Ya sabemos que muy poco cambiará el lunes cuando se conozca la nueva composición del Bundestag que arrojarán las elecciones del domingo. Angela Merkel es la función fija y la variable señala la continuidad con los liberales o el regreso a la gran coalición con los socialdemócratas. Son cuestiones de énfasis las que están en manos de los votantes alemanes, lo más alejado de unas elecciones polarizadas.
La emoción democrática estará casi ausente en estos comicios. Nada como una buena elección polarizada para levantar la pasión política incluso fuera de las propias fronteras. Con mayor razón cuando el país que somete al sufragio la composición de su futuro gobierno es el que conduce a la Unión Europea en la salida de la crisis de gobernanza del euro y el que durante su resolución se ha convertido en la solitaria nación indispensable. Pero no es este el caso: no hay polarización ni hay una política de austeridad europea que en propiedad vaya a someterse al veredicto de las urnas.
No ha lugar entonces a la envidia electoral hacia los alemanes, como nos sucede con las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Observemos no tanto qué votan como hacia dónde se dirigen los alemanes cuando votan, incluyendo el modelo de país y el modelo de Europa, pero también el sistema político que dibujan.
Puede que lo que sucede en Alemania no sea la plantilla. Cabe la posibilidad de que la atención política deba dirigirse hacia los Países Bajos, donde se nos anuncia el final del Estado de bienestar, más que hacia Alemania, donde gracias a la estabilidad casi todo el arco político pretende salvar el Estado de bienestar después de unos sacrificios realizados a tiempo.
Los socialdemócratas hicieron el mayor esfuerzo, primero cuando eran el socio mayor de la coalición con los Verdes con Schroeder (1998-2005), y luego como socios menores de la primera Merkel (2005-2009). Si ahora regresan al Gobierno rematarán la doble tarea de reformar y conservar, tarea obligada para todos los países europeos que no quieran seguir el camino holandés.
Descontado el énfasis socialdemócrata, la Alemania modelada por Merkel en sus ya ocho años de cancillería es determinante para el futuro europeo sin necesidad de conocer el resultado del domingo. Cuatro años más, con liberales o con socialdemócratas, poco cambiará en el proyecto europeo, concentrado ahora en la unión bancaria, construida según el método de la unión, que Angela Merkel anunció solemnemente en el Colegio Europeo de Brujas en 2010 como alternativa al método comunitario.
El centro de gravedad está en los Estados, a través del Consejo, y no en la Comisión, y aquellos no se dirigen hacia la integración sino al estrechamiento de la cooperación multilateral en una Europa de las naciones gaullista y cada vez menos renana. Si son Estados de bienestar o no, es cuestión de cada uno y de su bolsillo, y en ningún caso del ajeno o del presupuesto europeo: el modelo participativo holandés, aplicado a los países dentro del conjunto europeo, también es un modelo alemán.
Es, en todo caso, una situación ventajista para un país tan central, con tanto peso y con una economía que le permite jugar directamente en el mercado global, ya sin el contrapeso inactivo de Francia. Alemania gobierna y traza el camino incluso sin tomar decisiones, como en política exterior y de defensa, o las toma en dirección contraria, como es la apuesta por las renovables y por el cierre de las centrales nucleares.
A Merkel le interesa Europa como bloque comercial con moneda gobernada, una especie de profundización de la posición británica, que se desentiende de la unión más estrecha que predican los tratados europeos y limita su ambición exterior al acompañamiento de la economía.
Sobre el papel no quiere una Europa alemana, pero en la práctica se deja absorber con todo su peso y su ensimismamiento por Europa, cada vez más parecida al cuerpo de mayor tamaño que la habita y la gobierna. No son unas elecciones cruciales para Europa, pero nos señalan el camino que vamos siguiendo.
Comentarios
Me preocupa que la UE haya avisado que si Cataluña se independiza se quedará fuera de Europa y en Cataluña no se le esté dando bombo al tema para seguir con su cruzada independentista absurda. ¿Puede usted hacer un artículo sobre este tema? Gracias http://xurl.es/9ik46
Ya lo decía Paul Krugman en su libro de 1994 "Vendiendo prosperidad" en el que se refiere a la "hegemonía alemana" surgida por defecto. El Bundesbank fue elegido voluntariamente por el resto de los Bancos Centrales europeos como locomotora del Sistema Monetario Europeo, no porque Alemania tuviera un gran población (antes de la Reunificación, Alemania tenía una población similar a la de Francia) sino porque era el Banco Central más anti-inflacionista, por lo que los demás Bancos Centrales europeos decidieron subirse al tren para beneficiarse de su eficacia.El Banco de Francia podía haber sido la locomotora, pero su ineficacia lo impidió.Tras el €uro, el Bundesbank ha sido canibalizado por el BCE. Los franceses querían utilizarlo para tener voz sobre el Bundesbank, pero la propia existencia del €uro ha generado nuevas situaciones en las que Alemania ha terminado resultando beneficiada tras la Agenda 2010. El 50% de las exportaciones europeas a China, lo realizan empresas alemanas. El gasto en I+D de Alemania es comparable al de los Estados Unidos. El 40% de las patentes europeas tienen su origen en Alemania....Todo ello crea el caldo de cultivo para una nueva era de crecimiento. También es cierto que Alemania sufre de gravísimos problemas, demográficos, educativos y de inversión y creación de empresas de la era de la información (aunque SAP, la mayor empresa de software europea, sea alemana) La ciudad de Berlin, que perdió la mayor parte de sus empresas tras la II Guerra Mundial (en beneficio de los aliados y de Baviera) ha comenzado su carrera para convertirse en centro europeo del software y las "start ups", aunque todavía Londres le lleva la delantera (videojuegos, ARM) A PPA (paridad de poder adquisitivo) el PIB de Alemania equivale a un 70% del PIB de Japón, lo que es sin duda un gran éxito, pero sólo representa un 20% del PIB de USA, si bien el conjunto de la €urozona tiene un PIB y población similares a USA aunque como vemos en relación con las Telecos, el nivel de integración económica en la €urozona es todavía muy reducido.
La Europa alemana, la Alemania Europea, la España catalana, la Cataluña española, cuántas combinaciones tomadas de dos en dos y qué poca unidad. Que cada cual sea lo que sea y Dios en la de todos. Que Europa sea Europa, que Alemania sea Alemania, que Cataluña sea Cataluña y que España sea España, lo que no quita para que cada cual se encuadre en el marco que se encuadre. Baviera es Alemania y se llama estado libre. Pues Cataluña igual, Cataluña es España, se llame como se llame. Que no lo digo porque me considere un nacionalista español extremo, que en el fondo me da igual, más que nada porque así lleva siendo desde hace siglos y tampoco es que nos haya ido mal del todo, aunque entiendo que muchos catalanes sientan desarraigo hacia España, yo también los sentiría si lo fuera con gobernantes como los que tenemos, lo que no obsta para que a lo mejor también quisiera ser español observando a los dirigentes catalanes, y que tanto se parecen a los españoles. Cuánto se parecen todos los gobernantes. Entre ellos no hay distingos, son todos igual de demagogos, Rajoy, Mas y las alternativas. En el fondo, más que dejar de ser español o de querer ser solo catalán, lo que yo creo que todos querríamos es que Rajoy y Mas fueran de Sierra Leona.
Ciro has enfocado muy bien el tema. Un saludo.
El problema de Europa y la EU es sencillo: Europa está compuesta de países más o menos fascistas, pero fascistas todos. ¿Se necesitan pruebas? Bien, incluyo. Tomado de la AP: «CLIMATEGATE II: CIENTÍFICOS empujados a ocultar datos - Correos electrónicos filtrados a la AP muestran cómo los EE.UU. y otros gobiernos empujan a los científicos que preparan un nuevo informe climático de la ONU que saldrá la próxima semana a omitir o minimizar la evidencia de que la atmósfera de la Tierra ha dejado de calentarse durante los últimos 15 años.Del el cable - "Alemania abogó por que la referencia a la desaceleración fuese eliminada, diciendo que un lapso de tiempo de 10 a 15 años es engañosa en el contexto del cambio climático, que se mide a lo largo de décadas y siglos. Los EE.UU. también instaron a los autores a incluir la "hipótesis principal" que la reducción del calentamiento está vinculada a que más se transfiere a las profundidades del océano".» Si MIENTEN acerca de la ciencia, ¿en qué no mentirán? ¿Por qué mienten acerca del Calentamiento Global? Porque su mera existencia como Gobiernos "Socialmente conscientes" está basada en mentiras, más mentiras y "estadísticas". Lo dicho: fascistas peores que Mussolini.
No resulta admisible la propuesta de hacer a Alemania menos competitiva, ya que los competidores de Alemania no se encuentran en Europa sino en Asia y América del Norte, por lo que desincentivar a Alemania significa perjudicar al conjunto de Europa.Alemania tiene que ser MÁS competitiva, no menos. Y el resto de los países de Europa se tienen que poner las pilas para no perder el tren. Lo que no podemos hacer es poner trabas a quienes llevan la delantera para que les alcancen los que van en los vagones de cola, porque aparte del tren europeo existen los trenes asiático y norteamericano que están alcanzando una velocidad más alta.Alemania tiene que continuar esforzándose por incrementar su competividad, y el resto de los países europeos necesita realizar un esfuerzo mayor, por razones de pura necesidad y supervivencia.En caso contrario, la locomotora y los primeros vagones del tren europeo (Escandinavia, Países Bajos, Austria y Suiza) terminarán desgajándose del resto, que tendrá que sobrevivir en el desierto compitiendo con los buitres por la carroña. No hay marcha atrás. Proponer una Alemania menos competitiva es un insulto y una amenaza contra el conjunto de €uropa.
Lluís Bassets, que vas a decir tú, que eres un rancio troglodita catalán. Que ya no estamos en 1714 hombre. Que ya el Mercado Común se ha constituido en una federación de naciones UE, entre las que se encuentra España.Que coño de españolistas ni leches.
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Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).