La especialidad es peinar al animal. Siempre a favor del pelo. Suavemente. Jamás llevarle la contraria.
Comentarios
Mejor censura que autocensura. Y si te metes a columnista para hacer literatura, mejor casi que te quedes en casa echándote la siesta. Libro de hoy: "La Trahison des clercs", de Benda. Y por el juego obvio, al columnista, nada de ponerse una venda que te vemos.
El columnista debe repartir estopa a diestro y siniestro. Si bebes, no conduzcas, y si escribes columnas, no tiembles.
Pero repartir estopa entre los poderosos, no convertirse en sus sicarios. Y si entra dentro de lo posible, los columnistas deben ceñirse a la actualidad, que hay algunos que se ponen a divagar sobre el sexo de los ángeles, como si tuvieran. Y sobre todo, como apunta un columnista como una catedral, Manuel Alcántara, lo que nunca debe hacer bajo ningún concepto el columnista es aburrir, que para eso ya están los políticos.
Estoy de acuerdo Lluís con peinar siempre a favor. Pero, ¿qué se puede hacer para evitar que los valientes mueran siempre?
Los columnistas tienen un trabajo bien complejo, no es como para envidiarles, pero, sinceramente, a mí me encantaría tener ese poder. .http://periodistayenparo.blogspot.com/
Muchos llevan un débil dentro que le pide seguir manteniendo su status.Así se venden a los grupos de presión sin importarles las consecuencias sociales que sus tediosos y cobardes columnas aportan al lector,que esperamos críticas de fondo que remueva algo más este panorama actual.Saludos a todos.
Gracia Ciro por tus comentarios que suscribo, más si caben, que sí. Con lo que cae y está por llegar, es bien difícil mantener el equilibrio empresarial y el familiar. Así, peinar a favor, permite intentar con prudencia mantener la posición. Pues si perdiéramos esta nos quedaríamos sin un mínimo de defensa.Las sutilezas a emplear, pienso, deben de ser con florín, uno a uno sin descanso, pues a fuerza de trabuco no hay quién se pueda siquiera mover, ya que los otros tienen casi todo el arsenal.
Si realmente estuvieran por la labor Juan Bernardo(hola!),aumentarían su ingenio,pero esa no es la cuestión,la cuestión es "a la saca!". Un abrazo.
. ¿Cuánta gente quiso hablar por quienes no tienen voz y fracasó?La pretensión de olvidar distorsiona toda nuestra memoria y altera nuestra conciencia. El derecho del ciudadano al conocimiento es un derecho sagrado, es lo que aprendimos desde tiempos inmemorables, y para fraguar estos derechos entramos en guerras crueles a lo largo de nuestra historia.
Para Joaquín Dicenta Benedicto (1862-1917), escritor y periodista, director del más importante diario republicano de su época, El País, son los eunucos, "los cuales, desesperados de su impotencia, de su nulidad, de su falta de medios, murmuran y se revuelven contra todo el que vale, y protestan indignados, creyendo que sus juicios influyen directamente en el público, que son unos enemigos temibles, unos genios incomprendidos y maltratados por las injusticias del vulgo; los vengadores del arte, los jueces supremos de la ajenas capacidades, los elegidos de Dios, los regeneradores de la humanidad, los apóstoles del buen gusto, los sabios, los ilustres, los insignes, los que tienen la llave de todos los progresos, de todos los adelantos; los primeros en la inteligencia y los últimos que, por traiciones del Destino, están llamados a gozar de un renombre que unánimemente se les niega, y de una fama que de derecho les pertenece.
Eso creen ellos.
Y la verdad es que, examinados sin apasionamiento, resultan unos pobrecitos dignos de lástima". La cita pertenece a la obra Tinta negra, Librería de Fernando Fe, 1892.
Queremos creer, a pesar de todo y en contra de todo pronóstico, que el hombre continua aferrándose a los valores sociales, a los principios esenciales de la moral y de la espiritualidad, aunque esta civilización, materialista e interesada, hubiera podido arrojarle, cada vez que se descuidara de sus cualidades humanitarias cuando pretendía darle crédito solo a sus pretensiones representadas por sus posesiones financieras y poderes económicos, en el materialismo absoluto y lo hiciera sentir marginado de la trayectoria correcta del humanismo.
De Juan Urrutia he recordado de hace un tiempo, hice esta mención aquí en este blog de Lluís, del poema 788 de Emily Dickison, viene a cuento, aunque parezca mentira. Esta poetisa grande no publicó prácticamente nada en vida y el poema 788, recogido de 71 Poemas quizá nos explica por qué:Se necesitaría la vena poética de Daniel Bellon para dar forma a lo que creo nos está diciendo la poetisa y que nos enfrenta no sólo con esa “subasta de la mente del hombre que es la publicación, algo que sólo la pobreza podría justificar, sino también a la obligación de no reducir ningún espíritu humano a la vergüenza del precio”.De momento parece, la libre elección del pensamiento es una utopía difícil de alcanzar.Gracias a todos por compartir y saludos, (dedicado a Brisa y Ciro).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.