Los Mau Mau y el papá de Obama
Los archivos coloniales que estaban en el limbo fueron encontrados gracias a la batalla presentada en los tribunales británicos en 2009 por cuatro ancianos que exigían ser indemnizados por las torturas que sufrieron a manos de las autoridades coloniales durante el levantamiento de los Mau Mau en los años 50, que acabaría llevando a la independencia de Kenia en 1963.
Y buena parte de esos archivos se refieren a Kenia. Uno de los documentos revela cómo los británicos acosaban a la población local para impedir que ayudaran a los rebeldes. Por ejemplo, un texto reseña la rutinaria incautación en enero de 1955 de todas las ovejas de una granja de la tribu Kikuyu en el distrito de Naivasha por las sospechas de que habían alojado y alimentado durante varios días a un grupo de 40 Mau Mau.
Otro documento revela un hecho aparentemente trivial pero que podría haber tenido insospechadas consecuencias: la oposición del Foreign Office y el Departamento de Estado a un programa de becas a estudiantes keniatas patrocinado por personajes famosos de Estados Unidos como el actor Sidney Poitier. Un mensaje “secreto” enviado por la Embajada británica en Washington a la Oficina Colonial en Nairobi el 1 de septiembre de 1959 subraya la oposición a esas becas tanto de Londres como de Washington por las sospechas de que los beneficiados eran estudiantes mediocres “que tienen una mala reputación y que si caen en malas manos se pueden convertir tanto en anti-americanos como en anti-blancos”.
Lo importante es que si esa oposición hubiera sido capaz de paralizar el programa de becas, quizás Barak Obama no sería hoy presidente de Estados Unidos. Su padre fue uno de los estudiantes becados, lo que le permitió viajar a Honolulu y convertirse en el primer estudiante africano de la Universidad de Hawai. Allí conoció a Ann Dunham, con la que se casaría poco después. De ese matrimonio nacería Barack Jr en 1961. El padre del ahora presidente completaría después una maestría en Harvard antes de volver a Kenia en 1964.
Otro documento revela que la deportación en 1956 del arzobispo chipriota Makarios a las Seychelles formaba parte de un plan preparado por los británicos meses antes, dando a entender que Londres no había tenido intención de que fructificaran las conversaciones de paz en la isla. Makarios estuvo como “invitado forzoso” en las Seychelles hasta que volvió a Chipre en 1959 y fue elegido presidente al año siguiente.
Otros documentos revelan los planes británicos para probar armas químicas durante la II Guerra Mundial. Un memorando de mayo de 1943 explica que los gases venenosos van a ser producidos en Sudáfrica y que se necesita una zona deshabitada y con poca vegetación de unos 260 kilómetros cuadrados para probarlos y que tenían que ser lanzados desde el aire.
En junio, otro documentos señala que no se ha encontrado un lugar adecuado en Sudáfrica y que la zona elegida podría ser un área de Makarikari, una remota región del noreste de Bechuanaland, actual Botsuana. “Entendemos que se trata de un gas venenoso de un tipo muy virulento. Por lo tanto, sería necesario 1) impedir el paso a la zona experimental durante un tiempo considerable cuando haya acabado el experimento; y 2) tener también en consideración el peligro de que el gas sea transportado por el viento a zonas adyacentes a la del experimento”, señala un telegrama desde el Alto Comisionado (embajada) en Sudáfrica al Alto Comisionado en Bechuanaland.
El ejército acabó descartando Makarikari porque la zona estaba rodeada de granjas y era imposible mantener las pruebas en secreto. Los documentos no aclaran si las pruebas llegaron a realizarse.