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La lista de la lavandería

Lluís Bassets

Esta es una expresión que acude con puntualidad a la cita anual del estado de la unión, cuando el presidente de Estados Unidos pronuncia ante los congresistas un discurso con los principales propósitos para el futuro. La lista de la lavandería es una frase hecha inglesa que designa un largo y tedioso repertorio de temas mezclados, calcetines con toallas, camisas con pañuelos, perdidos unos en la colada, otros en la ligereza de las palabras que se lleva el viento.

Como buen tópico, esconde una verdad y una mentira. Todo discurso, también el de Obama este pasado martes, termina agregando temas desiguales, mucho de cita tan obligada como ociosa o vacía. Pero no todo lo que dijo el presidente pertenece a la lista caótica e insignificante de la lavandería política de Washington. No es así. No lo es la inclinación programática a la izquierda, con propósitos tan ambiciosos como difíciles de cumplir, pero que marcan un horizonte y un legado. Es probable que Obama consiga coronar sus esfuerzos con el éxito en política de inmigración, aunque lo es menos que suceda así en control de armas, medio ambiente o equilibrio del déficit.

Obama propugnó la solución diplomática al conflicto con Irán sobre su programa nuclear, tal como interesa a los europeos, pero hará todo lo necesario, es decir, recurrirá a la fuerza, en el momento en que los ayatolás vayan a obtenerla. También apoya las transiciones democráticas árabes, aunque no dictará “el curso de los cambios en países como Egipto” y se limitará a mantener la presión sobre Siria ante la guerra civil en curso. Apenas tuvo una frase para una prenda internacional en la que se juega su legado presidencial: “Estaremos firmemente con Israel en la búsqueda de su seguridad y de una paz duradera”. En primavera visitará el país judío por primera vez como presidente, y también incluirá Palestina, en un viaje de enormes expectativas, justo en las antípodas de la lista de la lavandería.

Comentarios

Resulta que estos yanquis van dando consejos a quienes tratan de abandonar la barbarie y ellos se hinchan a matar de manera arbitraria. Y los europeos, mientras, con sus peticiones de justicia universal y respeto a los derechos humanos. Cualquier día nos llaman la atención por tanta democracia. Tanta democracia, tanta democracia nos acabará avergonzando.
La política se ha convertido en un gigantesco circo donde sus actores son simples payasos. Todos ellos, sea del pais que sea, carecen de ética y convierten sus berborreas en un eterno bla bla... que si esto, que si aquello, que si lo otro. Con lo fácil que sería reconvertir la ONU en un organismo internacional creible y no sujeto al veto de ninguna potencia. La realidad que se esconde detras de la berborrea es el gran negocio de las guerras que alimenta a la industria armamentista y a las finanzas internaciomales y su relación con el otro gran negocio, la industria química, creadora de las bombas de napalm, usadas en la guerra de Viet Nam contra los vietnamitas.¡Tal es la hipocresía que rige al animal humano¡

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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