La sombra de Putin planea sobre el otoño político en Moscú
Medvédev se despide desde su coche en Zvenigorod. / Sasha Mordovets/ GETTY IMAGES. Comienza el otoño político en Moscú con la perspectiva del 'regreso' a la presidencia de Vladímir Putin, el que nunca se fue. Yevgueni Yasin, que fue ministro en tiempos de Borís Yeltsin y que hoy es director científico de la Escuela Superior de Economía, somete a debate su informe sobre las opciones de desarrollo a largo plazo ante Rusia. El aula que alberga este activo club de discusión liberal moscovita está abarrotada de intelectuales desorientados sobre la forma de incidir en la realidad. Sobre el auditorio planea la sombra de Putin, y alguien se refiere a Dmitri Medvédev como “el zagal”.
Yasin quiere ser optimista. Opina que en Rusia se ha desarrollado una economía de mercado al margen del Estado, aunque sea de forma precaria e ineficaz. Como ejemplo cita la esfera de las telecomunicaciones, donde trabajan 450.000 personas, los talleres de servicios para automóviles y la industria siderúrgica. Dice Yasin que su país sólo recuperó en 2008 los índices de desarrollo de 1989 y 1990 y que un 60% de sus habitantes no ha restablecido el nivel de vida que tenían en época soviética.
Los rusos de hoy ahorran menos que los soviéticos y, a diferencia de los otros países en desarrollo del grupo BRICS (Brasil, India, China y Sudafrica), Rusia carece de un 'factor trabajo' barato. El profesor concluye resignado que el “desarrollo paulatino” es la vía “más deseable”, porque no quiere ni puede imaginarse una revolución. A lo sumo formula el “paquete mínimo” de reformas liberales. Este incluye la liquidación del régimen personal por un sistema de democracia parlamentaria (lo que exige un cambio constitucional), la competencia entre partidos, la supremacía del derecho, el control social de la economía y la burocracia y la descentralización. ¿Puede hacerlo Putin? Yasin evade la respuesta directa.
Lilia Shevtzova, investigadora jefe del Centro Carnegie de Moscú, opina en cambio que la única vía posible es “un salto cualitativo”, una “transformación” y que en Rusia no hay condiciones para una “modernización autoritaria” al estilo de Mustafá Kemal Ataturk en Turquía. El intento realizado, sentencia, ha acabado en una “degradación”. Para los liberales con aspiraciones políticas el desafío consiste en explicar que esta vez va a ser “diferente” a la penosa década de los noventa del pasado siglo. Es inimaginable, añade, que el líder todopoderoso del Kremlin abra las ventanas como hizo Mijaíl Gorbachov.
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Sasha Mordovets/ Getty Images
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