El rescate de un bebé entre las ruinas devuelve la esperanza a los turcos
200 presos se fugan del penal de Van en medio del desconcierto del terremoto
Catorce días de existencia y un terremoto. Así empieza Azra una vida. El milagro de este bebé que ha sido rescatado con vida la mañana del martes en la ciudad de Ercis, se ha convertido en la esperanza de todo un país. La imagen de la pequeña entre los brazos de una socorrista se retransmite cada hora en los telediarios de Turquía. El país vive pendiente de las buenas noticias que llegan a cuentagotas, después de que el pasado domingo un gran terremoto devastara la provincia de Van, en la frontera con Irán.
La familia de Azar, natural de Sivas (centro de Anatolia), había llegado hace un mes a Van para que los abuelos pudieran cuidar de la pequeña. Los equipos de emergencia consiguieron rescatar de entre las ruinas a la madre y a los abuelos, pero todavía buscan al padre. Es la muestra de que todavía hay supervivientes entre los escombros, 48 horas después del desastre. Unos 300 cuerpos esperan aúna a ser enterradas, según las autoridades turcas.
El número de víctimas mortales del terremoto ha aumentado a 459
Pero no todos consiguen salir con vida, a pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencia que trabajan día y noche bajo la lluvia y las bajas temperaturas. Es el caso de Yunus Geray, 13 años. Tras 12 horas bajo los escombros se encontraba todavía consciente y así lo captaron las cámaras de televisión turca. En el momento del salvamento, preguntó a los rescatadores qué hora era. Murió de camino al hospital de una hemorragia interna.
El número de víctimas asciende a 459. Los equipos de rescate reciben cada hora nuevos mensajes de ayuda. Un la Asociación Turca de Búsqueda y Rescate (AKUT), explica que han recibido ya 3.000 mensajes de socorro. “Un equipo de 20 personas se encarga de revisar los mensajes de texto y las llamadas que las víctimas en los escombros y sus familias”. Siete personas han sido rescatadas con vidas gracias a ellos.
El país continúa conmocionado por la magnitud de la catástrofe. Hay 550 equipos de emergencia de más de 44 provincias que se han desplazado a la zona. El equipo de Izmit, una de las ciudades azotadas por el terremoto de 1999, en el que murieron 18.000 personas, trabaja en Van.
Anoche, estaban intentado rescatar a un niño de 12 años atrapado bajo un edificio de cuatro pisos. Su hermano comentaba entre lágrimas que es la sexta persona que encuentran con vida. Sin embargo, el rescate es dificultoso. La lluvia y los temblores constantes hacen que las ruinas se muevan. Además, casi 2.620 edificios están seriamente dañados y se podrían venir abajo con las constantes réplicas.
La situación en la ciudad de Van continúa siendo caótica. Ante este panorama, pocos parecen preocuparse de los 200 prisioneros que el domingo escaparon de la cárcel local. La agencia Reuters informó de que el martes se habían producido nuevos disturbios cuando un grupo de prisioneros prendió fuego a sus celdas y atacó a los guardias con cuchillos y tijeras.
Por su parte el Presidente del país, Abdulá Gül, ha felicitado a la nación por sus muestras de solidaridad. Sin embargo, sus palabras han estado teñidas de polémica. Los equipos de rescate internacionales denuncian que el gobierno se ha negado a recibir ayuda del extranjero.
El ministro israelí de Defensa de Israel, Ehud Barak, aseguró ayer que se ha puesto al frente de los preparativos para enviar ayuda urgente a Turquía, según un comunicado oficial difundido por su departamento, según informa Efe. Las relaciones entre ambos países están deterioradas desde la crisis de la flotilla de la paz, cuando se produjo el asalto violento de la nave Mavi Marmara en mayo de 2010. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había rechazado los ofrecimientos de su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, para colaborar en las labores de socorro.
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