, y siempre defenderemos los intereses de Panamá”.
Golpe económico
Los importadores venezolanos han sido, al menos hasta 2013, los más importantes clientes de la Zona, que opera desde 1948 regida por un mecanismo de excepción fiscal y ha facturado cerca de 29.000 millones al año. La deuda que se arrastra de los compradores venezolanos ha provocado un fuerte impacto, ya que sus operaciones equivalían el año pasado a un promedio aproximado al 30% de las operaciones anuales totales de la ZLC.
La deuda comenzó a crecer a finales de 2012 porque el abaratamiento del valor del bolívar (moneda venezolana) frente al dólar les encareció a los empresarios venezolanos el acceso a la moneda estadounidense para pagar sus importaciones, y porque el gobierno venezolano mantiene el monopolio de la entrega de divisas. Venezuela devaluó su moneda en febrero de 2013, en un proceso de encarecimiento del dólar que ha continuado en medio de la complejidad de los empresarios de esa nación para acceder a la moneda estadounidense y cancelar sus compras en el exterior.
La crisis provocó que Martinelli viajara en julio de 2013 pasado a Caracas, en busca de una solución negociada con Maduro. Aunque crearon una comisión que buscaría un arreglo, la situación se prolongó. Fuentes empresariales panameñas calcularon que el impacto de la deuda venezolana provocó una merma del 10% en las operaciones de la Zona el año anterior.
El canciller venezolano, Elías Jaua, confirma “acciones fraudulentas” de empresarios de ambos países
Por eso, en el trasfondo de la ruptura emerge un elemento que, como los nexos comerciales, es esencial entre Caracas y Panamá. Arrinconados por la falta de pago de sus clientes venezolanos, que carecen de dólares para asumir sus deudas, los empresarios de la ZLC suspendieron o redujeron desde hace varios meses sus ventas a Venezuela, un país sumido en profundas carencias de los más diversos artículos de consumo y en el que el 95% de su producción es petróleo.
“Claro que ha descendido la posibilidad de hacer negocios con Venezuela. Muchas empresas de la Zona se han abstenido de venderles a los empresarios venezolanos, que están sin facilidad de conseguir dólares. A algunos si les han pagado, las empresas van recibiendo dinero pero sin el flujo regular o normal de pagos, sino de una manera sumamente lenta”, dijo Gómez.
Un informe de la Oficina Económica y Comercial de España en Caracas, actualizado a julio de 2013, mostró que Estados Unidos fue en 2012 el principal socio comercial proveedor de Venezuela, con 26,1% de las importaciones venezolanas, y seguido por China (15,4%), Brasil (9,4%), y Colombia (5,2%). Con una participación conjunta del 19,9%, les siguen Argentina, México, Panamá, España, Perú y Alemania.
Según el informe, el monto de las exportaciones panameñas a Venezuela pasó de 895 millones en 2009 a 769 en 2010, para subir a 1.339 millones en 2011 y sufrir una baja a 1.257 millones en 2012, cuando empezó a resentirse el impacto de la escasez de dólares en Venezuela.
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