La mayor ambición debe revestirse con los ropajes del total desprendimiento. El programa, las alianzas, los argumentos, la propaganda, deben ir más allá de la discreción hasta alcanzar el silencio absoluto. Solo caben la piedad y la fe. El funcionamiento de los mecanismos del poder y de las complejas escaleras que conducen a la cima pertenece a una gramática universal, pero en ningún otro lugar se dan con tanta pureza, tanta resolución y también tanto silencio. Solo llega quien convence al mundo de que ha renunciado a todo y ha matado hasta la última bacteria de vanidad en su interior.
La fortuna juega sus cartas. El monarca muere o renuncia inesperadamente, abriendo el camino a los príncipes aspirantes que hayan sabido mantenerse preparados y sepan leer los signos del tiempo. Es el lenguaje funcional del maquiavelismo, que se da aquí como en todas partes, pero queda públicamente anulado y encapsulado en el fuero más interno, donde la ambición debe llegar al grado cero antes de investir los ropajes blancos del poder infalible y máximo. Ahí está el secreto litúrgico para echar una mano: esos hombres se comportarán como tales en sus peleas por alcanzar la magistratura máxima, no hay otra forma de hacerlo, pero deberán acomodar sus manejos y tratos a la exigencia ceremonial de una opacidad sin fisuras, encerrados a cal y canto.
Comentarios
Vanidad, la vanidad mueve montañas, y cuando Mahoma no va a la vanidad, la vanidad va a Mahoma, o al Papa, o a un humilde escribiente que busque su lugar privilegiado en el mundo.
Y por lo demás, parece que ocurre con la elección del Papa lo que con el rescate, el que quiera peces que se moje el culo, el que quiera alas que primero aterrice, el que quiera poder, que se humille.
Y podría acabarse cada cónclave con aquella frase de película que entonaba Manuel Alexandre: 'me paece a mí que tenéis un cuajo'.
Fue todo una larga campaña, desde los más ignotos suburbios de la lejana Buenos Aires. Les lavaba los pies a los sidosos, decía misas para recolectores de basura y prostitutas, daba de comer a los pobres y comía con ellos en comedores populares, denunciaba la explotación humana. Todo por ambición. Él sabía que con eso llegaría a papa. En su interior, seguro que sentía asco. Fue todo una mentira maquiavélica. Gracias por abrirnos los ojos.
Breve y profundo artículo. Explicación soberbia. Cinco leves párrafos permiten entender lo más profundo de lo acaecido en la cúpula imperial. Recuerdos sentidos me trae a la memoria la lectura del -Juego de los Abalorios- de Hermann Hesse, que en un relato novelado de excelente literatura describe ampliamente el juego del poder para la sucesión de los líderes de las logias secretas. Viva Papa Francisco, mientras viva.
Ciro, lo que dices son princípios del Taoismo.
Cuánta palabrería para, queriendo dar a entender mucho, no decir nada.
Oh, por favor, vamos. Los Papas no cambian el mundo. Desde el fracaso del Concilio Vaticano II no fío mucho en ellos para ponerse del lado de los humildes. La Iglesia de base, la que sí actúa sin interés ni beneficio, esa merece mi apoyo y atención. Por eso mismo más me repele la política florentina del Vaticano, con sus cardenales, su historia oscura , sus secretos y su dogma de infalibilidad y teologías varias. Esa no es la Iglesia de Jesúcristo, es otra Iglesia. Es la Iglesia de Saulo de Tarso.
Se cree el ladrón que todos son de su condición
He releído de Lluis Bassets: se mueve dentro de unas coordenadas ambiguas, inquietantes. Sinceramente, yo no he visto en el ya excardenal Bergoglio ni en la decisión del colegio cardenalicio ningún tipo de conjura maquiavélica que haya llegado a su final. Cierto que ni parece argentino ni jesuita, por la sencillez y humildad en sus primeras medidas, pero para los católicos, seamos o no creyentes, es nuestro Padre espiritual y como tal le recibimos con aceptación amorosa, al margen de otras preferencias. Lo demás es revolver en el cieno, tirar la piedra y esconder la mano. Sin argumentos objetivos, por añadidura.
Veo que usted, en sus atribuciones como propietario, no ha querido publicar mi comentario: sus argumentos habrá tenido, quizás no alcanzaban mis palabras el nivel de quienes siguen su blog, de los comentarios que me anteceden, sin ir más lejos.. El derecho a la tijera de su propio trapo es muy suyo. Como apostilla, aunque solamente tenga a usted por destinatario, es comentarle mi opinión de que el Maquiavelo barato y a granel no está en el Vaticano, sino que es el dueño de su blog, don Lluís Bassets.
Me inspiran más confianza las palabras modestas de Francisco.
Entre asco y pena he sentido al leer este artículo. Cuánta negatividad y qué ejercicio de onanismo, echar mierda sin saber, sólo por el hecho de acar de escribir una página vacía que no consigue ni alimetar el ego. Mira hacia fuera, da una oportunidad a la esperanza.
Basset parece que piensa que todo el mundo es igual. Si él calla ante un ERE abusivo que afecta a sus compañeros sólo por la ambición de mantener su situación laboral y su sueldo, piensa que los curas ayudan a los demás también sólo por ambición. Qué triste sr. Basset, cómo pretende explicar lo que pasa en el mundo con esa visión parcial y negativa de la humanidad.
Lambda, la Iglesia se define a sí misma como "Una, Santa, Católica, Apostólica y Romana". A veces olvidamos lo de Una. O sea, que ni "iglesia de base", ni "iglesia de curia", ni esos acotamientos humanos. Si uno no está de acuerdo con lo de Una, nadie le prohibe hacerse protestante.Del artículo de Bassets, bueno la típica teoría conspiranoica del que es incrédulo a la humildad, nada nuevo. Encuentro lógica esa incredulidad, porque la verdadera humildad es una virtud divina. Si no se cree en Dios es imposible creer en sus dones.
"Será quizás porque responde a la paradoja de que en el espíritu eclesial el poder se despliega a la vez como cero y como absoluto". Esta afirmación ¿es un acto de fe negativa o de envidia reprimida? En cualquier caso, y haciendo también una lectura maquiavélica de su artículo, por que veo que ud. todo lo entiende dentro de estas categorías, el poder de las palabras traicionan el poder de su paupérrima hermenéutica.
Qué texto! Nos hemos hecho unas buenas pajas mentales hoy! ;)
Este artículo está escrito luego de la elección de Francisco y o entiendo bien su propósito. Conozco bien a Bergoglio y se que nunca ambicionó ser papa ni trabajó para ello. Viajo solo, en taxi hasta el aeropuerto, en clase turista hasta Roma y con pasaje de regreso para el martes 19. Es un hombre íntegro, cercano a la gente, sencillo y con enorme vocación de servicio. Va a reformar a la Iglesia y sin duda que su elección fue inspirada por el espíritu de Dios, ese que llamamos el espíritu santo.
Ni siquiera como homenaje a Montalbán es digerible este artículo hoy (y lo de hoy es por delimitar, pero sería extensivo). ¿A qué viene esta ...? Lo dejo sin definir. Cualquiera puede escribir ya, después de esto. Tómese unas vacaciones, hombre. Y lea a Maquiavelo un ratito.
Me gusta el artículo, cuajado de la visión de lo doble. Como si lo hubiera escrito un taoista, que no será el caso, y, como es lógico, desgranado sin acritud, sin complacencia y sin insistir en otra cuestión que en el tremendo esfuerzo que conlleva el camino de la humildad coronada con el "triunfo" de lo buscado. De todas maneras, nada tendrá que ver el futuro del ya Papa Francisco con el que llegó al cónclave con un billete de vuelta a su país. Se tratará de ejercer el poder, y los momentos actuales imponen otros métodos. Gobernar desde la humildad, puede ser un buen método.
EL ARTÍCULO ES BUENO (LO DIGO AÚN SIENDO CATÓLICO PRACTICANTE) SIN EMBARGO YO CAMBIARÍA LA REFERENCIA LITERARIA. LAS FORMAS APLICADAS EN LA INSTITUCIÓN ROMANA SE CORRESPONDEN MÁS A GRACIÁN QUE A MAQUIAVELO
Esperemos que Paco, lo digo en tono cariñoso, lleve a su grey por el buen camino. Si se ajusta al mensaje de Cristo, seguro que lo encontrará. Otra cosa es que le dejen las víboras que en la Iglesia cohabitan con los corderos, y que seguro que, como hoy se dice en política, son menos las primeras que los segundos.
Pero claro, qué puede hacer un inocente borrego frente a una serpiente venenosa. Quizás sería mejor inocular al rebaño un antídoto adecuado, además de un poquito de mala o..., que no todo tiene que ser balar y balar en esta vida de Dios. Vamos, no sé, me parece.
A mí me pasa como a Vázquez Montalbán, que allá por el 99 escribía lo siguiente: "Una cosa es que yo considera la Iglesia católica una secta y otra es que la sancione como un todo sectario negativo... no me merece la misma consideración el católico Opus Dei avalador de Franco o de Pinochet (o de Videla, esto lo digo yo), que Casaldàliga, o no puedo pasar por el mismo rasero al obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruíz, y a la sarta de jerarquías de la Iglesia católica en América Latina introducidas por el Vaticano para enfrentarse a los supuestos excesos populistas de la Teología de la Liberación". ¿A qué bando pertenece Francisco, el nuevo papa? Lo veremos en los próximos tiempos.
Lector "Ciro": Ante todo usted es un ATREVIDO. Referirse a "PACO", a ese HORRIBLE APODO que los españoles utilizan para llamar a los "Franciscos". Es mediocre, de mal gusto.Luego, lo de "ajustarse al mensaje de Cristo": Despreocúpese. Bergoglio siempre SE HA ATADO AL MENSAJE DE CRISTO.Los que JAMAS se "ataron al mensaje de Cristo" son USTEDES, LOS ESPAÑOLES. Franco , el dictador intolerante, mula empacada, JAMAS se ató al mensaje cristiano. Todos sus monarcas, igualmente. Sus "políticos de la transición" BARRIERON LA MUGRE DEBAJO DE LA ALFOMBRA Y LO SIGUEN HACIENDO. Ergo, JAMAS se ataron al mensaje de Cristo.El ENGENDRO SINIESTRO surgido del seno del falangismo, la secta integrista del OPUS DEI JAMAS se ató al mensaje de Cristo.Sus actuales autoridades, que benefician a los banqueros (los SAQUEOS contemporáneos) en desmedro de los beneficios sociales de la población TAMPOCO se atan al mensaje de Cristo.Su MONARCA, TORPE, LOBBISTA, DE DUDOSA MORAL, TAMPOCO SE ATA AL MENSAJE DE CRISTO.Así que POR FAVOR, DEJEN DE ESCRIBIR BOLUDECES.
Entre los "GALLEGOS" torpes, retrógrados, reaccionarios CUNDE LA ENVIDIA. Pobrecitos!!!!!!!!!
¡Aing, aing, aing!
Y no solo a los franciscos, Justina, también se llamaba 'pacos' a los francotiradores franquistas. Y por lo demás, qué razón tienes, aquí no se ata al mensaje de Cristo ni Dios.
Justina, tranqüila! Esa rabia de los españoles te hace mal a su corazon. Que mal Ciro llamar Francisco de Paco? Yo llamo a Miguel Arcanjo de Miguelito. Hoy, domingo és dia del Arcangel Miguel para los creientes. Hay que tener humor y leveza, Justina! Feliz Domingo! Un saludo!
Es comprensible que el sr. Bassets no haya comprendido nada. Desde fuera de la piedad, quien está fascinado por la actualidad, quien se coloca las gafas del miope pero con graduación anacrónica puede hablar de la Iglesia como instrumento de poder con el mismo desparpajo con el que mira la Historia y, así, convertir la Italia fragmentada y violenta del Renacimiento en un modelo conceptual que niega la espiritualidad nacida 1500 años antes. El nuevo Papa lo ha recalcado al poco de comenzar su pontificado: sin Jesucristo, la Iglesia no sería sino una ONG. Se podría añadir: sin un sentido trascendente de la vida humana, la Iglesia no sería sino una OG insignificante, un estado minúsculo y marginal formado por personas desprovistas de esa ansia nacionalista de imponerse a sus vecinos y manifestar a cada paso la arrogancia estúpida de un gentilicio. Por eso el programa de gobierno de cualquier cristiano que accede al solio de Pedro viene en buena medida desde una fuente que resulta tan incómoda para el comentarista periodístico. "Quien quiera ser el primero entre vosotros, que sea el último". Los principios del proyecto cristiano son tan radicales (las Bienaventuranzas, el Mandamiento Nuevo...) que resulta ciertamente comprensible la incredulidad que generan en todas las épocas y aún más en la nuestra, bastante más cínica por también más informada. El Papa Francisco ha leído seguramente mejor a Maquiavelo que el anfitrión de este blog porque la única forma de hallarle un sentido a "El Principe" es desde un punto de vista netamente cristiano. De otra forma, la obra del Secretario de la Signoria florentina no pasaría de ser sino una colección de mañas y consejas de mercader, pura vulgaridad conceptual.
Profunda y compleja reflexión.Sin lugar a dudas la variable tiempo es determinante en el acceso al poder. Con frecuencia me suelo hacer la pregunta: ¿Por qué ahora llega al poder, simple coincidencia, oportunismo, planificación? De la misma época que Maquiavelo fue Martin Lutero, el cual también ejerció mucha influencia sobre los príncipes de su época. Mucho más impaciente que Maquiavelo, no espero a que Roma adoptara los cambios que él deseaba provocando la conocida Reforma Protestante.
Las ideas políticas y sociales de Maquiavelo están recogidas en su famosa obra "El Príncipe". Un buen príncipe, o sea, un dirigente político debe ser autoritario (no confundir con el despotismo). Maquiavelo tenía ideas republicanas y aunque flirteó con los Médicis éstos le jugaron una mala pasada. El problema es situarse en una época donde los emperadores y los papas se disputaban el poder, es decir, el control de las riquezas materiales. Y gracias a ese sucio juego la Edad Media fue atroz para los pobres.
Hasta el momento el hombre no encontró el modo de gobernar sin beneficiar a unos y al mismo tiempo dañar a otros. Machiavelli afirma que la democracia tiene su defecto; está a favor de dar el poder a la mayoría que puede ser engañada por los eslóganes de un locuaz líder y que no resulta lo más idónea. Un autoritario para mantenerse en el poder recurre al despotismo. Ejemplos a montones. Sin embargo, es importa regirse por la moral de lo humano, por la religión defensora del pobre y por la política guiada por la justicia. La iglesia abarca a lo material (su incalculable acumulada riqueza) y a lo moral (su universalidad) y debe mantener el equilibrio o así queremos que sea. La iglesia es la casa de Dios y debe estar abierta a todo el mundo. No sólo a los católicos sino a cualquiera que desee acercarse. Desde el papa Juan XXIII la iglesia ha experimentado una gran reforma, el papado de Benedicto XVI ha sido transición hacia la modernización y la limpieza que se espera del recién nombrado.
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Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).