Una comunista y solo nueve mujeres, en el Gobierno de Bachelet
La presidenta electa de Chile sitúa a su asesor de confianza, Rodrigo Peñailillo, como líder de su gabinete
La presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, presentó este viernes a su equipo de veintitrés ministros que la acompañarán en su segundo período en La Moneda desde el próximo 11 marzo con un llamado contundente: “Es la hora de trabajar, trabajar y trabajar”. La médico socialista incluyó en el primer anillo del Gobierno a un militante comunista, un partido que por primera vez en 40 años estará el en oficialismo, y a solamente nueve mujeres. “Me hubiese gustado la paridad”, reconoció la exdirectora de ONU Mujeres, que desde que regresó a Chile en marzo pasado había reiterado su interés en mayor igualdad de género en los cargos públicos.
Bachelet se había concentrado en los últimos días en conformar el engranaje político que la acompañará en una Administración que estará centrada en la superación de las desigualdades y que tiene la compleja misión de responder a las altas expectativas ciudadanas. El nuevo período será el inicio de un nuevo ciclo político y la presidenta electa, esmerada en no cometer los errores de su primer mandato, se ha tomado hasta el último minuto para diseñar su equipo: la socialista se había comprometido a hacer el anuncio antes de que la Corte Internacional de Justicia de Naciones unidas (CIJ), con sede en La Haya, de a conocer este lunes 27 el fallo por la demanda marítima de Perú contra Chile.
El anuncio ha traído consigo un anhelo de los comunistas chilenos: regresar al oficialismo. Bachelet ha nombrado como ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) a la militante Claudia Pascual, lo que representa un hecho histórico para el partido, que desde el derrocamiento de Salvador Allende en 1973 no conformaba un Gobierno. La presidenta electa hará convivir en su equipo a dirigentes que van desde la izquierda hasta el centro político, puesto que ha incluido a cinco democristianos. Los secretarios de Estado deberán enfocarse desde ahora en trabajar para implementar las medidas programadas por la socialista para los primeros 100 días de su segundo mandato.
La mandataria electa ha realizado el diseño en la soledad de su cargo, sin la habitual presión de los partidos de su conglomerado, y procurando que la información se controle al máximo para evitar filtraciones a los medios de comunicación, que recién dos horas antes del anuncio fueron informados de la realización de la rueda de prensa. Bachelet ha mostrado en este nombramiento que sus decisiones son autónomas y que le concede una importancia crucial a la lealtad y confianza. Haciendo gala de su poder electoral —obtuvo un 62% de las preferencias en las elecciones de diciembre— ha nombrado como ministro del Interior a Rodrigo Peñailillo, un ingeniero comercial de 39 años que se transformó en su principal asesor durante en primer Gobierno y la campaña presidencial.
Peñailillo fue el jefe de gabinete de Bachelet entre 2006 y 2010, los cuatro años de La Moneda, y se transformó en su embajador en Chile entre septiembre de 2010 y marzo de 2013, el período en que la socialista se radicó en Nueva York para trabajar en Naciones Unidas. Proveniente de una familia sencilla del sur de Chile, nunca había tenido un cargo de primera línea, pero desde este momento deberá articular políticamente el Ejecutivo y liderar a los 23 ministros de Estado. No responde ni a su partido (PPD) ni a los dirigentes del centroizquierda chileno: su principal lealtad está con Bachelet y ha sido premiado por ello, pese a que el establishment de la Nueva Mayoría esperaba un nombre con mayor experiencia política para hacer frente a los desafíos complejos de esta nueva etapa.
En su primer período, Bachelet quiso incorporar a caras nuevas y a nadie que haya sido ministro en otros gobiernos de la Concertación. En esta oportunidad, sin embargo, ha incluido a tres exministros: en Educación ha nombrado a Nicolás Eyzaguirre, titular de Hacienda en el período de Ricardo Lagos y exdirector del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI; en Justicia a José Antonio Gómez, que lideró la misma cartera en el Gobierno de Eduardo Frei; y a Heraldo Muñoz, portavoz de Lagos, que actualmente era el subsecretario general del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe. El futuro canciller tendrá en sus manos la implementación del fallo de La Haya y la administración de las complejas relaciones con sus vecinos de Perú y Bolivia.
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