Democristianos y socialdemócratas avanzan hacia la gran coalición

La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel y el Partido Socialdemócrata (SPD) se reunieron el lunes por segunda vez para explorar las posibilidades de un contrato de coalición. En las elecciones del pasado día 22, la canciller Merkel se quedó a un paso de la mayoría absoluta pero sin sus socios de Gobierno, los liberales del FDP, que no llegaron al 5% preceptivo para obtener representación en la Cámara baja (Bundestag). El hemiciclo se ha quedado con solo cuatro grupos.

Los democristianos están manteniendo conversaciones tanto con el SPD como con Los Verdes y solo descartan de entrada un pacto con el segundo partido de la oposición, el excomunista La Izquierda (Die Linke). El lunes, fuentes de la CDU señalaban una gran coalición entre democristianos y socialdemócratas como la salida más probable al póker negociador en Berlín. Sus grupos parlamentarios sumados tendrán el 80% de los escaños en el Bundestag.

La segunda reunión de tanteo entre los dos grandes partidos alemanes comenzó el lunes a las cuatro y terminó ya entrada la noche. Entre otros, participaron la canciller Merkel y el líder de la formación hermana de la CDU en Baviera, el socialcristiano Horst Seehofer (CSU), el presidente del SPD Sigmar Gabriel y jefe de su Grupo parlamentario, Frank-Walter Steinmeier. Ambos socialdemócratas fueron ministros en la anterior gran coalición, presidida por Merkel entre 2005 y 2009. Gabriel llevó entonces la cartera de Medio Ambiente y ahora cuenta como candidato firme para Trabajo.

Aunque la CDU se reunirá el martes con Los Verdes para una segunda ronda de conversaciones, ha trascendido que ya se está hablando del reparto de puestos en el tercer Ejecutivo de Merkel. Steinmeier podría recuperar Exteriores o quizá ir a Hacienda, que es la cartera más importante. Si Merkel se resiste a perderla, podría quedarse en manos del actual ministro Wolfgang Schäuble. En caso contrario, Schäuble podría pasar a Exteriores. Se espera un nuevo gobierno para mediados de noviembre.

Uno de los asuntos clave para el SPD es la introducción en Alemania de un salario mínimo interprofesional, que quieren fijar en 8,50 euros por hora. La secretaria general del partido, Andrea Nahles, advirtió antes de la reunión de que no participarán en un Gobierno que no lo introduzca. Todo indica que la CDU se está moviendo para aceptar la condición, que habían rechazado desde hace años. Todas las encuestas señalan que los alemanes quieren una gran coalición. Desde el día en que ganó las elecciones y perdió su socio de coalición, Merkel sabe también que es la opción más asumible para grandes sectores de su partido y para sus aliados bávaros de la CSU. Además, un pacto con el SPD dará al nuevo Gobierno una mejor relación con los Estados federados con gobierno socialdemócrata ante una legislatura en la que se plantean reformas fiscales profundas en Alemania.

Como contrapartida, el SPD podría aceptar, según se va sabiendo, que se mantengan las subvenciones a las familias que renuncian a llevar a sus hijos a la guardería. Ha sido otro de los temas espinosos de la campaña. Según dice la revista Der Spiegel esta semana, proponen que los Estados federados decidan si se mantienen estas partidas o dedican el dinero a mejorar la red de guarderías.

Se espera que los partidos anuncien esta semana si entablarán negociaciones firmes para conformar el Gabinete que gobernará Alemania hasta 2017­.