¿De consumado terrorista a ministro del Gobierno egipcio?
Tarek Zomor, condenado en 1981 por colaboración en el asesinato de Sadat, podría alcanzar el poder de la mano de los Hermanos Musulmanes
Su puesta en libertad hace exactamente un año conmocionó a buena parte de la opinión pública egipcia, que aún conserva en la memoria la orgía de violencia en la que incurrió en los años 90 la Gamaa Islamiya, uno de los más sanguinarios grupos terroristas de Oriente Medio. A sus 52 años, Tarek Zomor, condenado por su colaboración en el asesinato del presidente Sadat, empezó una nueva vida con la misma obsesión que la anterior: conseguir el poder para islamizar Egipto.
Sin embargo, reconoce que cerca de 30 años en la cárcel, que aprovechó para graduarse en Derecho e incluso sacarse un doctorado, le han cambiado. "Cometimos muchos errores, creíamos que con la violencia podríamos derrocar al régimen tiránico, pero es mucho más efectivo el activismo pacífico", sostiene sentado en el comedor de su apartamento, situado en un humilde barrio de El Cairo.
El éxito de la Revolución del 25 de enero sirvió para confirmar una tesis que los líderes de la Gamaa empezaron a discutir en 1997, y que anunciaron formalmente en el 2003. "Nos dimos cuenta que estábamos perdiendo la batalla. En lugar de debilitar al Estado, nuestra violencia reforzaba su legitimidad, y reducía nuestra popularidad", explica Zomor, que reconoce que su "muraja'a" (rectificación) se limitó al ámbito estratégico y doméstico, pues apoya la "resistencia armada" en los casos de ocupación extranjera. "Seguimos teniendo los mismos objetivos, y la misma interpretación del Islam".
Aunque la organización terrorista pidió perdón a la sociedad egipcia por sus crímenes, Zomor es renuente a aceptar su plena responsabilidad en muchos de los atentados cometidos por la Gamaa. "Más que ser asesinado, Sadat se suicidó. En la última fase de su presidencia, reprimió a gente de todas las tendencias políticas. Incluso el Papa Shenouda III estuvo en arresto domiciliario".
Encarcelado en 1981, Zomor atribuye algunos de los episodios más sangrientos de los años 90 a "jóvenes alienados por la violencia estatal" que actuaban por libre, o incluso a un maquiavélico aparato de seguridad estatal. Por ejemplo, la brutal masacre de Luxor de 1997, en la que murieron 62 personas degolladas, la mayoría turistas. "En esta fase, los líderes en las prisiones nos ofrecimos al Gobierno para mediar con los chicos, para convencerlos de frenar las masacres. Pero se negó".
Zomor denuncia que la "guerra sucia" del Estado provocó la muerte de más de 3.000 de sus miembros, muchos de ellos a causa de torturas en las cárceles: "Nadie ha rendido cuentas por estos actos, parece que sólo matábamos nosotros". Este ex líder terrorista no pide hoy un ajuste de cuentas con el pasado, pero sí una amnistía para los 43 presos de la Gamaa aún en las cárceles, muchos de ellos sentenciados en procesos sin garantías.
Para impulsarla, cuenta con los 15 diputados del Partido de la Construcción y Desarrollo, que fundó poco después de salir de prisión, y reúne a miembros y simpatizantes de la Gamaa. De hecho, el asunto ya ha entrado en la agenda política del país, y el se encuentra en trámite parlamentario una amnistía de todos los “presos políticos” condenados desde 1981.
Puesto que su condena expiró en 2001, y la década siguiente de encarcelamiento fue ilegal, Zomor ha solicitado a los tribunales que los seis años de inhabilitación política que establece la ley empiecen a contar a partir de esa fecha, y no de marzo del 2011. De ser así, Zomor podría llegar a convertirse en ministro del próximo Gobierno egipcio. Y es que su partido es uno de los tres integrantes de la coalición Nour, que ya está negociando con los Hermanos Musulmanes la formación de un nuevo gabinete a partir del 30 de junio.
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