¿Qué quieren los egipcios?
Sin opinión pública no hay democracia, y sin buenas estadísticas y buenas encuestas no hay opinión pública. Aunque a veces en los países donde todo está ya muy asentado nos hartemos del gobierno de las encuestas, conocer y cuantificar las opiniones y actitudes de las poblaciones de países en transición es fundamental, incluso para el éxito de la transición. Hay que tener en cuenta, además, y esto es lo que les da mayor interés, que son opiniones y actitudes en transición, cambiantes y amoldables a los acontecimientos y a las reacciones que suscitan.
En el caso de los países árabes el interés viene ribeteado por el mentís de los tópicos que encontramos en la evolución de sus opiniones públicas. Durante casi 60 años los árabes han vivido bajo regímenes anquilosados, donde no se movía ni una hoja sin permiso del sultán de turno. De ahí surge una idea occidental que convierte en inmutables y eternos los rasgos más negativos de los mundos árabe e islámico, como si no estuvieran sometidos a las dinámicas de cambios ideológicos y de comportamiento.
Hoy voy a resumir lo que dice la encuesta sobre los egipcios, que han recibido un tratamiento específico en la muestra en razón de sus elecciones y de los pactos con Israel. Mañana seguiré con el resumen del resto de este estudio, en el que se reflejan las variaciones de opinión entre 2009 y 2011. Invito además a los lectores a entrar directamente en los resultados de la encuesta a través de este enlace con la cátedra Anwar el Sadat de Maryland que la ha realizado para que cada uno pueda hacer su propia interpretación.
Veamos. Un 43 por ciento de los egipcios creen que los militares actualmente en el poder quieren frenar a o revertir la marcha de la revolución y solo un 21 por ciento piensa lo contrario. Un 38 por ciento de los egipcios quisieran que su próximo presidente fuera como Erdogan, un 11 por ciento tienen como modelo a Ahmadinejad, un 9 a Mandela y un 8 al rey saudí Abdulá. Solo un 5 por ciento cita a Obama como ejemplo, detrás de Sarkozy, Chávez y el jeque de Hezbola, el libanés Nasrallah.
Muy similar es la distribución de países que se identifican como modelos de futuro para Egipto. Turquía se lleva largamente la palma, con el 44 por ciento, seguido de Francia con el 10 y luego ya con el 8 por ciento ex aequo China, Arabia Saudí y Alemania. Estados Unidos queda atrás, modélico solo para el 5 por ciento.
Los candidatos presidenciales más populares son dos ex funcionarios internacionales como el ex secretario de la Liga Arabe y ex ministro de Exteriores de Mubarak, Amr Musa, y el ex director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Mohamed el Baradei, así como el último primer ministro de Mubarak, el ex piloto militar Ahmed Chafik.
La distribución de la preferencia de voto según tendencias sitúa a los islamistas en primer lugar, con un 32 por ciento de opiniones favorables, a muy escasa distancia de los partidos progresistas (liberales dice la encuesta, realizada según parámetros americanos) con el 30 por ciento. Un 11 por ciento es para formaciones panarabistas y un 10 para las nacionalistas.
Los egipcios están muy divididos respecto al tratado de paz con Israel, con una leve mayoría del 37 por ciento a favor de mantenerlo, frente a un 35 por ciento que quiere anularlo. Esta proporción sube a un 41 por ciento a favor y baja a un 31 por ciento en contra si se crea el Estado palestino en Gaza y Cisjordania. Un 19 por ciento de los egipcios, nueve por ciento menos que en 2009, continuaría combatiendo a Israel incluso en el caso de la paz y la creación del Estado palestino.
Mañana, más.
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