Los médicos israelíes van a la huelga
Medio millar de facultativos no se presentan a trabajar para protestar por sus condiciones laborales
“Suficiente es suficiente” es uno de los lemas del colectivo médico israelí. Medio millar de facultativos no se han presentado a trabajar desde el lunes, tal y como amenazaron el pasado fin de semana si no llegaban a un acuerdo con el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu. La Magistratura de Trabajo, por su parte, ha aceptado la demanda que el Ejecutivo había presentado para anular las cartas de dimisión de los médicos y ha emitido varias órdenes judiciales contra los facultativos, ordenándoles volver al trabajo inmediatamente.
A altas horas de la noche del domingo los médicos se levantaban de la mesa de negociaciones. Las propuestas gubernamentales eran, una vez más, insuficientes después de meses de reuniones infructuosas. “Están hartos”, explica Gil Fire, director adjunto de los servicios Médicos del hospital Tel Aviv Sourasky, uno de los centros más afectados por la huelga (150 de sus 300 especialistas no han acudido a trabajaren las últimas 48 horas)
La jornada laboral de un residente medio es de 45 horas semanales con un sueldo de entre 11.000 y 13.000 shekels (entre 2200 y 2600 euros al mes), según el puesto y la experiencia. “Lo que no se sabe es que para alcanzar esta cifra los médicos tienen que hacer entre uno y dos turnos de noche, lo que supone 36 horas más a la semana, es decir que en siete días trabajan casi 90 horas” comenta Fire.
"Los médicos tienen que hacer entre uno y dos turnos de noche, lo que supone 36 horas más a la semana, es decir que en siete días trabajan casi 90 horas”, comenta un facultativo
Asimismo, hay brechas en las entrañas del colectivo. La Asociación Médica Israelí (IMS, en sus siglas en inglés) es el organismo legalmente acreditado para negociar con el Gobierno en cualquiera de sus reivindicaciones. Sin embargo, muchos facultativos han criticado su gestión de la crisis, incluso semanas antes de la firma del acuerdo rubricado recientemente entre esta entidad y el Ejecutivo. “Les dijeron que sí a todo lo que planteó el Gobierno olvidando algunas cuestiones básicas” añade Fire. Una de ellas es la rebaja del plazo legal para volver a convocar manifestaciones o huelgas en caso de nuevos desacuerdos con el gobierno (el gabinete de Netanyahu ha firmado con la IMS 9 años mientras que otros médicos quieren limitarlo a 4) “¡Es de locos firmar un acuerdo en el que se dice que durante casi una década no podrás protestar!”, exclama este médico.
“¡Es de locos firmar un acuerdo en el que se dice que durante casi una década no podrás protestar!”, exclama un médico
Además, según la ley israelí, una vez firmado un compromiso con algún colectivo, éste no puede volver a dimitir o manifestarse en contra de los principios acordados (aunque sí de forma individual). No obstante, un gran número de especialistas considera que el pacto firmado por la IMS y el Gobierno no sólo no les representa, sino que empeora sus condiciones como el hecho de tener que fichar a la entrada y a la salida de los turnos de trabajo, algo, por otra parte, establecido desde años en centros de salud europeos pero visto como una novedad en Israel, con un sistema de salud subvencionado en su totalidad hasta los 80, liberalizado parcialmente en años posteriores y bajo un proceso soterrado de privatizaciones, especialmente desde la llegada al Gobierno del conservador Likud, el partido del Primer Ministro (los médicos israelíes ganan varias veces más en la sanidad privada)
Tarde, mal y nunca
¿Por qué Netanyahu ha tenido que esperar hasta el último momento para hacer propuestas concretas? Esta es la pregunta que se hacen algunos representantes sindicales después de que el Primer Ministro propusiera este martes aumentar en 5000 shekels el sueldo mensual (unos 1000 euros) de los médicos más jóvenes. Con condiciones, eso sí: deberán trabajar más horas y sólo en la Sanidad Pública (350 millones de shekels más al año, según la propuesta del viceministro de Salud, Yaakov Litzman. “¡Más horas aún!, se queja Astrid, una joven recién licenciada en Tel Aviv. “Para llegar a eso tendremos que hacer 6 o 7 turnos de noche más, ya de paso montamos una tienda en el hospital”, añade. “Además, no creemos lo que dice Netanyahu, luego lo incumple todo” argumenta otro compañero.
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