Las élites norcoreanas prometen lealtad a Kim Jong-un
El aniversario de la muerte de Kim Jong-il sirve para reforzar la imagen del joven líder después de que este purgase a su tío
Militares y altos funcionarios han prometido hoy lealtad al Brillante Camarada Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, en la conmemoración del segundo aniversario de la muerte de su padre, Kim Jong-il. “Debemos ser guerreros para salvaguardar el centro del partido con nuestras vidas (…) con la convicción de que no conocemos a otro más que al gran camarada Kim Jong-un”, ha arengado Kim Yong-nam, presidente del Presídium, en el discurso de apertura de los actos de recuerdo, informa France Press. Los votos de obediencia, en una bien orquestada ceremonia, como es habitual en Corea del Norte, se han producido pocos días después de la ejecución el jueves pasado de Jang Song-thaek, tío y mentor de Kim Jong-un, por traición. Jang, de 67 años, era hasta su caída el segundo hombre más poderoso del país.
Las imágenes de televisión han mostrado a miles de militares y funcionarios del Partido de los Trabajadores mientras mantenían silencio durante varios minutos antes de levantarse para saludar con un gran aplauso al joven Kim en el momento en que ocupaba su lugar en el estrado de las autoridades.
Kim Yong-nam ha asegurado que en los dos años que Kim Jong-un lleva en el poder Corea del Norte ha efectuado “grandes avances”. En este periodo, el país ha colocado un satélite en órbita y ha llevado a cabo con éxito su tercera, y más potente, prueba atómica.
En la ceremonia también ha hablado el vicemariscal Choe Ryong-hae, un asesor cercano de Kim, que según algunas informaciones jugó un importante papel en la purga y ejecución de Jang. El Ejército apoyará al “comandante supremo ante cualquier tormenta y adversidad”, ha dicho. “Compartiremos el destino de nuestro respetado comandante supremo viviendo y muriendo con él hasta el último momento”.
Ha sido notable la ausencia en el acto de la hermana de Kim Jong-il y viuda de Jang, Kim Kyong-hui —otra importante figura política del país—, que tiene rango de general de cuatro estrellas. Kim Kyong-hui ha sido clave en el círculo de altos funcionarios y miembros de la familia Kim que garantizaron el ascenso al poder del inexperto Jong-un a los 28 años cuando falleció su padre. La influyente tía del dirigente norcoreano ha estado ausente en el pasado en ceremonias similares, lo que ha provocado intrigas sobre su salud, pero ha aparecido más tarde de nuevo en público. El fin de semana pasado asistió a un funeral de otro alto dirigente, según ha afirmado la prensa norcoreana, lo que parece indicar que ha escapado a la defenestración de Jang y sus aliados. Desertores de la élite norcoreana asentados en Corea del Sur han especulado con la posibilidad de que Jang haya sido eliminado por diferencias con su sobrino o con su propia esposa.
La agencia oficial norcoreana KCNA ha asegurado que Kim Jong-un visitó el lunes en compañía de su esposa, Ri Sol-ju, el mausoleo de Pyongyang donde se encuentra embalsamado el cuerpo de Kim Jong-il. Ri no ha sido vista en público desde octubre, lo que ha disparado los rumores sobre la posibilidad de que también haya caído en desgracia.
La ejecución de Jang por corrupción, crear su propia facción en el partido e intentar derrocar a Kim Jong-un ha sacudido la política norcoreana y ha hecho temer un brote de inestabilidad en el país. La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, dijo el lunes en una reunión con los máximos responsables de seguridad y defensa del país que la agitación en la cúpula norcoreana podría ser el presagio de futuras “provocaciones temerarias” por parte de Pyongyang.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.