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Los cinco, juntos otra vez

Los famosos cinco son más visibles cuanto menos visibles somos los europeos. Son los inconvenientes de las crisis domésticas. Ahí están en la foto cogidos de la mano con los brazos alzados en su cuarta cumbre mundial, celebrada en Nueva Delhi. Cuando celebraron la primera en 2009, la crisis ya iba lanzada, aunque los europeos todavía no fuéramos conscientes. Pesan nuestros pecados, es evidente: el despilfarro, los liderazgos escasos, el euro desgobernado, la desunión; pero pesa más la causa profunda que esa foto de los cinco viene a recordarnos: el poder se desplaza hacia oriente y nuestra crisis no es más que la forma que adopta nuestra incapacidad para sostener el envite.

Esa imagen induce a muchas reflexiones sobre la dimensión y los orígenes de nuestros problemas. El grueso de la demografía que representan se halla en Asia: más de 2.500 millones de personas, una tercera parte de la humanidad. Lo mismo cabe decir del territorio: además de China e India, Rusia es un país más asiático que europeo en su geografía. Siempre hay peleas entre vecinos, pero los tres países contiguos del macrocontinente euroasiático, Rusia, China e India, acumulan un potencial geopolítico temible. Entremos por un momento en el detalle de las lenguas habladas por la humanidad que representan. Lo más próximo a nuestro mundo es el portugués de los brasileños. El inglés es solo una segunda lengua en India y Sudáfrica, dos países que aportan una lección de diversidad digna de reflexión para los europeos monolingües.

El poder creciente de los BRICS tendrá una excelente oportunidad de manifestarse en la elección del nuevo presidente del Banco Mundial, cargo tradicionalmente reservado para un ciudadano de Estados Unidos. Aunque el presidente Obama se ha cuidado de buscar un candidato muy adecuado para el mundo emergente, una eminencia universitaria progresista como Jim Yong Kim, de origen coreano y dedicado a la medicina social, los BRICS tienen un nombre todavía mejor y más representativo para plantear al menos batalla: Ngozi Okonjo-Iweala, una mujer nigeriana, exministra de Exteriores y de Economía de su país.

Comentarios

Sí, si se refiere a poderío militar, sin duda EEUU mantendrá el trono por muchos años. Otra cosa es la capacidad de influencia neta, que EEUU mantiene, pero ya no tan autosuficientemente. De ahí que EEUU ahora apueste por un acercamiento más prudente a los escenarios internacionales. La era del intervencionismo unilateral desperdició muchos recursos, que quizá se podian haber usado más sosegadamente. Obama era consciente de esto cuando el estallido de la guerra civil en Libia. Los americanos, con la crisis (que apenas ahora escampa ligeramente en algunos estados), tienen la sensación de que están pagando de su bolsillo la gendarmería mundial. A Europa dudo que estén dispuestos a hacerles de "chauffeur" otra vez. Mejor, así Europa aprenderá a unificar su Defensa (adiós Ejercitos nacionales) y evitar ese gasto irracional que tiene, tan multicéfalo. Al fin y al cabo, basta con reducir los altos cuadros de mando, unificar la logística y darle la supervisión al Alto Comisionado Europeo, pero dejando un unico Estado Mayor para toda la UE. Así, por ejemplo, podríamos obligar a Grecia a reducir su partida militar tan desorbitada (tienen un complejo tremendo con Turquía, que está también en la OTAN). El poder Europeo ya no se basará en la potencia militar, que la tiene, pero ya de forma estrictamente defensiva, ya que apenas es apta para hacer ofensivas militares. Esto lo sabíamos desde finales del siglo XX. El único peso que tiene, y que debe conservar, es su relevancia comercial y su ciencia e investigación, además de su peso regional. Yo creo que si bien la próxima Administración EEUU será más "dura", sí será también más realista. Apoyará a Israel, pero también será prudente. Son tiempos de recortes en gastos militares.
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