26 muertos y cientos de heridos en choques entre policía y opositores en Kiev
Yanukóvich exige a los líderes opositores que "se distancien de los radicales" El presidente llama "delincuentes" a los jefes de la protesta y amenaza con llevarlos a la justicia Polonia insta a la UE a adoptar sanciones contra el Gobierno de KIev
Sobre el telón de fondo de la violencia en la que Ucrania se está sumergiendo en el transcurso de la última jornada, el presidente, Víctor Yanukóvich, exhortó a los líderes de la oposición a definirse y a “distanciarse inmediatamente de las fuerzas radicales que provocan derramamiento de sangre y enfrentamientos con las fuerzas del orden público” o bien a “reconocer que apoyan a los radicales”. Y si optan por esto último, “entonces hablaremos de otro modo con ellos”, afirmó en un mensaje grabado y dirigido a sus conciudadanos, que fue trasmitido a primera hora de la mañana de este miércoles por la televisión.
En Kiev, a raíz de los enfrentamientos que se iniciaron el martes por la mañana, han perecido 26 personas, según la actualización del Ministerio del Interior a media mañana, que informa del fallecimiento de otro policía herido, que eleva la cifra de víctimas mortales de las fuerzas de seguridad a 10. De los centenares de heridos, 241 han sido hospitalizados, entre ellos 79 policías y cinco periodistas. En la jornada de violencia murió el primer periodista, Viacheslav Veremii, de la publicación ucraniana Vesti.
La violencia en Kiev ha causado fuertes reacciones diplomáticas. EL primer ministro polaco, Donald Tusk, ha instado a la Unión Europea a adoptar sanciones contra el Gobierno de Kiev y anunciado que contactará para ello a los principales líderes del continente este miércoles. El ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, consideró que Yanukóvich tiene las manos manchadas de sangre. El presidente francés, François Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de la comisión europea, José Manuel Durão Barroso, tienen previsto reunirse hoy en París, con la crisis ucraniana sobre la mesa.
El Euromaidán (asociación entre "Europa" y "maidán", la plaza de la Independencia, epicentro de las protestas) resistía todavía por la mañana tras los sucesivos embates que las fuerzas del orden público iniciaron a partir de las ocho de la noche del día anterior. El tamaño del mitin permanente que hasta el martes se extendía por un amplio espacio en el centro de Kiev había sido reducido sustancialmente a medida que las Berkut (tropas de intervención especial) estrechaban el cerco pese a la feroz resistencia de los manifestantes. La sede central de los sindicatos de Kiev, que fue el centro coordinador y sede de los distintos grupos integrados en el Maidán, había ardido parcialmente durante la madrugada y había tenido que ser desalojado.
En su mensaje a la nación, Yanukóvich calificó los sucesos y el derramamiento de sangre como la experiencia “más dura” vivida por el país y también como “tragedia”. El presidente se eximió a sí mismo de responsabilidades por lo ocurrido e invocó su papel de garante de la Constitución para mantener el orden en el Estado.
“Siempre consideré que el uso de la fuerza era un enfoque equivocado”, dijo, declarándose partidario del “diálogo” y del “compromiso” en el que el “poder” y la “oposición” pierden algo para que “Ucrania gane”. “Exhorté vehementemente a abstenerse de actuaciones radicales, pero no me escucharon”, manifestó Yanukóvich. “Todavía no es tarde para escuchar, todavía no es tarde para detener el conflicto”, señaló. “Ya hemos pagado un precio demasiado alto por las ambiciones de los que se precipitan hacia el poder, pero para que el precio no sea aún más alto, les exhorto a recapacitar. Hay que sentarse a la mesa de negociaciones y salvar a Ucrania”. Y agregó que las nuevas generaciones “no nos perdonarán si destruimos el Estado que debe pertenecerle a ellos, nuestros descendientes”.
El jefe del Estado dijo haber estado siempre a favor del diálogo y, es más, se atribuyó la resolución pacífica del conflicto de la Revolución Naranja, justamente por no haber querido recurrir a la solución de fuerza contra sus oponentes en el otoño de 2004. En aquel entonces, a Yanukóvich le fue atribuida la victoria en unas elecciones plagada de fraudes que finalmente fueron anuladas.
En su alocución, Yanukóvich dijo que se había producido cierto diálogo y se refirió a las dos amnistías de las que se han beneficiado los manifestantes, una para los que habían sido detenidos hasta diciembre del año pasado y otra que concluyó el 17 de febrero. Acusó a los líderes de la oposición de exhortar a los sectores radicales del Maidán "al día siguiente, el 18 de febrero" a la "lucha armada". El presidente dijo que los manifestantes "no solo no esperaron la apertura de la sesión del Parlamento en la que debían votarse leyes que hubieran cambiado a Ucrania". "Al contrario, bloquearon la Rada Suprema, sin darle posibilidades de aprobar los cambios". La oposición había dicho la víspera que sus planes de someter a la Cámara un proyecto para restablecer la Constitución de 2004 no pudieron ser puestos en práctica porque el correspondiente documento no había sido registrado formalmente. Pero otros medios parlamentarios afirmaban que el proyecto no tenía las 150 firmas requeridas para ser registrado.
"Han cruzado la frontera"
“Sin tener el mandato del pueblo, de forma ilegal, transgrediendo la Constitución de Ucrania, (los manifestantes) con el consentimiento de los políticos, recurriendo a pogromos, incendios y asesinatos, intentaron tomar el poder”, afirmó el presidente. “Los líderes de la oposición ignoraron los principios básicos de la democracia, el poder no se obtiene en las calles ni en las plazas sino solo en los colegios electorales”. “Ya he dicho muchas veces que pronto habrá elecciones”. Los comicios presidenciales tendrán lugar a principios de 2015, pero la oposición quería elecciones anticipadas basadas en la Constitución de 2004 y no en la actual, de 2010, de corte presidencialista.
Yanukóvich acusó a los líderes de la oposición de haber "cruzado la frontera cuando exhortaron a la gente a tomar las armas, lo que es una crasa violación de la ley". El presidente advirtió que "los delincuentes deben comparecer ante un juez que determinará el grado de castigo".
En las provincias del Occidente de Ucrania los manifestantes en contra de Yanukóvich volvieron a asaltar edificios públicos. Así en Ternópol y en Ivano-Franko fueron ocupadas las delegaciones del Ministerio del Interior y de los órganos de seguridad. No hay información sobre las armas que hayan podido capturar los manifestantes que en Lvov habían asaltado una guarnición del Ministerio del Interior y también ocupado la sede central del servicio de seguridad (además del edificio de la fiscalía) sin que éste organismo opusiera resistencia. El alcalde de la ciudad, Andrei Sadovi, exhortó a mantener la cabeza fria y evitar los linchamientos.
Tras los incidentes del pasado enero, el ex ministro de Defensa de Ucrania, Anatoli Grizenko, diputado de la Duma, había exhortado a armarse para defenderse de ataques contra el Maidán. Sin embargo, los líderes de la oposición parlamentaria, Vitali Klichkó, Arseni Yatseniuk y Oleg Tiagniibok, se habían pronunciado reiteradamente a favor de una resolución pacífica del conflicto. Los tres líderes acudieron en la noche del martes al miércoles a dialogar con Yanukóvich, pero el diálogo no resultó. Klichkó manifestó que el presidente había ignorado su propuesta de que hiciera una tregua mientras conversaban. Sin embargo, Yanukóvich afirmó que había solo una salida, "desalojar el Maidán". "Esta es la hora más dramática de nuestra historia", dijo Yatseniuk.
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